tag:blogger.com,1999:blog-215847732024-03-13T13:08:42.581-06:00Teologia en MexicoRubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.comBlogger419125tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-20488234120293533742011-08-31T13:56:00.004-05:002011-08-31T15:00:10.915-05:00La Soberanía de DiosPulsando <a href="http://westminsterhoy.wordpress.com/2010/07/07/la-soberania-de-dios-segun-el-calvinismo-por-auguste-lecerf/">aquí</a>, es posible ver el artículo completo, pero quise poner aquí unos párrafos sobresalientes. El autor es un teólogo francés, Auguste Lecerf.
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<br /><blockquote>El carácter específico de la concepción calvinista de la soberanía de Dios consiste en esto: que Dios es reconocido como perfectamente independiente de todo lo que no es Él y como ejerciendo el señorío supremo en todos los ámbitos y sobre todas las cosas.
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<br />Para ser independiente y soberano, se tiene que ser. Decimos que Dios es, en grado supremo, independiente y soberano en su ser. Él es el ser a se, por sí. No que Él haya sido causado antes de ser, como lo quería Plotino: Dios no tiene evolución; Él es eterno e inmutable en su ser. Pero es soberano en su ser porque Él mismo es esencialmente el Ser; el único que es, en el sentido riguroso del término, y que no tiene necesidad de apoyarse en nada para ser. Plenitud de ser, se posee a sí mismo en toda la inmutabilidad de su perfección.
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<br />Por esta razón queda descartada la posibilidad de todo panteísmo evolucionista, y
<br />también de todo panteísmo monista, porque un abismo lógico es abierto entre el Ser absolutamente independiente y la criatura, siempre esencialmente dependiente.
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<br />Pero no es sólo en el orden real que Dios es independiente y soberano en su ser. También es en el orden del pensamiento. La razón no puede obtener a Dios por sus propios recursos. Ella no puede constituir, por su parte, una idea de Dios que sea otra cosa que un fantasma. Dios no puede ser puesto en el pensamiento creado más que por Dios, por una revelación en nosotros, en el mundo y en su Palabra. Toda idea
<br />de Dios que no es sacada de la enseñanza de la Palabra de Dios y que no es
<br />causada por la gracia de Dios es un sueño vacío.</blockquote>
<br />Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-35209634181913361852010-08-31T21:04:00.005-05:002010-08-31T21:43:01.525-05:00Salterio de GinebraHoy vi la noticia alegre que el Salterio de Gínebra ya está a la venta.<div><br /></div><div>Pueden leer el anuncio en el excelente blog, <a href="http://westminsterhoy.wordpress.com/2010/08/27/el-salterio-impreso-y-ya-a-la-venta/">Westminster Hoy</a>.</div><div><br /></div><div>Y pueden comprar el Salterio de <a href="http://www.farodegracia.org/product.aspx?id=2415">Publicaciones Faro de Gracia</a>.</div><div><br /></div><div>Esto es un evento importante y de gran gozo. Como se <a href="http://teologiaenmexico.solideogloria.com/2009/09/el-salterio-espanol.html">mencionó anteriormente</a>, la iglesia hispanoparlante nunca ha tenido un Salterio completo. Hay mucho que se podría decir acerca de la importancia de cantar los Salmos, y de los beneficios en darnos una manera de expresar con confianza y piedad todo el rango de sentimiento humano ante nuestro Dios; pero por el momento quisiera subrayar solamente su importancia para nuestra conformidad a Cristo.</div><div><br /></div><div>Nuestra adoración tiene mucho que ver con la formación de nuestro carácter. Es decir que lo que hacemos en el culto, entre otras cosas, afecta nuestro progreso en la santificación. Y la santificación tiene que ver con que nos vistamos de Cristo, que tengamos su mente, que seamos como él (Romanos 13:14; Filipenses 2:5; 1a de Juan 3:2,3). Y por eso es importante que cantemos los Salmos. Por una cosa, la historia nos cuenta que Cristo cantó los salmos: cuando Mateo 26:30 dice que cantó un himno, probablemente se refiere a los Salmos 113-118, que se solían cantar en la cena de la pascua. Y Hebreos 2:12 nos indica que Cristo canta en medio de la congregación, <i>en una frase tomada del Salmo 22:22</i>. Entonces si seguimos el ejemplo de Cristo, cantamos los Salmos. </div><div>Pero en un nivel más profundo, cantamos los Salmos no solamente para imitar a Cristo en el contenido de lo que cantaba, sino además para tener su carácter formado en nosotros. Los Salmos hablan de Cristo (como él mismo dijo en Lucas 24:44,45) y nos dan una ventana al corazón de Cristo: son sus palabras, y es por eso que tantas veces en el nuevo testamento las palabras de los Salmos son aplicadas a Cristo (por ejemplo, Salmo 2:7 con Hechos 13:33), son ocupadas por Cristo mismo como adecuadas para sus sentimientos y experiencia (por ejemplo, Salmo 31:5 con Lucas 23:46), o son repetidas como las palabras de Cristo mismo (por ejemplo, Salmo 40:6-8 con Hebreos 10:5). Al cantar los Salmos estamos imitando a Cristo no solamente en el acto formal de cantar, sino también en lo que estamos expresando y orando. Y de esa manera, con la bendición de Dios, somos formados según la imagen del ser humano completo y perfecto, el Señor Jesús. El Espíritu Santo puede ocupar nuestra unión de nuestras mentes, corazones y voces a lo que él dijo y sintió en nuestro cántico, para cambiarnos a ser más como Cristo en nuestra forma de pensar y sentir. Es decir que de los Salmos podemos aprender a orar, llorar, regocijar, aguantar, esperar, amar, odiar, maldecir, perdonar y perseverar de nuestro Señor. ¿Por qué no los cantaríamos todos?</div><div><br /></div><div>Ahora, por la gracia de Dios, tenemos esa posibilidad. Aprovechemos de los labores de nuestro hermano Jorge Ruiz con agradecimiento a Dios por esta nueva bendición inmerecida.</div>Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-43627842339978585352010-07-31T14:32:00.000-05:002010-07-31T14:33:23.565-05:00Hebreos 3, Pregunta 18<b>18. En los vv.7,13,15 el autor de Hebreos se refiere al Salmo 95:7, dando énfasis especial a la palabra “hoy”. ¿Por qué tiene tanta importancia esa palabra?</b><br />Porque habla siempre del presente. La llamada a escuchar al Espíritu Santo no es algo que era válida para ese entonces, pero que ya expiró. No es posible limitar el tomar cuidado de nuestros corazones que no sean endurecidos al pasado, como si ya no hay peligro. Al contrario, esta llamada a escuchar, a tener corazones tiernos y sensibles, siempre es contemporánea. <br />A la misma vez, se debe notar que "hoy" no es ayer, pero tampoco es mañana. Si una llamada al arrepentimiento no se puede limitar al pasado, tampoco se puede tomar por hecho que la oportunidad para el arrepentimiento existirá en el futuro. Hoy, en el presente, ahora mismo es nuestro deber escuchar; y si hoy endurezco mi corazón, no hay garantía que mañana podré cambiar de opinión. Esto se ve en lo que dice el v.13,<i> exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy....</i> No siempre se dirá, Hoy; el futuro se acerca, y la puerta cerrará; pero hasta ese punto, esta palabra nos llega con una urgencia y relevancia constante.<br />Y eso nos lleva a decir entonces que la palabra de Dios es siempre relevante. No es que siempre esté de moda, por supuesto, pues ha pasado por etapas cuando es muy desconocida: pero que el cambio de moda no afecta su autoridad, su importancia, su superioridad a todo lo que es meramente al día. Las idiomas originales de la Biblia son idiomas antiguas: las normas culturales que vemos en sus relatos nos son extraños: estamos divididos de aún las partes más recientes de la Biblia por un golfo vasto de tiempo. Y sin embargo, la Biblia habla con una urgencia, una relevancia, una sabiduría que hace somero y despreciable todo el conocimiento contemporáneo. La palabra de Dios, aunque no esté de moda, se dirige a nuestra vida actual con una profunda claridad. <br />Y podemos tomar ese punto general, que la Biblia siempre habla a nuestro presente con suma relevancia, y ver la gran similaridad que existe en todas las etapas en cuanto a la posición y experiencia espiritual del pueblo visible de Dios. A eso se dirigió el Salmo 95. Hablando a personas que poseían la tierra prometida, les advirtió que no endurecieran su corazón ante la voz de Dios, como hicieron los israelitas quienes no pudieron entrar en esa tierra por su incredulidad. Aunque David nació y fue críado y por fin reinó sobre esa tierra prometida, ve que todavía hay peligro de no entrar en el descanso de Dios, de endurecer nuestros corazones y fracasar en un sentido espiritual. Y Hebreos repite esas palabras como necesarias para nosotros, aunque había intervenido un cambio más grande que la posesión de Canaan, es decir, la venida de Cristo. Mucho cambió con el nacimiento, muerte y resurrección de Jesús: la ley ceremonial fue abolida, la ley civil expiró poco después, hubo grandes cambios en la organización del reino de Dios: pero sin embargo, cristianos también necesitan escuchar esa exhortación. El pecado sigue siendo engañoso: el peligro de endurecer nuestros corazones sigue vigente. No ha llegado la consumación: y entonces nosotros, hoy, debemos escuchar la voz del Espíritu Santo. Habla en la sagrada escritura, y nos anima, nos corrige, nos instruye, nos consuela. Sea nuestra resolución la del Salmista: <i>Escucharé lo que hablará Jehová Dios; porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, para que no se vuelvan a la locura</i> (Salmo 85:8).Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-88920767447525651422010-06-30T06:28:00.002-05:002010-06-30T06:34:18.574-05:00La Mortificación de lo MuertoEn el nuevo testamento hay varias afirmaciones que los creyentes han sido librados del pecado, que no pecan, y que son muertos al pecado. A la misma vez hay exhortaciones generales a la mortificación, a resistir el pecado, llamamientos al arrepentimiento, y muchas exhortaciones en contra de pecados específicos. Estas cosas no se contradicen, pero por falta de considerar a ambas clases de texto y de reconciliarlos adecuadamente, personas han caído en el error de pensar que un cristiano verdadero nunca o raramente comete pecado, y en el otro extremo otros han enseñado que depende totalmente de lo que el creyente hace si estará bajo el dominio del pecado o de la gracia. Para despachar esa última postura, basta notar que contiene un error intolerable, en que efectivamente quita la salvación de las manos de Cristo y lo deja en las nuestras, pues Cristo vino para salvarnos del pecado mismo, no tan solamente de sus consecuencias: si nosotros nos salvamos por nuestra conquista de la naturaleza pecaminosa, ya tenemos en qué gloriarnos, y eso contradice todo el plan de Dios (Romanos 3:27).<br /><br />Se podría decir que cada texto que habla del arrepentimiento, o que expresa o implica un mandamiento tiene relevancia, pero los textos más importantes para esta discusión se hayan principalmente en las cartas de Pablo. Para entender el tema es necesario considerar: Romanos 6:1-14; Romanos 8:1-13; Gálatas 5:16-25 y 6:14; Efesios 5:20-24; Colosenses 3:3-11.<br /><br />Desde un principio, hay que notar que la enseñanza perfeccionista, que un cristiana verdadero nunca o rara vez peca simplemente no concuerda con la Biblia (1a de Reyes 8:46; Ecclesiastés 7:20) ni con la experiencia cristiana (Salmo 19:12). En Santiago 3:2 un apóstol inspirado afirma que en muchas cosas todos ofendemos. Y hay que observar que se incluye a sí mismo: un cristiano del más alto plano espiritual y de máxima eminencia en la iglesia admite que él ofende en muchas cosas. Lo mismo se ve en el apóstol Pablo, quien en Romanos 7:13-24 explica el conflicto que seguía teniendo contra el pecado, lamentándose que hacia lo que no quería. Y que esto no es solamente la experiencia de Pablo, sino algo que experimenta cada creyente se puede aprender del principio que Pablo afirma en Gálatas 5:17, que en los creyentes hay un conflicto entre carne y espíritu. Cristo mismo nos enseña que el cristiano peca con frecuencia (que para nada es lo mismo que aprobar eso o desanimarnos para la batalla) en la oración que nos dió conocido como el <span style="font-style: italic;">Padre Nuestro</span>. Una de las peticiones de esa oración es que Dios nos perdone nuestras pecados (Lucas 11:4). En ese breve resumen de la oración Cristo incluye lo que nos afecta constantemente: la gloria de Dios, el éxito de su reino, nuestras necesidades diarias, y el peligro de la tentación: incluído en esa breve lista está el perdón de pecados: es una manifestación fuertísima que constantemente nos vemos en necesidad de obtener perdón, pues pecamos en pensamiento, palabra y hecho, haciendo cosas indebidas y dejando de hacer cosas exigidas, y eso diariamente. ¿Entonces qué de un texto como 1a de Juan 3:6-9 que afirma que el que permanece en él no peca? Será necesario regresar a este tema, pero por el momento hay que notar que el mismo Juan un poquito antes había dicho, <span style="font-style: italic;">Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros</span> (1a de Juan 1:8). Tenemos que entender los dos textos en una manera que no sea contradiciente; y eso hace aparente que la enseñanza perfeccionista no concuerda con la Escritura, y de hecho es el auto engaño de alguien quien no tiene la verdad, pues el que no ve su pecado no comprende su necesidad de Cristo (Lucas 5:31,32). La única manera de decir que no tenemos pecado es recortando la ley de Dios para que no se extienda a lo que somos y pensamos, tanto a lo que decimos y hacemos: ¡la ironía es que esa interpretación falsa de la ley es en sí un pecado! El mismo hecho de afirmar que no tengo pecado es otro pecado más que agrego a la cuenta. Cuando se entiende correctamente la ley de Dios, que es espiritual, que extiende hasta lo interior cada persona quien no se ha engañado ya verá que diariamente ofende en contra de esa ley por sus pensamientos y deseos y motivaciones, y por lo que deja sin hacer. Aún en lo que hacemos de buenas obras viene contaminado con pecado, pues nuestras motivaciones y manera de proceder no llegan a la perfección que Dios exige.