Saturday, July 29, 2006

Una Cita Doble

Por ello es digno de ser meditado el aviso de San Bernardo: que el nombre de Jesús no solamente es luz, sino también alimento; y asimismo aceite, sin el cual todo alimento del alma se seca; que es sal, sin la cual todo resulta insípido; en fin, que es miel en la boca, melodía en el oído, alegría en el corazón y medicina para el alma. Todo discurso donde él no se menciona carece de sabor.


-Juan Calvino, Institución de la Religión Cristiana, II.16.1

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Friday, July 28, 2006

CH #1

El Catecismo de Heidelberg es uno de los documentos más destacados de la reforma protestante. Se conoce no solamente por su doctrina pura, sino también por su sabiduría pastoral. He aquí la primera pregunta y respuesta:

1. Pregunta: ¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte?
Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte, no me pertenezco a mí mismo, sino a mi fiel Salvador Jesucristo, que me libró del poder del diablo, satisfaciendo enteramente con su preciosa sangre por todos mis pecados, y me guarda de tal manera que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer: antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad.

Tuesday, July 25, 2006

Disputando el dominio del diablo

Después de la caída del hombre, éste se escondió de Dios. Sin embargo, Dios lo busca, lo llama, obtiene una admisión del pecado e impone una maldición sobre el hombre, la mujer y la serpiente. Esta maldición verdaderamente lo fue: es un castigo, algo pesado y afligiente. Pero también es un ejemplo de misericordia. Por medio de esta maldición Dios provee para que haya oposición al pecado. No deja que el hombre sea cómodo en el pecado. Le deja con esta maldición para un recuerdo perpétuo que las cosas no están bien. Pero más especificamente, la maldición sobre la serpiente Dios promete que habrá oposición al pecado.

Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanta esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistas entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. (Génesis 3:14,15)

Esta maldición era una oposición al pecado. Opone el dominio del pecado en la humanidad, dandonos una profunda muestra que el pecado es una distorción de como debe andar el mundo.
También en la maldición hay oposición al pecado en lo que se dice de la simiente de la mujer. Esa simiente es Cristo. El holló al dragón (Salmo 91:13). Pero también es necesario reconocer que siempre ha habido oposición entre los seguidores de Satanás y los seguidores de Cristo. Desde Caín quien mató a Abél hasta el día presente cuando musulmanes, comunistas e hindues matan y maltratan a los cristianos ha existido dos ramas distintas de la humanidad, o hasta se podría decir, dos humanidades distintas: una en conexión con Adán y otra en conexión con Cristo (Romanos 5, 1a de Corintios 15). Por medio de estas personas Dios se opone al pecado. Levanta a patriarcas, profetas, sacerdotes, hombres y mujeres fieles en todos los tiempos para testificar de la maldad del pecado, para apartarse del pecado, y para manifestar también que la conquista del pecado se halla en el perdón de Dios. Todo el pueblo de Dios ha sido pecaminosa: pero confiesan con el salmista, Pero en ti hay perdón para que seas reverenciado (Salmo 130:4). Dios es reverenciado en y por el hecho de perdonar.

También hay oposición al pecado, en que Dios manifiesta que la serpiente al final será destruída. Puede que desde cierto punto de vista domina: pero eso dominio tiene su limite impuesto desde el comienzo. Como los placeres del pecado, es solamente por una temporada (Hebreos 11:25). Y ese plazo señalado se acerca. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies (Romanos 16:20). El pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia (Romanos 6:14). La victoria es asegurada: el pecado no ha dominado sin ser retado, y su dominio tiene un fin determinado.

Saturday, July 22, 2006

¿Por qué orar?

Hay varias respuestas que se pueden dar a esta pregunta. Por el momento, nada más quiero dar una. Porque Dios oye la oración. Dice el Salmo 65:2 Tú oyes la oración. Y la Bíbia contiene muchos ejemplos de esto. Seleccionaré algunas de los ejemplos más dramáticos en terminos de la grandeza de la respuesta.

1. El éxodo de Egipto fue en respuesta a la oración. Dice Exodo 2:23-25 Aconteció que después de muchos días, murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios. Y lo que sigue en el capítulo 3 es que Dios aparece a Moisés y lo envía para librar a su pueblo. Dios libró a su pueblo de Egipto en respuesta a la oración.