<br />La segunda cosa para plantear es, como ya se mencionó, que el dicho que somos muertos y el mandamiento de dar muerte a nuestros miembros no se contradicen. Eso se ve muy claramente en que los pasajes señalados de las epístolas de Pablo contienen ambas afirmaciones. Si Gálatas 5:24 dice que hemos crucificado la carne, Gálatas 5:17 dice que el Espíritu y la carne se oponen: las dos afirmaciones forman parte del mismo argumento, vienen en el mismo contexto, y nadie quien cree en la inteligencia de Pablo, sin siquiera mencionar la inspiración del Espíritu Santo, podría creer que se contradijo en la misma hoja. Lo mismo se ve en Romanos 6:6,12; Colosenses 3:3,5; Romanos 8:10,13: las dos cosas van estrechamente ligadas.<br /><br />Entonces lo que resta es buscar una interpretación de ambas afirmaciones que satisfaga los requisitos del lenguaje ocupado por el Espíritu Santo, y que quede con el resto de la enseñanza Bíblica. Cuando tal interpretación sea hallada, se verá que también concuerda con la experiencia cristiana, puesto que es imposible que la escritura sea invalidada. El análisis de todos los textos mencionados resultaría en una discusión muy extensa, entonces solamente se ofrecerá la conclusión, en la esperanza que cuando el lector la compare con los textos señalados se manifestará como verdadera por so acuerdo a la palabra de Dios.<br /><br />Romanos 6:2 toma por hecho la muerte al pecado, y lo presenta como motivo para no vivir en el pecado. Es obvio que la muerte al pecado no es lo mismo que eliminar toda posibilidad del pecado. Si fuera así, Pablo desperdiciaría sus esfuerzos al exhortar a los romanos a considerarse <span style="font-style: italic;">muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia</span> (Romanos 6:11-13). ¿Pero si el pecado sigue presente con el creyente, en qué sentido se puede decir que ha muerto al pecado? <br />1. El creyente ha muerto al pecado<span style="font-weight: bold;"> legalmente</span>, en que su relación con el pecado ha sido disuelto: ya no le queda condenación, y tiene una justicia perfecta (Romanos 5:19; 6:7,14; 8:1).<br />2. El creyente ha muerto al pecado <span style="font-weight: bold;">simbolicamente</span>, en el bautismo (Romanos 6:3,4).<br />3. El creyente ha muerto al pecado <span style="font-weight: bold;">representativamente</span>, por su unión con Cristo. El bautismo en Cristo Jesús expresa la unión del creyente con su Señor, y como Cristo murió al pecado y resucitó, en él el creyente también lo ha hecho (Romanos 6:5,8-10).<br />4. El creyente ha muerto al pecado <span style="font-weight: bold;">virtualmente</span>, porque su muerte al pecado y resurrección tanta física como moral han sido logradas por virtud de la obra de Cristo (Romanos 6:4,5).<br />5. El creyente ha muerto al pecado <span style="font-weight: bold;">dispositivamente</span>, en que su disposición ha sido cambiada de conformarse al pecado a oponerlo (Romanos 6:2,12; 7:22,23,25). El cambió de disposición ha dado un golpe mortal al pecado que dominaba al creyente antes de su conversión.<br />6. El creyente ha muerto al pecado<span style="font-weight: bold;"> incoadamente</span>, en que el dominio del pecado ha sido destruido (Romanos 6:6,14,17).<br /><br />Entonces lo que resta al creyente es llevar acabo, por el poder del Espíritu Santo (Romanos 8:13), lo que ya ha sido comenzado. Quizás esto sea indicado por el mero hecho que habla de la crucifixión del pecado (Romanos 6:6, Gálatas 5:24): una persona crucificada no muere inmediatamente, sino poco a poco. Pero mientras queda en la cruz, su muerte es asegurada. Pero no hay que alimentarlo (Romanos 13:14), y no hay que vacilar en el propósito de matarlo: de hecho, el creyente verdadero no se dará por vencido en esta batalla. Sin embargo, la batalla será constante hasta que muera: pues se encontrará en este cuerpo de muerte (Romanos 7:24) hasta la muerte del cuerpo. No es para sugerir que el hecho de tener cuerpo sea malo, sino que es mayormente por la instrumentalidad de las pasiones corporales que el pecado encuentra cualquier vigor para oponer el reino de la gracia.<br />Esta enseñanza acerca de la mortificación es solamente una parte de la doctrina más general de la santificación. La Confesión de Fe de Westminster, en su capítulo 13, se dirige al tema de la santificación, y da una explicación breve pero profunda.<br /><br /><blockquote>I. Aquellos que son llamados eficazmente y regenerados, teniendo creados un nuevo corazón y un nuevo espíritu en ellos, son además santificados real y personalmente por medio de la virtud de la muerte y la resurrección de Cristo, por su Palabra y Espíritu que mora en ellos; el dominio del pecado sobre el cuerpo entero es destruido, y las diversas concupiscencia de él son debilitadas y mortificadas más y más, y los llamados son más y más fortalecidos y vivificados en todas las gracias salvadoras, para la práctica de la verdadera santidad, sin la cual ningún hombre verá al Señor.<br /><br />II. Esta santificación es entera, en el hombre total; aunque incompleta en esta vida, permaneciendo aún algunos remanentes de corrupción an cada parte, de donde surge una continua e irreconciliable batalla; la carne luchando contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne.<br /><br />III. En dicha batalla, aunque la corrupción que aún queda puede prevalecer mucho por algún tiempo, sin embargo, a través del continuo suministro de fuerza de parte del Espíritu Santificador de Cristo, la parte regenerada triunfa: y así crecen en gracia los santos, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.<br /></blockquote><br />La mortificación es necesaria, indispensable; sin la mortificación del pecado, nadie irá al cielo: pero las condiciones para que esa mortificación sea exitosa ya han sido creadas, el golpe mortal ya se dio, y el Señor Jesucristo por su Espíritu y su palabra provee, de las riquezas insondeables de su persona y obra, fuerza al creyente para renovar su batalla contra el pecado que mora en él (Romanos 7:17), hasta que sea renovado en conocimiento pleno (Colosenses 3:10). <span style="font-style: italic;">La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto </span>(Proverbios 4:18): el día todavía no es perfecto, pero el creyenta va bien encaminado, suplido con todo lo necesario para el viaje, guíado y fortalecido por el Espíritu Santo, protegido y preservado por el Señor Jesús, y su llegada es asegurada.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-5164471140386758492010-06-06T15:33:00.004-05:002010-07-14T14:16:39.297-05:00Una Oración FervienteLas oraciones que Dios mismo ha inspirado en su palabra nos deben guiar y gobernar en nuestras oraciones. Nos proveen de palabras para usar en la oración, si unimos nuestros corazones a su sentido, y nos dan verdades profundades para meditar. Aquí hay una oración sencilla, pero profunda:<br /><br />Salmo 119:132,133<br /><span style="FONT-STYLE: italic">Mírame, y ten misericordia de mí, </span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">Como acostumbras con los que aman tu nombre.</span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">Ordena mis pasos con tu palabra, </span><br /><span style="FONT-STYLE: italic">Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.<br /><br /><span style="FONT-STYLE: italic"><span style="FONT-STYLE: italic"><span style="FONT-STYLE: italic"></span></span></span></span>Para decir solamente lo obvio, debemos notar para animarnos a orar que Dios suele tener misericordia de los que aman su nombre. Es su hábito ser clemente a los que se deleitan en lo que él ha manifestado de sí mismo. ¿Te llena de admiración que Dios sea trino - que en la unidad de la deidad existan tres personas distintas, pero solamente un Dios? ¿Regocijas en el hecho que Dios se declara como el Dios de amor y paz? Entonces puedes esperar que te tendrá misericordia, no porque lo ganaste con tu reconocimiento de la verdad (pues ese reconocimiento que tienes es en sí un don misericordioso que Dios te dio), sino porque donde Dios comienza a tener misericordia es su costumbre continuar derramándolo.<br />Luego notamos que el señorío de la iniquidad es lo que aquellos que aman al nombre de Dios temen. Si yo me llamo por el nombre de Dios, si digo que soy de su pueblo, entonces me debe dar miedo el pensamiento de servir a un maestro ajeno, que algún pecado se vuelva mi señor. Pero notemos también esto: es Dios, nuestro Señor, quien nos defiende de la esclavitud del pecado: el salmista va a Dios y le pido su ayuda en ser leal, su apoyo en no traicionarle rindiendo obediencia a la iniquidad.<span style="FONT-STYLE: italic"><span style="FONT-STYLE: italic"><span style="FONT-STYLE: italic"><span style="FONT-STYLE: italic"></span></span></span> </span>Y la manera en que espera esa preservación, lo que anticipa que Dios ocupará como medio para preservarle, es la palabra de Dios. Cuando Dios ordena nuestros pasos de acuerdo a su palabra, la iniquidad no se enseñorea de nosotros, pues la palabra de Dios no exige ni aprueba nada excepto la santidad perfecta.<br />Y esa es la misericordia que debemos anhelar, y que podemos confiadamente pedir: que Dios nos haga vivir conforme a su palabra, que rompa el dominio del pecado e inscriba su ley en nuestros corazones. Si sabes que necesitas misericordia: si temes que el pecado se te ensoñoree: si estás conciente de la lucha continua contra la iniquidad, Dios ha hecho provision por ti en estas palabras: provisión en la forma de esperanza y ánimo para que sigas adelante, y también en la forma de instrucción, sabiduría, y aún de palabras para usar en la oración, para que entiendas la batalla y sepas como buscar la victoria sobre el pecado de la mano de Dios.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-15127568212209306312010-05-01T11:00:00.002-05:002010-05-01T11:26:33.201-05:00Hebreos 3, Pregunta 17<span style="font-weight: bold;">17. ¿Qué significa ser hechos participantes de Cristo?</span><br /><br />Esta pregunta se toma del v.14:<span style="font-style: italic;"> Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.</span><br /><br />La traducción podría dejarnos con la duda de si ya hemos sido hechos participantes de Cristo, o si es algo que es para el futuro, bajo la condición que retengamos firme nuestra confianza hasta el fin. Según el gran teólogo inglés, John Owen, las palabras originales necesariamente requieren el sentido que ya somos participantes de Cristo, y que esto se manifiesta y comprueba por retener esta confianza. No quiero hablar minuciosamente de las palabras, pero sin duda la analogía de la Escritura nos lleva a pensar que Owen tiene razón, pues el nuevo testamento presenta participación con Cristo como una realidad presente (1a de Corintios 1:30; 3:23; 6:15,19,20; 2a de Corintios 5:17). Entonces pregutamos ¿Qué significa ser hechos participanted de Cristo? con el entendimiento que hablamos de algo que es la posesión actual de los creyentes.<br /><br />Esta frase nos dirige a la gran doctrina de unión con Cristo. Esa doctrina es un tema fundamental de la Biblia, con raizes muy extensas en ambos testamentos. Se nos presenta en el nuevo testamento, por ejemplo, en las figuras de Cristo como novio y la iglesia como esposa (Efesios 5:22-32), como cabeza y cuerpo (Colosenses 1:17-20) y del edificio y su fundamento (Efesios 2:19-22; 1a de Pedro 2: 4,5). Se puede hablar de dos aspectos de esta unión: hay una unión legal o federal, establecida por un pacto, que resulta en una identidad legal y una comunidad de posesiones; y hay una unión vital o mística, por comunión en el mismo Espíritu que resulta en una conformidad moral. <br /><br />Para brevemente exponer esto, vamos a notar simplemente que ser hechos participantes de Cristo significa que compartimos con él: existe tal compañerismo y comunión entre Cristo y el creyente que Juan puede decir, <span style="font-style: italic;">de su plenitud tomamos todos</span> (Juan 1:16). De esa plenitud recibimos toda bendición espiritual (Efesios 1:3), pero resalto solamente estos tres:<br /><br /><ol><li>Participamos en la justicia de Cristo. Dicho de otra manera, compartimos su posición ante le lay de Dios. Sabemos claramente por la escritura que la ley nos maldice por nuestra desobediencia, es más, por nuestra obediencia imperfecta (Deuteronomio 27:26). Pero esa ley no pudo condenar a Cristo, porque su obediencia fue completa, entera, perfecta. Queda aprobado entonces, bajo la ley de Dios, como perfectamente justo. Y aunque murió castigado por nuestros pecados, es obvio que acabó con ese castigo, que apaciguó completamente la ira de Dios y totalmente expió nuestra culpa, pues resucitó de los muertos, habiendo agotado todas las demandas de la ley en nuestra contra (Romanos 4:25). Y ahora, nosotros que creeemos en Cristo, participamos en esa condición, compartimos esa justicia perfecta. Es por eso que Pablo dice que ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1). Como Cristo eliminó la culpa, la ira, y el castigo, y rindió una obediencia perfecta, la ley no puede tener nada en contra de los que están en Cristo: en vez de exigir nuestra condenación, al contrario exige nuestra justificación, porque unidos a Cristo somos una entidad legal con él, no es posibile dividirnos de su justicia.</li><li>Participamos en la experiencia de Cristo. El mismo nos sugiere este pensamiento en Juan 15:18-21. Esta participación se puede dividir en dos etapas o estados. El estado de humillación incluye todos sus sufrimientos durante su vida terrestre. Desde la pobreza e incomodidad de su nacimiento, hasta sus últimas agonías sobre la cruz y su entierro, Cristo pasó por sufrimientos extensos y severos. Pero después vino el premio de su obra, entró en su estado de exaltación y poseyó la gloria (Filipenses 2:9-11). Y nosotros compartimos con Cristo en ambos aspectos de su experiencia. Claro, no compartimos los dos a la vez: como Cristo mismo pasó de su estado de humillación a su estado de exaltación, nosotros primero pasamos por tribulaciones y después entramos en el reino. Esto nos explica Pablo, declarando que es palabra fiel que, <span style="font-style: italic;">Si somos muertos con él, también viviremos con él; si sufrimos, también reinaremos con él</span> (2a de Timoteo 2:11,12). Pasando por los dolores, tristezas y afflicciones de este tiempo presente, podemos regocijar porque simplemente estamos compartiendo a nuestra medida la experiencia de Cristo: y si participamos con él en los sufrimientos, es seguro que participaremos también en la gloria.</li><li>Participamos en la herencia de Cristo. Pablo afirma esto en Romanos 8:16,17 donde dice que si somos hijos, también somos herederos; <span style="font-style: italic;">herederos de Dios y coherederos con Cristo</span>. No puedo explicar y manifestar esa herencia, pues excede mi entendimiento. Pablo agrega que es una gloria con que no se pueden comparar nuestras afflicciones (Romanos 8:18): menciona además que todo es nuestro, sea el mundo, la vida, la muerte, lo presente, o lo por venir (1a de Corintios 3:21-23). No soy capaz de mostrar lo que es esa herencia: pero esto sé, que si sirve para premio de la obra de Cristo, si es algo que Cristo mismo pudo anhelar, llenará y excederá toda capacidad que tengo para gozo. Quizás lo más sencillo, pero a la vez lo más sorprendente, es notar simplemente que Dios mismo es nuestra porción (Salmo 73:26; Apocalipsis 22:4).</li></ol><br />Estas cosas son nuestras, ya: falta gozarlas, disfrutarlas más, y ciertos aspectos no podemos poseer completamente hasta la consumación de todas las cosas; pero en Cristo, ésto es lo que nos pertenece. Vale la pena notar brevemente que participamos con Cristo, porque él participó con nosotros, tomando nuestra naturaleza y experimentando nuestras tentaciones y pruebas (Hebreos 2:14-18). El se humilló para tomar nuestra posición bajo la ley (Gálatas 4:4), bajo la maldición (Gálatas 3:13), y sujeto a afflicciones, a los asaltos del diablo, y a la malicia del ser humano. Y se dignó a hacer esto, para que nosotros fueramos hechos participantes con él. Esto es lo que es ser participantes del llamamiento celestial (Hebreos 3:1), que vivimos en unión y comunión con Cristo Jesús. Esta unión logra también que exista un conformidad a Cristo en un sentido moral, que seamos más y más santos como él es santo (Romanos 6:5-7).<br /><br />La segunda parte del versículo explica que los que verdaderamente participan con Cristo nunca abandonan esa confianza. Es decir, si alguien profesa la fe de Cristo, pero luego abandona esa profesión, cae en apostasía, renuncia lo que afirmó de confiar en Cristo, señala que no estaba unido a Cristo. Tratamos la <a href="http://teologiaenmexico.solideogloria.com/2009/04/hebreos-3-pregunta-7.html">perseverancia anteriormente</a>, entonces aquí puedo ser breve. Los que participan con Cristo, perseveran, por el poder de Dios (1a de Pedro 1:5), y no pueden apartarse total o finalmente (Jeremías 32:40). El que no persevera no comparte con Cristo en el mundo venidero; pero no perseveró, porque no estaba compartiendo con Cristo aquí.<br /><br />Gozemos de Cristo hoy: recordemos todo lo que ya hemos tomado de su plenitud, y acudamos a él para cada necesidad: estamos unidos a él, lo suyo es nuestro, y nosotros le pertenecemos en una unión indisoluble.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-57055136336752721502010-04-30T22:25:00.003-05:002010-04-30T22:49:58.210-05:00Lo que Cristo EsEn la historia eclesiástica de Philip Schaff encontré estas bellas palabras citadas de Melitón de Sardes, en su obra acerca de la fe.<br /><br /> <blockquote style="color: rgb(0, 0, 102);">El Señor Jesucristo es reconocido como la Razón perfecta, el Verbo de Dios; quien fue engendrado antes de la luz; quien era Creador con el Padre; quien fue el Hacedor del hombre; quien era todas las cosas en todo; Patriarca entre los patriarcas, Ley en la ley, Sumo Sacerdote entre los sacerdotes, Rey entre los reyes, Profeta entre los profetas, Arcangel entre los ángeles; él guió a Noé, condujó a Abraham, fue atado con Isaac, exiliado con Jacob, fue Capitán con Moisés; predijo sus propios sufrimientos en David y los profetas; fue encarnado en la Virgen; adorado por los Magos; él sanó a los cojos, dio vista a los ciegos, fue rechazado del pueblo, condenado por Pilato, colgado en el madero, sepultado en la tierra, resucitó de los muertos y apareció a los apóstoles, ascendió al cielo; él es el Descanso de los fallecidos, el Rescatador de los perdidos, la Luz de los ciegos, el Refugio de los afligidos, el Novio de la Iglesia, el Auriga de los querubines, el Capitán de los ángeles; Dios quien es de Dios, el Hijo del Padre, el Rey eternamente y para siempre.</blockquote><br />Son palabras antiguas, y puede ser que una o dos expresiones, aisladas del contexto total, podrían permitir una interpretación menos que ortodoxa, pero la combinación de todas las frases me hace pensar que debemos más bien tomar las palabras en el mejor sentido. Haciendo eso, podemos elevar nuestros corazones en alabar a Cristo como nuestro Dios, reconociendo la verdad de lo que dice Melitón.<br /><br />Vale la pena notar además, que este hombre apreciaba la escritura porque le mostraba a Jesucristo. En estas palabras no solamente glorifica al Señor Jesús, sino que también nos da una clave para leer la escritura con provecho: esperando ver a Cristo como el fundamento, la suma y la sustancia de la enseñanza bíblica.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-59131164936395647172010-03-30T19:14:00.003-06:002010-03-30T19:18:53.531-06:00Hebreos 3, Nota Adicional 2Según el v.13 cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de exhortar a nuestros hermanos. Ahora, si todos estamos haciendo esto, obviamente cada uno no solamente va a dar, sino también recibir, exhortación. Para cumplir con este requisito vamos a necesitar:<br /><ul><li>Amor para los hermanos. Si no los queremos, no nos va a importar si perseveran o no. </li><li>Humildad. Cuando la gente nos exhorta si nos molestamos o no valoramos adecuadamente el amor que ellos tienen para nosotros es muy probable que los vamos a desanimar por nuestra reacción a su exhortación. Lo primero que debemos hacer al ser animados, instruidos, o hasta corregidos por algún hermano es darle sinceramente las gracias por tener ese cuidado para nuestros bien: aún si se equivoca, es una muestra de amor.<br /></li><li>Sabiduría. Vamos a tener que saber la manera adecuada de exhortar a nuestros hermanos sin ser presumidos ni metiches. </li></ul>Pero no debemos desanimarnos porque esto es difícil. Más bien debemos regocijar, porque Dios nos ha dado el alto privilegio de ser instrumentos en la salvación de nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Y ¿no es un asunto de gran gozo que podemos ser útiles en el servicio de Dios?Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-90249363298983821742010-03-28T16:44:00.001-06:002010-03-28T16:47:08.221-06:00Hebreos 3, Pregunta 16<span style="font-weight: bold;">16. ¿Cuál es el engaño del pecado que nos podría endurecer mencionada en el v.13?</span><br />Que el pecado es engañoso se establece por muchos dichos de la escritura, además de éste, pero baste con notar que el pecado primero entró al mundo por el pecado. Eva da testimonio que <span style="font-style: italic;">la serpiente me engañó, y comí</span> (Génesis 3:13, y lo confirma Pablo en 2a de Corintios 11:3). Aunque a lo mejor no sea una regla universal (1a de Timoteo 2:14), como regla general me parece muy sabia el dicho del teólogo inglés John Owen: "Aún ese primer pecado comenzó en engaño, y hasta que la mente fue engañada, el alma estuvo a salvo."<br />Para ver como el pecado engaña, podemos considerar esa primera tentación, cuando la serpiente habló con nuestra madre Eva. Ese relato se encuentra en Génesis 3:1-6.<br /><span style="font-style: italic;"></span><blockquote><span style="font-style: italic;">Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeráis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.</span></blockquote><br />Notamos sencillamente el hecho que la serpiente toma algo naturalmente placentero (el fruto del árbol era bueno para comer y agradable a los ojos), alaba o exagera sus beneficios (que la haría como Dios), niega la maldad de hacerlo (al decir que Dios sabía que no moriría sino que serían abiertos sus ojos parece sugerir o que Dios dio ese mandamiento por envidia o que no lo dio con la intención de que fuera obedecida, sino como prueba de su inteligencia o algo parecido) y suprime consideración de las consecuencias (la dijo que no moriría). Dicho así la tentación parece algo débil, y el engaño no muy astuto, pero lamentablemente esas mismas estratagemas funcionas una y otra vez en nuestras vidas. De lo bueno y lo placentero que la creación ofrece en abundancia, se nos presenta algún objeto que por nuestro carácter, nuestras circunstancias, y nuestro humor en el momento tiene un encanto especial, y se nos presenta como algo de suma importancia. A la vez, consideraciones de su maldad son suprimidas: el adúltero refleja que se merece esto porque su esposa no le ha tratado bien, el borracho se promete que es la última vez, el ladrón piensa en su necesidad económica, y todos evitan pensar en el Santo Dios ante cuyos ojos están sus caminos y quien considera todas sus veredas (Proverbios 5:21). Si todavía queda algún temor al castigo del pecado, el pensamiento que nadie sabrá, o que nadie lo tomará en cuenta muchas veces basta. Allí en breve, pues, vemos las mentiras que nos cuenta el diablo, vemos el engaño del pecado: que algo placentero pero por alguna circunstancia inaccessible es necesario o de sumo valor; que no es malo; que no habrá consecuencias. A estas mentiras tenemos que responder con la palabra de Dios, que explica nuestro deber y nos dice cuándo y bajo cuáles condiciones podemos o no tener algo deseable (por ejemplo, Efesios 5:18); que demuestra la maldad del pecado en ofender a Dios (Salmo 41:4); y que denuncia en términos severos el tremendo castigo que trae (Romanos 6:23).<br />Tenemos que estar en alerta, velar y orar (Marcos 14:38), para no entrar en tentación, para poder penetrar el engaño del pecado, y verlo por lo que realmente es: rebelión, traición, inmundicia; la cosa más vil y más asquerosa y más ofensiva que hay. Y es que, como dice el versículo, este engaño del pecado sirve para endurecernos: una vez que nos mete sus garras no nos suelta, y nos vamos volviendo más y más dormidos y menos sensibles. Consideren cómo el engaño del pecado endureció a David. En un momento de su vida, le turba su corazón por cortar la orilla del manto del rey Saúl, quien en ese entonces le buscaba para matarlo (1a de Samuel 24:1-6). Tenía una conciencia activa, que no le permitía alzar su mano contra el ungido de Jehová, ni en un punto mínimo como ese, y eso aunque esa misma persona le había perseguido sin causa. Pero en otro momento de su vida, comete adulterio con la mujer de uno de sus soldados, intenta cubrir el efecto de su pecado con engaño y cuando eso no funciona, da ordenes que aseguran la muerte del soldado cuya esposa había tomado, y permanece sin arrepentimiento por varios meses (2a de Samuel 11). Es un cambio enorme operado en David por el engaño del pecado. Vemos, pues, que el pecado es engañoso, y nos endurece para que sigamos de pecado en pecado, nunca reflexionando, nunca pensando en nuestro peligro, o en la deshonra que hemos traído al nombre de Dios. ¡Con cuánta razón, entonces, nos manda Hebreos estar en alerta contra este enemigo, y exhortarnos los unos a los otros cada día para que el pecado no nos endurezca por su engaño!Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-31357879686900036492010-02-24T21:39:00.002-06:002010-02-24T21:42:41.832-06:00Hebreos 3, Pregunta 15<span style="font-weight: bold;">Compare los primeros seis versículos con el v.12. ¿Al apartarnos de Cristo a quién dejamos?</span><br /><br />El v.12 nos exhorta a no abandonar al Dios vivo. Mirando los primeros seis versículos, y agregando el v.14, queda muy claro que abandonamos al Dios vivo si dejamos a Cristo. Y esto concuerda con lo que la Biblia enseña en otros lugares.<br /><ul><li>Juan 5:23b, <i>El que no honra al Hijo, no honra al padre que le envio</i></li><li>Juan 14:6, <i>Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.</i></li><li>1a de Juan 2:23, <i>Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre</i>.</li></ul>El que dice adorar a Dios, acercarse a Dios, pertenecer a Dios, pero quien no reconoce a Cristo, es mentiroso. Los judíos y los musulmanes, aunque son monoteistas, no por eso adoran al Dios verdadero. El que niega que Jesús es el Cristo, es anticristo, y niega tanto al Padre como al Hijo (1a de Juan 2:22), y por lo tanto toda religion que no sea abiertamente cristiana, centrada en Cristo Jesús, el Verbo encarnado, Dios manifiesto en carne, es una religión falsa, porque nadie puede tener a Dios quien no lo halla en la faz de Jesucristo.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-78837929088930031102010-01-26T21:33:00.000-06:002010-01-26T21:34:13.258-06:00Hebreos 3, Pregunta 14<span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><b>14. Los vv. 12,13 hablan de peligros y el remedio para ellos. ¿Cuales son los peligros y cómo los podemos evitar?</b></span></span> <p style="margin-bottom: 0in; font-weight: normal;" align="left"><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;">Primero se menciona el peligro de <span style="font-style: normal;">un </span><i>corazón malo de incredulidad. </i><span style="font-style: normal;">Es decir, la falta de una fe genuina es un peligro que enfrenta todo adherente a la iglesia cristiana. Esta condición es fundamentalmente una negación absoluta de todo lo que profesa el cristianismo, pues al corazón de nuestra religión se encuentra la frase </span><i>mas el justo por su fe vivirá </i><span style="font-style: normal;">(Habacuc 2:4), y este mismo libro declara que sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6).</span></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in; font-weight: normal;" align="left"><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">Lo que sigue explica por que esta condición es tan peligrosa. El corazón malo de incredulidad se aparta </span><i>del Dios vivo</i><span style="font-style: normal;">. Abandona la fuente de todo bien: ¿qué resultado bueno puede tener? En efecto dice que Dios es mentiroso: ¿cómo recibirá a Cristo cuando rechaza el testimonio que lo proclama?</span></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;" align="left"><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">Luego se menciona el peligro del </span></span><i><span style="font-weight: normal;">engaño del pecado.</span></i><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;"> El diablo ocupa </span></span><i><span style="font-weight: normal;">maquinaciones</span></i><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;"> (2a de Corintios 2:11 para ganar una ventaja sobre nosotros. El pecado muchas veces tiene un aspecto placentero: pero su fin todo lo contrario. </span></span><i>Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte</i><span style="font-style: normal;"> (Proverbios 16:25). </span></span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;" align="left"><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">El efecto del engaño del pecado es que seamos endurecidos. Cuando el corazón y la conciencia están endurecidas, nuestro caso es verdaderamente grave. Jeremías lamenta unos que eran verdaderamente sin vergüenza: </span></span></span><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><i>¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener verg:uenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová</i></span></span><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;"> (Jeremías 6:15). En su evangelio, citando palabras de Isaías, Juan explica la derrota a que nos llevan corazones endurecidas. </span></span></span><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><i>Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane </i></span></span><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">(Juan 12:39,40).</span></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;" align="left"><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">Esto deja claro que aunque los peligros se presentan en varios aspectos, fundamentalmente son uno. El corazón malo, el corazón endurecido por el pecado, entra en incredulidad, que al apartarse del Dios vivo invita destrucción espiritual y lleva a la condenación.</span></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;" align="left"><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">Es un pensamiento solemne que dentro de la iglesia, dirigiéndose a los que profesan fe en Cristo, el autor de Hebreos se ve necesitado a dar aviso de este peligro. Sería fácil suponer que dentro de la iglesia no hay necesidad. ¿Apoco no estamos aquí todos porque creemos? Pero la verdad es que no. Puede haber impresiones leves, que pasan con el tiempo. Un ejemplo notorio es el Faraón quien vivió en los tiempos de Moisés, y quien estaba esclavizando al pueblo de Israel. Bajo las plagas que Dios mandaba a la tierra de Egipto prometía dejar ir al pueblo, pedía oración, hasta admitía su pecado: pero terminaba endureciendo su corazón hasta que la tierra de Egipto fue destruida, los primogénitos de Egipto murieron, y al final Faraón con su ejército perecieron en el Mar Rojo (Exodo 7-14). Y somos advertidos que no podemos tomarlo por hecho que no enfrentamos el mismo peligro: el pecado es engañoso, y nuestros corazones naturalmente son susceptibles a la incredulidad y el endurecimiento.</span></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;" align="left"><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">Pero Dios ha provisto remedios, que por su gracia serán eficaces para todos sus elegidos. Creo que es importante señalar que nuestra perseverancia no es por algo en nosotros. Eva, en un estado de inocencia, fue engañada: Adán, pecó sin ser engañado, aunque no tenía en sí una naturaleza pecaminosa. Aún algunos de los ángeles, quienes vivían en cercanía a la presencia de Dios, cayeron de su estado primordial. Es obvio, entonces, que nosotros no seguimos en la fe, no evitamos la apostasía, por algo en nosotros mismos. Pero Dios garantiza nuestra perseverancia, al poner su simiente en nosotros, y a bendecir los medios que ha provisto para nuestra preservación. Y como Dios nos preserva usando estos medios para que perseveremos, no tenemos pretexto alguno para evitar utilizar los medios que nos ha dado, ni para desesperar que nuestra salvación depende de nosotros en lo más mínimo.</span></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;" align="left"><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">Este texto señala dos medios relacionados. Uno es simplemente el cuidado. </span></span></span><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><i>Mirad, hermanos</i></span></span><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">, dice el autor, </span></span></span><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><i>que</i></span></span><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;"> </span></span></span><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><i>no haya en vosotros corazón malo de incredulidad</i></span></span><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">. Debemos estar concientes del peligro, y esforzarnos para evitarlo. Seamos celosos de nuestros corazones, que no sean engañados y endurecidos, que no den lugar a la incredulidad. Y en segundo lugar menciona la exhortación mútua. Es decir, la perseverancia no se obtiene a solas. Ser cristianos, sin pertenecer al cuerpo de Cristo, sin participar en la iglesia, no es factible. Necesitamos la exhortación de nuestros hermanos, para que sigamos constantes en la vida cristiana. Necesitamos el compañerismo y apoyo de nuestros comperegrinos. Necesitamos sus palabras - de reprensión, de ánimo, de consuelo, de instrucción, y de motivación. Osea que apartarnos de escuchar la predicación y enseñanza de la palabra, despreciar las oportunidades de platicar con nuestros hermanos (ya sea por dejar de hablarles o por hacer que la plática siempre sea de asuntos mundanos) es intentar suicidarnos en un sentido espiritual.</span></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;" align="left"><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">Dado que esto es el caso, siguen dos conclusiones. Primero, debemos ser agradecidos por la ayuda de nuestros hermanos. Aveces se nos dirigen reprensiones dolorosas, pero ciertas, se nos manda y exhorta a un deber difícil. Debemos aceptarlo con gozo, porque es para nuestro bien. Aveces nuestros hermanos nos reprenden, y no saben lo que dicen. Debemos estar agradecidos, sin embargo, por su preocupación y su deseo de ayudar. La exhortación mútua es un medio que Dios usa en preservarnos para su reino celestial: es un don, y un beneficio. Segundo, que debemos contarlo un privilegio enorme poder servir de esta manera a nuestros hermanos. Cuando intentamos (y espero que intentamos con sabiduría y ternura) fortalecerlos en la fe con nuestras palabras y compañerismo, estamos en la posición de ser usados para preservar a una persona, con espíritu inmortal, para que entre en el gozo de su Señor y more en la casa de Dios por toda la eternidad. Es una gran responsabilidad, y a la vez un gozo inefable. Aprovechemos y disfrutemos de la oportunidad para confirmar y apoyar a nuestros hermanos en la que compartimos.</span></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;" align="left"><span style="font-family:Times New Roman, serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-style: normal;">En vista de este peligro, y en vista de esta oportunidad, velemos por nosotros mismos, y velemos los unos por los otros, para que nuestra fe siga firme, y siga creciendo.</span></span></span></p>Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-30407711126030995432009-12-31T17:16:00.003-06:002009-12-31T17:39:12.756-06:00¿Quién es Señor?El tema de la libertad cristiana es extenso, importante, y complicado. No me es posible hablar de todo lo que involucra en este momento. Pero quisiera dar una sugerencia en cuanto al punto de partida para el pensamiento acerca de la libertad cristiana. <br /><br />La Confesión de Fe de Westminster nos deja una declaración clara del punto fundamental en cuanto a la libertad cristiana (XX.2):<br /><blockquote>Solo Dios es el Señor de la conciencia, y la ha dejado libre de los mandamientos y doctrinas de los hombres, las cuales son en alguna manera contrarias a su Palabra, o está al lado de ella en asuntos de fe o de adoración.</blockquote>Cuando Lutero dijo que su conciencia estaba cautiva a la palabra de Dios estaba afirmando un punto de importancia crítica para esta doctrina; pues según el dictamen conocido del Señor Jesús, <span style="font-style: italic;">Ninguno puede servir a dos señores</span> (Mateo 6:24). Si mi conciencia está cautiva a Dios, a su voluntad revelada en su palabra, por consecuente no puede ser siervo de otro. El punto es sencillo: los esclavos de Cristo no pueden ser los siervos de ningún otro.<br /><br />Confesar que Jesús es el Señor, tomar a Dios como nuestro Dios, incluye reconocer su autoridad: su derecho de determinar lo que es para nosotros el bien y el mal. No exigimos que Dios se conforme a nuestras ideas, sino que nos subyugamos bajo él - incluyendo nuestras conciencias, nuestro pensar acerca de lo que la justicia, la bondad, la maldad, el pecado, la santidad, y en breve, toda cuestión moral. Pero si es Señor, tiene que ser el único señor, la única autoridad que reconocemos. Y eso signfica que en la medida que nuestras conciencias son atadas por mandamientos de hombres y tradiciones humanas, o por doctrinas de demonios, estamos negando en nuestra práctica nuestra confesión que Jesús es el Señor - porque si mi conciencia está cautiva a la palabra de Dios es inevitable que esté libre de cualquier otra regla. Claro, aquí como en todo, no hemos llegado a la perfección: pero no hay duda de la meta. Para que obedezcamos a Dios en nuestros pensamientos, nuestros corazones, nuestras conciencias, es necesario que él sea el único legislador. En breve, la libertad cristiana está basada en el primer mandamiento, porque el que determina nuestro bien, el que rige nuestras conciencias, es nuestro Dios. Y aunque Dios ha dado autoridades secundarios (como lo aclara el quinto mandamiento), los obedecemos porque Dios lo ha mandado, no porque ellos mismos amarran la conciencia.<br /><br />¡Qué Dios nos done esta obediencia profunda a su palabra, que solamente él sea Señor de nuestras conciencias!Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-8041309614863093732009-11-26T12:46:00.002-06:002010-02-18T21:30:20.062-06:00Hebreos 3, Pregunta 13<span style="font-weight:bold;">12. ¿Qué es mi reposo mencionado en el v.11?</span><br />Hebreos 3:11 está repitiendo Salmo 95:11, y los dos textos están reflexionando sobre el relato de Números 14, especialmente los versículos 21-23. El juramento de Dios en Números 14 toma la forma, <span style="font-style:italic;">no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá</span>. Comparando eso con Hebreos, queda claro que mi reposo, es decir, como Dios está hablando, el reposo de Dios es, en primer lugar, la tierra que el había prometido dar a los descendientes de Abraham.<br />Pero dicho eso, hay que pensar por un momento acerca del significado del hecho que la tierra de Canaán puede ser llamada el reposo de Dios. Y parece que la mejor manera de entenderlo es reconociendo que la tierra de Canaán tenía una significancia simbólica. Desde un nivel material, por supuesto, era valiosa, pues una tierra fértil y hermosa para ser posesión propia es una bendición y en muchos casos una condición necesaria para una vida próspera y amena. Además, las emociones que se dirigen hacia la patria son muy fuertes. Pero el amor extremo expresado por esta tierra por personas quienes caminaban con Dios por la fe no nos permite dejarlo allí. Que Abraham, Isaac, Jacob y José, por ejemplo, anhelaran esa tierra se tiene que atribuir a las promesas de Dios conectada con esa tierra. Lo amaban, porque era señal del favor de Dios. Pero no solamente era señal que Dios veía por ellos en esta vida, sino era como una promesa visible que en la casa del Señor morarían por largos dias (Salmo 23:6): en otras palabras, la tierra de Canaán simbolizaba y prometía comunión con Dios en moradas celestiales.<br />Quizás parezca demasiado concluir tanto del mero cambio de palabras de <span style="font-style:italic;">tierra</span> a <span style="font-style:italic;">reposo</span>. Pero hay que considerar que Dios no hace promesas meramente para este mundo. Cristo confirma esto cuando los saduceos se le acercaron para atraparle con una pregunta acerca de la resurrección. Ellos negaban la resurrección, pero Cristo lo confirmó de este dicho: <span style="font-style:italic;">Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos</span> (Mateo 22:31,32). Dios es Dios de vivos, no de muertos, y las promesas de Dios no pueden acabar con algo que desvanece: por eso es que la tierra de Canaán era tan importante, porque de acuerdo a la promesa de Dios, simbolizaba el reposo eterno en comunión con Dios.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-56954098592419645792009-10-31T14:51:00.001-06:002009-10-31T14:55:34.981-06:00Hebreos 3, Pregunta 12<span style="font-weight: bold; font-family: lucida grande;">¿Cómo fue que los israelitas tentaron a Dios?</span><br /><span style="font-family: lucida grande;">El Salmo 95, citado aquí en Hebreos 3, tiene en mente dos eventos principales, que se encuentran en Exodo 17 y Números 14 (como </span><a style="font-family: lucida grande;" href="http://teologiaenmexico.solideogloria.com/2009/08/hebreos-3-pregunta-10.html">mencioné anteriormente</a><span style="font-family: lucida grande;">). Pero durante los cuarenta años que Dios estuvo disgustado con su pueblo fueron muchas las provocaciones que dieron. En Números 14 tuvieron una falta de fe en cuanto a las promesas de Dios, no creyendo que Dios podía darles la tierra prometida, pues los residentes eran muy fuertes. Dudaron el poder de Dios, y por esa duda y rebelión fueron excluídos del reposo de Dios. Era el colmo de una tendencia repetida de dudar a Dios y su representante Moisés, quejarse por la provisión que tenían, y rebelarse en contra de los mandamientos divinos. El dictamen que emite Dios, que siempre andan vagando en su corazón es comprobado no solamente por eventos anteriores al juramento de Dios aquí mencionado que no entrarían en su reposo, sino por toda la triste historia que sigue donde se relata la muerte de esa generación. Endurecieron sus corazones, y perecieron en el desierto, de esa manera mostrando lo que siempre viene a los incrédulos y cobardes (Apocalipsis 21:8).</span><br /><span style="font-family: lucida grande;">El autor de Hebreos aquí nos exhorta no tentar a Dios, y encontramos algo parecido en 1a de Corintios 10:9, donde Pablo nos manda que no tentemos al Señor, como algunos de los hijos de Israel le tentaron, y perecieron por las serpientes. Se refiere a los sucesos relatados en Números 21:4-9, cuando los israelitas se desanimaron otra vez, otra vez murmuraron, y Dios envió serpientes venenosas que causaran gran mortandad. Aplicando esto a nosotros, como lo hizo Pablo, vemos que tentar a Dios es peligroso porque Dios es peligroso. Los que lo ponen a la prueba, encuentran la verdad de lo que dijo, pero en una manera que no les conviene. Esto es algo que hay que tomar muy en serio, como aprendieron Ananías y Safira (Hechos 5:1-11, y hay que notar cuidadosamente el v.9). </span><br /><span style="font-family: lucida grande;">¿Entonces, qué es tentar a Dios? En breve, significa ponerlo a la prueba, y para entenderlo debemos mirar a Exodo 17:7, que dice que Moisés: </span><span style="font-style: italic; font-family: lucida grande;">llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?</span><span style="font-family: lucida grande;"> Más adelante, en Deuteronomio 6:16 Moisés nuevamente recurre a este tema, diciendo: </span><span style="font-style: italic; font-family: lucida grande;">No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah.</span><span style="font-family: lucida grande;"> ¿Cómo lo tentaron? ¿En qué manera lo pusieron a la prueba? La pregunta en Exodo 17:7 lo explica. Los hijos de Israel preguntaron </span><span style="font-style: italic; font-family: lucida grande;">¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?</span><span style="font-family: lucida grande;"> Habían visto cómo Dios los sacó de Egipto con mano extendido y brazo fuerte, como ahogó a sus enemigos en el mar que abrió para que ellos pasaran por en medio de las aguas, y además habían visto ya la provisión de maná, cuando comida caía del cielo para su alimento. Pero apesar de las maravillas que habían visto, cuando llegaron a Refidim donde no había agua, dudaron, y pusieron a Dios a la prueba, preguntando si él estaba con ellos o no. No era suficiente que los había rescatado de Egipto, que había abierto el mar, que había llovido pan del cielo sobre ellos - con todo quieren que compruebe una vez más que está presente. Cuando comenzó la sed, se acabó la fe, e insisten que Dios haga algo para que sepan que los acompaña. Exigieron que Dios hiciera algo fuera de lo común para que creyeran lo que ya había demostrado una y otra vez. Fue lo mismo más adelante, cuando el verdadero Israel, el Señor Jesucristo, fue atacado por el diablo. Vemos en Lucas 4:9-12 que el diablo intenta incitar a Jesús que se lanza del pináculo del templo si es el Hijo de Dios. Quiere que Cristo se empeligre para comprobar que Dios lo reconoce como Hijo. Cristo rehusó, en las palabras de Moisés, </span><span style="font-style: italic; font-family: lucida grande;">No tentarás al Señor tu Dios</span><span style="font-family: lucida grande;"> (Lucas 4:12, citando Deuteronomio 6:16). No era necesario exigir una prueba - Dios había dado la palabra que Cristo era su Hijo amada (Lucas 3:22). Lanzarse del templo no sería fe en Dios, porque sería buscar una prueba de lo que Dios ya había dicho - como si la palabra de Dios no era suficiente. Pero cuando sentimos confianza en una persona, su palabra nos es suficiente: con que me diga que algo es cierto o que hará algo, me basta, y no necesito abogados, notarios, contratos, y todo el aparato legal diseñado para obligar a las personas a que cumplan sus promesas. </span><br /><span style="font-family: lucida grande;">Además, ¡había escaleras! No debemos esperar que Dios haga algo fuera de lo común cuando los medios cotidianos están a la mano. La fe reconoce la provisión y de Dios en el sueldo tanto como en la multiplación milagroso del aceite y la harina (1a de Reyes 17:14). Claro, Dios comprende que nuestra fe es débil, y aveces ha hecho milagros (y nos ha dejado la historia de esos milagros para que nosotros también tengamos el apoyo de esas señales): y cuando Dios nos permite una señal, no es parte de la piedad rehusarlo bajo el pretexto de no tentar a Dios (Isaías 7:10-14). Pero la fe debe descansar en lo que Dios ha revelado sin exigir pruebas, sin dudar su poder o su buena voluntad. Nosotros tenemos en la muerte y resurrección de Cristo la prueba más fuerte del amor y del poder de Dios hacia nosotros: y lo que tenemos que hacer es creer, que no obstante lo que nos diga la ley, el diablo, o nuestra propia conciencia, en Cristo, siendo unidos a él, Dios está reconciliado con nosotros. Poner a Dios a la prueba demuestra una desconfianza que no puede ser desligada de la ingratitud, y es una provocación a Dios decir que no ha hecho suficiente (cuando mandó a su propio Hijo a la muerte) o que no nos basta su palabra. Dios ha hablado: eso basta, pero en gran amor lo ha comprobado con sus hechos y con su muerte y resurrección: no necesitamos más. Por lo tanto, en fe y gratitud, repósate sobre la promesa de Dios con la confianza que en el tiempo debido entrarás en un reposo todavía más amplio, de la posesión perpetua de la paz de Dios.</span>Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-36985589711362918562009-09-16T17:56:00.002-05:002009-09-16T18:00:51.285-05:00El Salterio Español<blockquote>Por primera vez en la Historia, el pueblo evangélico de habla hispana puede contar con un Salterio <strong>completo</strong> para la alabanza pública y privada de Dios. Todos los Salmos, en su integridad, están puestos métricamente para poderlos cantar según las melodías del Salterio de Ginebra.</blockquote>-Jorge Ruiz<br /><br />Más información se puede conseguir en <a href="http://westminsterhoy.wordpress.com/2009/09/15/el-salterio-espanol-sera-publicado-en-2010/">este enlace</a>. Creo que todo el pueblo de Dios puede regocijar en este acontecimiento, y darle gracias a Dios que por fin tenemos completo al gran tesoro de los Salmos en una forma que se puedan cantar. Hay que expresar nuestra gratitud al Pastor Ruiz por haber emprendido y completado esta obra, haciendo difundir esta noticia por todos lados.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-37801826542814595012009-09-13T20:34:00.002-05:002009-09-13T20:36:54.150-05:00Hebreos 3, Pregunta 11<span style="font-weight: bold;">11. Según el v.7 ¿quién estaba hablando en el Salmo 95?</span><br />Al citar el Salmo 95, Hebreos lo introduce con las palabras, como dice el Espíritu Santo. Es obvio, entonces, que el autor creía que el autor del antiguo testamento es el Espíritu Santo. Esto, por supuesto, es también la perspectiva de todo el nuevo testamento. Pablo puede decir:<span style="font-style: italic;"> Toda la Escritura es inspirada por Dios</span> (1a de Timoteo 3:16). Esa palabra<span style="font-style: italic;"> inspirada</span> significa que salió de la boca de Dios como su aliento. Las palabras que encontramos en la Biblia son las mismas palabras de Dios. Para que este asunto quede confirmado por la boca de dos o tres testigos, podemos mencionar que Pedro escribió lo siguiente: <span style="font-style: italic;">nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo</span> (2a de Pedro 1:21). No era conforme a razonamiento ni querer humano que escribieron, sino que el Espíritu Santo soberanamente les llevó en su escribir a poner exactamente lo que Dios quería.<br /><br />Pero el Salmo 95 comienza con palabras que identifican al que habla como ser humano: <span style="font-style: italic;">Venid, aclamemos alegremente a Jehová; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación</span> (Salmo 95:1). Estas palabras no parecieran ser propios al Espíritu Santo. Es obvio que el Espíritu Santo no necesita salvación, y por lo tanto parece que el que habla en este Salmo no es el Espíritu Santo. Además cuando leemos la Biblia es fácil darnos cuenta de estilos distintos. Las palabras de Pablo, por ejemplo, concuerdan con las palabras de Juan, pero cada uno tiene su propia manera de hablar. Pero si el autor de Romanos y de Apocalipsis es el mismo Espíritu ¿de dónde viene esta diferencia?<br /><br />Hay un texto que combina estos aspectos en una manera que puede ayudarnos a entender esta pregunta. Esdras 1:1 dice: <span style="font-style: italic;">En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia....</span><br />Aquí notamos que la palabra era la palabra de Jehová. No hay duda de su origen ni de su caracter divino. Pero esa palabra divina vino por boca de Jeremías. Al mismo momento que era la palabra de Dios, era la palabra de un ser humano. Vemos esto confirmado en Hebreos. En 3:7 habla del Salmo 95 como algo que dijo el Espíritu Santo, y en 4:7 menciona el mismo texto como algo que se dijo por medio de David. Quedamos, entonces, obligados a afirmar que Dios ocupó una instrumentalidad humana para dar su palabra. Además, reconocemos que Dios no los escogió al azar, sino que los preparó para su trabajo de transmitir su palabra por medio de la inteligencia que les dio, las experiencias que les mandó, y todo lo demás que impactó la manera en que pensaban y hablaban.<br /><br />Reconocer la naturaleza divina de la Biblia, entonces, no implica ignorar que fue dada por medio de hombres (hombres santos, nos dice Pedro, pero sin embargo hombres). Pero reconocer que Dios utilizó a hombres no solamente como máquinas de escribir sino como verdaderamente autores en un sentido secundario (1a de Corintios 2:13 con 5:9), en nada disminuye la plena divinidad ni autoridad de la Escritura. Es decir, los instrumentos humanos no impedieron que Dios nos diera su palabra en una forma perfecta y completa. Al contrario, lo que salió de la boca de Jeremías, lo que cantó David, lo que Pablo escribió, todo fue completa y solamente la palabra de Dios para su pueblo en todos los tiempos. Esta es la confianza que tenemos al abrir la Biblia, sea que leamos los escritos de Moisés o de Lucas: que aquí, sin error, sin mezcla alguna, está la misma palabra de Dios. Esto es lo que hace que este libro sea verdaderamente un tesoro incomparable.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-31228548927328792012009-08-23T21:23:00.001-05:002009-08-23T21:25:30.751-05:00Hebreos 3, Pregunta 10<p style="margin-bottom: 0in;" align="left"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><b>10. ¿A cuáles acontecimientos históricos se refiere el texto citado del Salmo 95?</b></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;" align="left"> </p> <p style="margin-bottom: 0in; font-weight: normal;" align="left"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >Salmo 95:7-11 cita dos acontecimientos del tiempo cuando Dios rescató su pueblo de los egipcios, antes de que entraran en la tierra prometida.</span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in; font-weight: normal;" align="left"><br /></p> <p style="margin-bottom: 0in; font-weight: normal;" align="left"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >Salmo 95:8,9 menciona el evento que tenemos grabado en <u>Exodo 17:1-7:</u></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in; font-weight: normal;" align="left"><a name="es-RVR1960-1985"></a> <span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup></sup></span></span></p><blockquote><p style="margin-bottom: 0in; font-weight: normal;" align="left"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>1</sup> Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-1986"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>2</sup> Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová? </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-1987"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>3</sup> Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-1988"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>4</sup> Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-1989"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>5</sup> Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-1990"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>6</sup> He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-1991"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>7</sup> Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no? </span></span></p></blockquote><p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ></span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><br /></p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >Algo parecido, aunque distinto, también ocurrió más adelante, y es posible que David en el Salmo 95, y el autor de Hebreos también lo tienen en mente. Ese relato se encuentra en <u>Números 20:10-13:</u></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4322"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup></sup></span></span></p><blockquote><p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>10</sup> Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: !!Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña? </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4323"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>11</sup> Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>12</sup> Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>13</sup> Estas son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó en ellos.</span></span></p> </blockquote><p style="margin-bottom: 0in;"><br /></p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >Salmo 95:10,11 habla de lo que pasó cuando los hijos de Israel habían llegado a la frontera de la tierra prometida, y recibieron un reporte de los espías que habían mandado para conocer la tierra. Todos estos sucesos son relacionados detalladamente en los capítulos 13 y 14 del libro de Números (y se vuelve a mencionar en Deuteronomio 1:24-46), pero el Salmo más especificamente se refiere a <u>Números 14:26-35:</u></span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4135"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup></sup></span></span></p><blockquote><p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>26</sup> Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4136"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>27</sup> ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4137"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>28</sup> Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4138"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>29</sup> En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4139"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>30</sup> Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4140"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>31</sup> Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4141"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>32</sup> En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4142"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>33</sup> Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4143"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>34</sup> Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo. </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><a name="es-RVR1960-4144"></a><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ><sup>35</sup> Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán. </span></span></p></blockquote><p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" ></span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><br /></p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >Que David ya en el Salmo 95 puede ocupar esos eventos para amonestar a los israelitas de su tiempo demuestra, </span></span> </p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >1. Que no es una doctrina nueva que los sucesos relacionados en las Sagradas Escrituras son para el provecho del pueblo de Dios (compare 1a de Corintios 10:6, Romanos 15:4).</span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >2. Que debemos aprender aún de los malos ejemplos que encontramos en la Biblia. No a imitarlos, por cierto, sino a evitar los errores que los antiguos cometieron.</span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >3. Que la posesión de la tierra de Canaán no era el reposo de Dios, sino solamente simbolizaba algo más profundo. Esto es desarrollado más en el capítulo cuatro de Hebreos, entonces aquí solamente es necesario un breve resumen.</span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >Dios juró a los incrédulos, que no pensaban que él les podía dar la tierra, que no entrarían en su reposo. Allí se ve que había una conexión entre la tierra y el reposo de Dios.</span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >Pero años después, cuando ya poseen la tierra en tranquilidad, David toma este suceso y el juramento de Dios, para amonestar a personas ya viviendo en la tierra prometida que no endurecieran sus corazones, y les indicó que había peligro de que no entrarían en el reposo de Dios. Si tenían la tierra, pero podían fallar en alcanzar el reposo, la tierra misma no puede ser el reposo de Dios.</span></span></p> <p style="margin-bottom: 0in;"><span style="font-family:Arial, sans-serif;"><span style="font-size: 13pt;font-size:100%;" >Entonces la tierra de Canaán era un símbolo del reposo eterno, de nuestro hogar celestial. Era posible morir, como lo hizo Moisés, sin tener el símbolo, y sin embargo llegar al reposo simbolizado: y es posible, como pasó con muchos en los tiempos de David, tener el símbolo, y sin embargo no llegar al reposo simbolizado. La lección para nosotros es no tomarlo por hecho que porque tenemos los símbolos del favor de Dios que entonces es automático e inevitable que tenemos su favor. Ser bautizado, tener su palabra, descansar los domingos, participar en la Santa Cena, todas estas son cosas buenas: pero ninguna de esas cosas es el mismo reposo de Dios, y podemos tener todo eso y todavía no descansar con Dios. A traves de todos los tiempos el Espíritu Santo nos habla, diciendo, <i>Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón.</i></span></span></p>Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-16844999650890088522009-08-08T17:53:00.002-05:002009-08-08T18:21:05.298-05:00Juan Brown Explica CMW#11Juan Brown de Haddington, <i>Ampliación del Catecismo Menor de Westminster</i><br /><br /><span style="font-size:100%;"><b>Catecismo Menor de Westminster, P&R11:<br />P. 11. ¿Cuáles son la obras de providencia de Dios?<br />R. Las obras de providencia de Dios son aquellas con que santa, sabia y poderosamente preseva y gobierna a todas sus criaturas y todas las acciones de éstas.</b> <br />Salmo 145:17; Salmo 104:24; Hebreos 1:3; Nehemías 9:6; Efesios 1:19-22; Salmo 36:6; Proverbios 16:33 Mateo 10:30<br /><br />1. P: ¿Dios en qué sigue ejecutando su decreto?<br />R: En las obras de providencia.<br /><br />2. P: ¿Qué llamas la <i>providencia</i> de Dios?<br />R: Es ese cuidado que él toma de sus criaturas.<br /><br />3. P: ¿Cuáles son las propiedades del cuidado o la providencia de Dios?<br />R: Es sumamente santa, sabia y poderosa.<br /><br />4. P: ¿En qué aparece la <i>santidad</i> de la providencia de Dios?<br />R: En su tendencia de fomentar la santidad, disminuir el pecado, y de él traer gloria a Dios.*<br /><br />5. P: ¿Dios cómo se trae gloria del pecado?<br />R: En castigarlo en algunos, perdonarlo en otros, y aveces haciendo que el primero de los pecadores llegue a ser el primero de los santos.<br />Hechos 9<br /><br />6. P: ¿Cómo aparece la <i>sabiduría</i> de la providencia de Dios?<br />R: En que hace que todas las cosas, aún las peores, conduzcan a su propia gloria y el bien de su pueblo; y en causando que una cosa sirva muchas finalidades a la vez.<br />Romanos 8:28<br /><br />7. P: ¿En qué aparece lo <i>poderoso</i> de la providencia de Dios?<br />R: En su irresistiblemente lograr el suceso de eventos grandes por medios débiles, o sin medios, o en oposición a ellos.<br />Daniel 4:34; Isaías 41:14-16<br /><br />8. P: ¿Cuáles son las partes o ramas del cuidado providencial de Dios?<br />R: Preservar y gobernar a sus criaturas.<br /><br />9. P: ¿Qué quieres decir por Dios <i>preservando</i> sus criaturas?<br />R: Que las sustenta en sus seres y obras.<br /><br />10. P: ¿Qué necesidad hay de que Dios preserva sus criaturas?<br />R: Porque de otra manera regresarían a la nada.<br /><br />11. P: ¿Qué significa que Dios gobierna sus criaturas?<br />R: Que los dirige hacia las finalidades que él ha determinado para ellos.<br /><br />12. P: ¿Qué necesidad hay que Dios gobierne todas las cosas?<br />R: Porque de otra manera correrían a la confusión.<br /><br />13. P: ¿De qué compruebas que Dios preserva y gobierna todas las cosas?<br />R: De la escritura y de la razón.<br /><br />14. P: ¿La escritura cómo lo comprueba?<br />R: Declara que Dios <i>sustenta todas las cosas</i> y dirige nuestros pasos, y que <i>en él vivimos y nos movemos</i>: y predijo una multitud de eventos antes de que sucediesen.<br />Hebreos 1:3; Proverbios 16:9; Hechos 17:28<br /><br />15. P: ¿Cómo lo comprueba la razón?<br />R: Demuestra que sin Dios, tantas criaturas contrarias nunca podrían ser preservadas en tal orden, ni dirigidas a un fin común: ni pudieran el sol, la luna, las estrellas, etc., observar un orden y revoluciones tan exactos, ni podría ocurrir ningún evento milagroso.<br /><br />16. P: ¿Cuál es el objeto de la providencia de Dios?<br />R: Todas sus criaturas y todas las acciones de éstas.<br />Salmo 103:19<br /><br />17. P: ¿La providencia de Dios cómo es ejercida en cuanto a los ángeles?<br />R: En permitir a algunos pecar, y quedar en el pecado; en establecer a los demás en santidad y felicidad, y emplearlos en la administración de su misericordia y justicia.<br /><br />18. P: ¿La providencia de Dios cómo es ejercida específicamente en cuanto a los hombres?<br />R: En darles o negarles los medios comunes de la salvación, y capacitarlos para aprovecharlos, o permitirles a abusarlos, como él considera mejor.<br />Salmo 147:19,20; Romanos 11<br /><br />19. P: ¿En cuanto a quién está especialmente ejercida la providencia de Dios?<br />R: Con su iglesia, especialmente con Cristo, su cabeza, y sus miembros verdaderos.<br />Isaías 43:1 y siguiente<br /><br />20. P: ¿Cómo compruebas que la providencia de Dios se extendia hasta las criaturas más bajas?<br />R: Porque aún nuestros cabellos están contados; y ni un pajarillo puede caer a la tierra sin él.<br />Mateo 10:29,30<br /><br />21. P: ¿No es indigno que Dios cuide de cosas tan insignificantes?<br />R: No; cualquiera cosa que él ha hecho no es muy bajo para su cuidado: su cuidado de criaturas exaltadas demuestra se majestad, y su cuidado de las criaturas más bajas demuestra su gran condescendencia.<br />Mateo 6:30; Salmo 104<br /><br />22. P: ¿No son todas las criaturas igualmente bajas cuando son comparadas con Dios?<br />R: Sí: pues él es infinito, y todas ellas son finitas: y así igualmente a una distancia infinita de él.<br /><br />23. P: ¿Qué acciones de las criaturas son los objetos de la providencia de Dios?<br />R: Todas sus acciones, sean naturales, accidentales, o morales.<br />Colosenses 1:17; Job 38-41<br /><br />24. P: ¿Cómo es ejercida la providencia de Dios en cuanto a acciones naturales?<br />R: En estimular el instinto natural de las criaturas, y darles poder y oportunidad para seguirlo.<br /><br />25. P: ¿Cómo es ejercida la providencia de Dios en acciones accidentales o fortuitas, como matar un hombre con un arco disparado a la ventura, etc.?<br />R: En coyuntar o descoyuntar las circunstancias de estas acciones en una manera distinta de lo que pretendían los actores de ellas.<br />Exodo 21:13; 1a de Reyes 22:34<br /><br />26. P: ¿Cómo es ejercida más generalmente la providencia de Dios en cuanto a acciones morales y razonables?<br />R: En imponer una ley para ser su regla, y en agregarles recompensas y castigos.<br />Exodo 20; Deuteronomio 28<br /><br />27. P: ¿Cómo pueden ser distinguidas acciones morales?<br />R: En buenas y malas.<br />Deuteronomio 27:1,15<br /><br />28. P: ¿No hay ninguna acción razonable que no sea indiferente, es decir, ni bueno ni malo?<br />R: Pueden ser indiferentes en su naturaleza; pero en cuanto a su manera y fin, tienen que ser o buenas o malas.<br />1a de Timoteo 1:5,6<br /><br />29. P: ¿Cómo es especialmente ejercida la providencia de Dios en cuanto a acciones buenas?<br />R: En animar para, dirigir en y dar poder y oportunidad para hacerlas.<br />Filipenses 2:12,13<br /><br />30. P: ¿Cómo es ejercida la providencia de Dios en cuanto a accionas pecaminosas?<br />R: En concurrir con la sustancia de ellas; y en permitir, limitar, y sobreregir para su gloria su pecaminosidad.<br />Isaías 37:20<br /><br />31. P: ¿Esto no hace que Dios sea el autor del pecado?<br />R: No; cuando Dios tanto odia y castiga al pecado, nunca puede ser en ninguna manera su autor.<br />Sofonías 3:6<br /><br />32. P: ¿Que Dios estimule o concurra en acciones de alguna manera reprime el libre albedrío de las criaturas?<br />R: No.<br /><br />33. P: ¿Entonces de dónde viene que los hombres hacen alboroto en contra de la concurrencia providencial de Dios con todas acciones, especialmente en cuanto a la concurrencia con las acciones pecaminosas, como si esa concurrencia y su decreto hicieran vana la voluntad de las criaturas?<br />R: Resulta de su gran orgullo e ignorancia, en medir a Dios por sí mismos. Porque como ellos no podrían a la vez efectuar la materia de una acción pecaminosa y no su pecaminosidad, ni tampoco decretar absolutamente, ni infaliblemente determinar a otro a una acción sin obligar su voluntad, concluyen que Dios es incapaz de hacerlo, olvidando que <i>como son más altos los cielos que la tierra, así los caminos de Dios son más altos que nuestros caminos.</i><br />Isaías 55:9<br /><br />34. P: ¿Cómo es llamada comunmente la providencia de Dios en cuanto a acciones?<br />R: Su providencia en cuanto a acciones morales es llamada su <i>gobierno moral</i>; y su providencia acerca de todas las otras mociones o acciones es llamada su <i>gobierno natural</i>.<br /><br />35. P: ¿Cómo puede ser distinguida la providencia de Dios en cuanto a sus efectos?<br />R: En <i>común</i> e <i>inusitada</i><br />Génesis 29 y 19<br /><br />36. P: ¿A qué le llamas providencia <i>común</i>?<br />R: Esa que produce eventos cotidianos por los medios usuales.<br /><br />37. P: ¿A qué le llamas la providencia <i>inusitada</i> de Dios?<br />R: Esa que produce milagros.<br />Exodo 7-14<br /><br />38. P: ¿Qué es un milagro?<br />R: Un evento más allá de u opuesto al poder de causas secundarias, como levantar a los muertos, sanar los enfermos con una palabra, etc.<br />2a de Reyes 4; etc.<br /><br />39. P: ¿En qué es la providencia de Dios muchas veces oscura y misteriosa?<br />R: En su senda secreta y en su apariencia externa.<br /><br />40. P: ¿Cómo es misteriosa en su senda secreta?<br />R: En efectuar los más gloriosos eventos por los medios más improbables.<br />Ester 1-10; Hechos 2; etc.<br /><br />41. P: ¿Qué son algunos ejemplos de esto?<br />R: La dignidad de José en Egipto se efectuó por odio, esclavitud y encarcelamiento; y la exaltación de Cristo y la salvación de su pueblo por su muerte maldita y vergonzosa.<br /><br />42. P: ¿Esto qué nos enseña?<br />R: Creer siempre que Dios está tomando el mejor camino para cumplir sus promesas, aunque la providencia parece contradecirlas.<br /><br />43. P: ¿La providencia de Dios cómo es misteriosa en su apariencia externa?<br />R: En la prosperidad temporal del malo, y la adversidad de los santos más preciosos de Dios.<br />Salmo 73<br /><br />44. P: ¿Dios por qué toma este camino?<br />R: Para mostrar su propio desdén de cosas mundanas, enajenar los corazones de su pueblo del mundo, y ganarlos para sí mismo.<br /><br />45. P: ¿Los santos son perdedores o ganadores cuando Dios los vacía de bienes terrestres para ganarles para sí mismo?<br />R: Son sumamente ganadores.<br /><br />46. P: ¿Cuándo serán aclaradas todas las providencias oscuras?<br />R: Cuando entramos en el estado de la gloria en el cielo.<br /><br />47. P: ¿Qué pensarán y dirán los santos en aquel tiempo de todas las providencias?<br />R: Admirarán el amor, la gracia y la sabiduría que corrieron por todas ellas; y con gozo y gratitud clamarán, <i>bien lo ha hecho todo</i>.<br />Marcos 7:37<br /><br />48. P: ¿Cuáles atributos de Dios son manifestados en las obras de la providencia?<br />R: Su independencia, infinidad, sabiduría, poder, santidad, justicia, bondad, verdad, etc.<br /><br /><span style="font-size:85%;">*La frase original en inglés se podría tomar de dos maneras. Una es que la tendendia de la providencia es glorificar a Dios. Otra es que la providencia trae gloria a Dios, aún del pecado. Cualquiera que tuvo en mente Juan Brown, los dos son ciertos, como aparece de Romanos 11:36 y Salmo 76:10. Pero por la pregunta que sigue, es más probable que el pensamiento es que Dios de tal manera ordena todo que aún el pecado humano le glorifica.<br /><br />†Aquí Juan Brown emplea un concepto técnico de los escolásticos, que posiblemente requiere ser explicado. Que Dios concurre con la sustancia de la acción pecaminosa significa que esa acción no pasa sin su permiso y poder. Esta es la única conclusión que se puede aceptar, dado que es en Dios que vivimos y nos movemos y somos (Hechos 17:28). Si Dios controla todo, como lo afirma la Biblia, entonces las acciones malas no pueden pasar sin su permiso y su sostén del pecador, aún en cometer ese pecado. Por ejemplo, el ladrón tiene inteligencia para planear un asalto, valor para correr ese riesgo, y la fuerza física para tomar el objeto deseado solamente porque Dios lo fortalece. Pero Dios concurre solamente con la sustancia de la acción pecaminosa, no con su carácter pecaminosa. Es decir, Dios da energía al ladrón, pero no lo incita a robar.</span></span><i> </i>Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-42726538760921663022009-08-01T14:01:00.002-05:002009-08-01T14:03:21.760-05:00Westminster HoyQuería indicar la presencia de un nuevo blog llena de teología sana e información interesante.<br /><br />Se llama <a href="http://westminsterhoy.wordpress.com/">Westminster Hoy</a>, y para todos los interesados en la Reforma será un recurso valioso.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-78414000198860317632009-07-29T21:50:00.002-05:002009-07-29T21:54:42.899-05:00Hebreos 3, Pregunta 9<span style="font-family:Thorndale,serif;"><span style="font-size:130%;"><span style="font-weight: bold;">9. En los vv.7-11 el autor de Hebreos aplica a sus lectores un texto tomado del Salmo 95. ¿Qué debemos aprender del hecho que estos versículos se pueden aplicar a los creyentes en los tiempos del nuevo testamento?</span><br /><br />Que las escrituras se aplican a todo el pueblo de Dios. Que algo fue escrito en el antiguo testamento no significa que no tiene significado para nosotros hoy. De hecho, hay textos que indican que el propósito principal del antiguo testamento era para creyentes nuevotestamentarios.<br /><b>Romanos 15:4</b><br /><i>Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.</i><br /><b>1a de Corintios 10:16</b><br /><i>Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.</i><br /><b>1a de Pedro 1:10-12</b><br /><i>Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.</i><br /><br />El antiguo testamento es nuestro libro; pertenece a los cristianos, y nos despojamos de un tesoro enorme cuando lo leemos como si fuera el libro de otro pueblo, u otro grupo. Aunque ciertas leyes se han vencido (pues su situación específica ya no existe), y aunque leyes ceremoniales fueron cumplidos por y acabados en Jesucristo, el antiguo testamento pertenece al pueblo de Dios: me pertenece a mí.</span></span>Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-63603904219868233352009-06-28T11:19:00.002-05:002009-06-28T11:25:31.830-05:00Hebreos 3, Nota Adicional 1Hay que notar cuidadosamente que lo que es necesario que retengamos es <span style="font-style:italic;">la confianza y el gloriarnos en la esperanza</span>. Estas son cosas maravillosas: tener confianza y esperanza nos alientan: al gloriarnos estamos no solamente contentos sino gozosos. Aunque la vida cristiana es difícil, no es triste. La doctrina de la perseverencia ciertamente nos exige un esfuerzo continuo en retener firme nuestra profesión. Pero esto no es un mero aguantar bajo condiciones opresivas: es un triunfar sobre los obstáculos por el gozo que tenemos en nuestro Señor. Es negarnos, porque amamos algo superlativamente bueno.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-75383961198923514772009-05-24T20:05:00.002-05:002009-05-24T20:10:27.211-05:00Hebreos 3, Pregunta 8<span style="font-family:Thorndale, serif;"><span style="font-size:130%;"><b>8. Los vv. 2,5,6 nos hablan de la fidelidad de Cristo. ¿Qué quiere decir que Cristo fue fiel? ¿Puede pensar en un ejemplo de la fidelidad de Cristo?</b></span></span><br /><br /><span style="font-family:Thorndale, serif;"><span style="font-size:100%;">La fidelidad incluye la lealtad, la constancia, y el descargo total de las responsabilidades que uno tiene. En el contexto, me parece que el énfasis cae en el hecho que Cristo descargó perfectamente las responsabilidades que Dios le impuso, ocupando toda su capacidad para llevarlas acabo, y no deteniéndose por dificultades, peligro ni oposición. Pero al decir que el énfasis cae sobre ese aspecto de la fidelidad, no es mi intención sugerir que la lealtad y constancia quedan excluídas. Al contrario, Cristo fue fiel <i>al que le constituyó</i>, su fidelidad nacía de una lealtad personal. Y ser fiel necesariamente implica que uno sigue constante aún en las dificultades: hacer el trabajo indicado cuando todo es fácil y dejar de hacerlo cuando las cosas se vuelven difíciles no es fidelidad.<br />Lo que afirman estos versículos es que Cristo fue fiel en todo al que le constituyó, y en esta fidelidad se asemeja a Moisés, pero a la vez lo rebasa. El que lo constituyó es Dios, quien ordenó a Cristo como nuestro sumo sacerdote y el apóstol de nuestra profesión, y también como heredero de todas las cosas, el Hijo quien recibe toda la herencia. Moisés fue fiel en todo, y en esto hay una semejanza entre Cristo y Moisés, porque los dos fueron fieles: pero Moisés fue fiel en su capacidad como siervo, mientras Cristo fue fiel en una capacidad superior, como Hijo. También se puede notar que el trabajo en que Cristo fue fiel es mayor que el trabajo de Moisés, y que la oposición era más intensa para Cristo que para Moisés.<br /><br />Hay muchos ejemplos de la fidelidad de Cristo, pero consideremos uno que refleja todos estos elementos de la fidelidad. Es la crucifixión de Cristo.<br />En primer lugar, Cristo fue crucificado por su fidelidad a Dios. Esto se manifiesta en muchas cosas, pero notemos que el odio de los líderes de los judíos contra Cristo que les impulsó a conseguir su crucifixión, nació por la fidelidad de Cristo en predicar la palabra de Dios (comparen Lucas 20:1-20). Además era parte del plan de Dios anunciado previamente por los profetas (Lucas 24:46), y Cristo no iba a dejar de cumplir la voluntad de Dios. Esto era gran parte de su trabajo, y sin el descargo minucioso y completo de su obra designada no es posible hablar de la fidelidad. Entonces en fidelidad a Dios Cristo fue a la cruz, y completó su obra como notamos de Juan 19:30. He aquí la fidelidad: como Cristo mismo dice en Juan 17:4, <i>he acabado el trabajo que me diste que hiciese</i>. Eso es ser fiel - acabar el trabajo que nos es dado. Y eso es lo que Cristo hizo en la cruz.<br />Pero además la cruz nos muestra el elemento de constancia, de perseverar en hacer el trabajo apesar de la dificultad. Sabemos que ir a la cruz fue sumamente difícil. Cuando se acercaba la crucifixión y Cristo fue al jardín para orar la Biblia nos dice que <i>comenzó a entristecerse y a angustiarse</i>, de hecho, él mismo dice que su alma ><i>está muy triste, hasta la muerte </i> (Marcos 14:33,34). Su angustia era de tal grado que tuvo un impacto físico: dice la Biblia que <i>estando en agonía. oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra </i> (Lucas 22:44). Y colgado sobre la cruz, con su espalda en ruinas por los latigazos, su boca ardiendo con sed, su frente coronado con espinas, sus manos y sus pies traspados por clavos, y sobre todo su alma en agonía bajo la maldición de Dios por nuestros pecados, grita <i>Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? </i> (Marcos 15:34). Esto para nada fue fácil: sin embargo, sabiendo que era la voluntad de Dios, Cristo fue fiel. Desde su plática con Moisés y Elías sobre el monte donde fue transfigurado, se había dirigido hacia Jerusalén, sabiendo que moriría (Lucas 9:31,51). Así Cristo nos da el sumo ejemplo de perseverar con el trabajo asignado, apesar de la dificultad.<br />Y podemos ver también que siguió leal a Dios, quien le había entregado este trabajo. Aún en ese grito de agonía se ve la lealtad de Cristo, pues se expresa en las palabras inspiradas del Salmo 22:1, y nombra a Dios como su Dios. Aún habiendo sido desamparado, Cristo es leal a Dios.<br />Ciertamente no puede haber un mejor ejemplo de la fidelidad. Pero la fidelidad de Cristo es más que nuestro ejemplo: es la base firme, inconmovible, de nuestra salvación. Si él hubiera fallado en ser leal a Dios para completar su trabajo asignado apesar de toda la dificultad no tendríamos salvación. Pero ahora él ha sido fiel en todo, y por lo tanto, <i>por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituídos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituídos justos</i> (Romanos 5:18,19).</span></span>Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-70483626007388372522009-04-11T21:45:00.002-05:002009-05-02T11:59:36.343-05:00Hebreos 3, Pregunta 7<span style="font-family:Thorndale,serif;"><span style="font-size:130%;"><b>¿Bajo cuál condición somos nosotros “la casa” (compare también el v.14)?</b></span></span><br /><br />La condición es sencillamente la <i>perseverancia</i>: es decir, el ser constante en nuestra profesion, el retener </span><i>firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en esperanza.</i> Los que no perseveran, los que dejan su profesión, los que niegan a Cristo, finalmente no son incluídos en la casa. Debemos notar también que la fe genuina, la fe salvadora, no deja de existir. No es por su propia naturaleza, sino es porque Dios lo sostiene (como se ve en Lucas 22:32). Dios ha establecido una conexión infalible entre la fe y la salvación: los que creen en Cristo son salvos. Y esa fe no falla. Pero a la vez Dios ha puesto medios para preservar la fe. Es decir, la fe no continúa porque en sí es imposible que desvanezca, sino porque Dios bendice a los medios de preservar la fe de tal manera que no falla. Es imposible que la fe genuina falle porque Dios ha determinado preservarlo, no por una cualidad intrínsica. Y eso, por supuesto, nos motiva a esforzarnos para preservar la fe. Dios ha determinado salvar a todos los elegidos, y su salvación no puede fallar: pero eso no los hace flojos, porque Dios ha determinado salvarlos precisamente en el uso de los medios.</span></span>Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-88179029707674844142009-03-29T15:49:00.001-06:002009-03-29T15:51:43.396-06:00Hebreos 3, Pregunta 6<span style="font-weight:bold;">6. ¿A qué se refiere el autor cuando habla de “la casa” en los vv.3-6?</span><br />Aveces la escritura referie a los que viven en una casa como “la casa” (por ejemplo, Josué 24:15). Es decir, es una manera de referirse a la familia, con el entendimiento que eso no excluye a los siervos que pertenecían a la familia. <br />Moisés fue fiel en toda la casa de Dios, es decir, en que era como el siervo quien Dios puso sobre los asuntos de la familia (como en la situación que Cristo menciona en Lucas 12:42), y fue fiel como mayordomo. Pero Cristo gobierna la casa o la familia de Dios como el Hijo primogénito, quien tiene un derecho natural a su posición.<br />Entonces la casa de Dios es la familia de Dios. ¿Pero quiénes constituyen la familia de Dios? El v.6 lo contesta: <span style="font-style:italic;">la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza</span>. Los únicos quienes son parte de la familia de Dios son los que conforman a la descripción que se da de ellos. En otras palabras tenemos que definir quiénes quedan dentro de la palabra “nosotros”. Bueno, obviamente por lo que sigue son los que tienen una confianza, que toda la epístola nos enseña a entender como una confianza en Cristo. Podemos decir, entonces, que la casa o la familia es constituída por los que profesan su fe en Cristo Jesús. Pero noten lo que se agrega de inmediato: somos la casa bajo la condición que no abandonemos esa profesión, que retengamos nuestra confianza y el gloriarnos en la esperanza hasta el final. Es decir, la casa no es conformada por los que un día dicen una cosa, y al otro dįa dicen otra cosa: no, los que son verdaderamente de la casa, continuarán en la profesión, en la confianza, que define los miembros de la casa, hasta el final. En el foro humano, es decir, según el punto de vista de hombres con conocimiento limitado, la familia de Dios es constituída por los que confiesan a Cristo: pero sabemos que no todos los que dicen confesar a Cristo verdaderamente son suyos: por eso agrega que es lo que son constantes en esa profesión quienes son verdaderamente la casa.<br />Podemos ampliar esto considerando que “nosotros” se define en el v.1 como <span style="font-style:italic;">hermanos santos, participantes del llamamiento celestial</span>. Es decir, si alguien no ha sido llamado por Dios a ser parte de su familia, no lo es. Nadie automaticamente es parte de esta familia. Cristo pudo decir a los descendientes de Abraham, miembros de la nación que fundó Moisés, a los que en cuanto al punto de vista humano eran parte de la familia de Dios, <span style="font-style:italic;">Vosotros sois de vuestro padre el diablo</span> (Juan 8:44). En el foro humano, los que profesan fe en Cristo Jesús (y no lo contradicen con una vida plenamente opuesta a esa profesión) son parte de su casa, y deben ser tratados como tal: pero en el foro divino son los que han sido llamados con poder sobrenatual desde el cielo. Los que Dios ha llamado, perseverarán en confiar en Cristo y en gloriarse en la esperanza: los que Dios no ha llamado, dejarán de seguir a Cristo en una manera u otra. Entonces, somos la casa de Dios, no solamente por lo que decimos sino en realidad, cuando hemos sido llamados por Dios y por lo tanto (aunque con muchas fallas) somos constantes en seguir ese llamamiento celestial.Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-21584773.post-7174664821597162922009-01-23T22:14:00.001-06:002009-01-23T22:17:41.206-06:00Hebreos 3, Pregunta 5<span style="font-family:Thorndale, serif;"><span style="font-size:130%;"><b>5. Los vv.2-6 contienen una comparación y un contraste entre Moisés y Cristo Jesús. ¿En qué se parecen y en qué se distinguen?</b></span></span><br /><br />La similaridad entre Moisés y Cristo es que ambos fueron fieles en todo su trabajo en la casa de Dios. A lo largo de sus vidas, apesar de muchas pruebas y tentaciones, ninguno de los dos abandonó la obra que Dios les había dado. <br />La distinción o diferencia es doble. Cristo es distinto a Moisés porque recibe honra mayor (v.3) y porque es hijo (v.6), mientras Moisés fue siervo. <br />Cristo es tanto mayor que Moisés como un arquitecto o el albañil quien diseña o construye una casa. Una casa manifiesta inteligencia, pero no una inteligencia propia, sino la inteligencia del arquitecto y la destreza del albañil. Cuando admiramos su diseño, admiramos (en principio) al diseñador. Es correcto que Cristo reciba honra mayor que Moisés, porque de hecho es mayor que Moisés. Para dar solamente un ejemplo, fue Dios el Hijo, Cristo antes de su encarnación, quien libró al pueblo de Israel de Egipto por mano de Moisés (Judas 5). Es decir, lo que hizo Moisés, lo hizo como el agente o instrumento del Hijo antes de que éste asumiera carne humana.<br />Puede que un siervo sea diputado para ejercer autoridad dentro de una casa (Cristo envisiona esta posibilidad en Lucas 12:41-48). Pero no es el heredero: no es el amo. Cristo, el Hijo, es el heredero. Ejerce autoridad en la casa, <i>porque es su casa.</i> El siervo no es el dueño, y obviamente no es el amo: nada le pertenece. Pero todo lo de casa es del hijo. <br />Ahora tanto la similaridad como la diferencia fueron diseñados: es algo que Dios hizo a propósito. Esta es la implicación del v.5 cuando dice que Moisés fue fiel <i>como testimonio de lo que se iba a decir.</i> La gran sustancia de lo que Moisés dijo, el punto principal de lo que hizo, encuentra su enfoque en Cristo (Juan 5:46). Dios ordenó que Moisés fuera fiel, no solamente para confirmar la verdad de lo que fue revelado por medio de Moisés mismo, sino también para dar testimonio acerca de algo en el futuro. Este hombre profetizó de Cristo (Deuteronomio 18), y en cierta medida él mismo funcionó como símbolo, tipo, de Cristo. Pero aunque en su fidelidad </span><i>refleja</i> a Cristo, es obvio que no <i>equivale</i> ni <i>reemplaza </i>a Cristo: el símbolo no se compara con la realidad que simboliza.<br />Entonces nos queda notar que aunque Moisés y Cristo se parecen en que fueron fieles, sin embargo la fidelidad de Cristo es mucho mayor que la fidelidad de Moisés. Aunque Moisés fue fiel, no fue perfecto. Cuando Dios lo llamó, dio mucha lata (Exodo 4). Luego se enojó y no siguió el mandamiento de Dios al pie de la letra (Números 20), y por esta falla no pudo entrar en la tierra prometida (Deuteronomio 34). Aunque su vida fue marcada por fidelidad, no era una fidelidad perfecta. Pero la fidelidad de Cristo no tuvo falla alguna. Por más fuerte que fuera el conflicto, por más espantoso que fuera el peligro, por más difícil que era la voluntad de Dios, Cristo no falló ni varió del mandamiento de Dios en lo más mínimo.<br />Este Hijo, arquitecto, heredero, es digno de suma honra por su suma fidelidad.</span></span>Rubenhttp://www.blogger.com/profile/12871194232591064277noreply@blogger.com0