2. El decreto de Ciro que promulgó libertad para que los judíos regresaran a Jerusalén fue una respuesta a la oración. Hay el ejemplo de Daniel, quien entendiendo por las escrituras que Dios había decretado un cautiverio de 70 años, se pone a rogar la misericordia de Dios (Daniel 9:1-19). Pero también hay la oración corta del Salmo 126:4 Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová, como los arroyos del Neguev. La respuesta a esa oración se puede hallar en Esdras y Nehemías.

3. La encarnación de Cristo fue en respuesta a la oración. Después de narrar cómo Dios dio los diez mandamientos, la Bíblia procede a decir: Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos. Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros y nosotros oiermos; pero no hable Dios con nosotros para que no muramos (Exodo 20:18,19). Más adelante, Moisés se refiere a este evento, diciendo: Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego para que no muera. Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca y él les hablará todo lo que yo le mandare. En el nuevo testamento esta profecía se aplica a Cristo (Hechos 3:19-26). Y Juan también deja claro que esta promesa se refiere a Cristo. Habiendo dicho que el Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros, agrega: Pues la ley por medio de Moisés fue dad, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vió jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer (Juan 1:17,18). El Verbo es Dios (Juan 1:1). Este Verbo tomó naturaleza humana (Juan 1:14) y dio a conocer al Padre, quien nadie ha visto (Juan 1:18), porque nadie puedo verlo y vivir (Exodo 33:20). Por la encarnación, entonces, Dios levantó un profeta de en medio de los judíos, como Moisés, pero superior, porque en su sola persona existen dos naturalezas: la naturaleza divina y la naturaleza humana. Siendo humano, puede hablar con nosotros sin destruirnos; siendo divino, puede declararnos el ser mismo de Dios. Y esto vino porque los hijos de Israel oraron cuando Dios se manifestó sobre Sinaí.

Si Dios hace cosas tan grandes en respueta a la oración ¿por qué no habríamos de orar?

Friday, July 21, 2006

¿Por qué pensar que no todos son salvos?

En unos artículos anteriores platiqué de la similaridad entre Adán y Cristo, que cada uno es la cabeza de una humanidad: Adán es cabeza de la humanidad condenada, Cristo es cabeza de la humanidad redimida. Noté que estas dos humanidades no corresponden al cien por ciento. Es decir, hay miembros de la humanidad condenada que nunca serán miembros de la humanidad redimida. Anticipé que algunos podrían pensar que si que usa la frase “todos los hombres” tanto en hablar de Cristo y los benficios de su obra, como de Adán y las consecuencias de su obra, que tenían que ser coextensas. Pero respondiendo a ese argumento, y notando que tenemos que definir la palabra “todos” por su contexto, anticipé también que alguien podría pensar que entonces hay excepciones cuando la Bíblia dice que todos han pecado y han sido destuídos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Noté que la Bíblia usa frases que eliminan la posibilidad de pensar que algún ser humano, excepto Cristo, es sin pecado. Ahora quisiera mostrar que la enseñanza bíblica nos lleva a la conclusión que no todos los seres humanos serán redimidos.

Comienzo respondiendo a un texto que aveces se interpreta como si dijera que Dios desea salvar a toda la humanidad, 2a de Pedro 3:9. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Este texto se usa para indicar que Dios no está dispuesto que cualquier ser humano perezca. Pero simplemente no dice eso. Si yo digo, “Mi familia se va de vacaciones la semana que viene. Todos estamos super emocionados porque es la primera vez que vamos a Veracruz” se entiende que quiero decir que toda mi familia, no toda la humanidad, están emocionados por las vacaciones. Y cuando Pedro dice que es paciente con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, se entiende que habla de todos nosotros, no toda la humanidad. ¿Quienes son los que Pedro incluye con esa palabra “nosotros”? Los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra (2a de Pedro 1:1). Incluye los que comparten su misma fe y mismo salvador. Dios no está dispuesto que alguno de los suyos se pierde (Pedro enfatiza eso en el capítulo 3 de su segunda epístola).

¿Pero por qué es difícil pensar que Dios quiere salvar a todos? Hay dos razones: el uno tiene que ver las implicaciones de ese punto de vista, y el otro con la enseñanza bíblica.

1. Si Dios quiere salvar a todos, y no todos se salvan, indica que Dios no puede hacer lo que quiere. Eso está en contra de la doctrina inspirada de Pablo, quien escribe en Efesios 1:11: En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.

2. La Bíblia enseña que no todos serán salvos. Romanos 9 trata de esto a fondo: pone a Esaú como un ejemplo de alguien quien Dios rechazó, de hecho, odió (Romanos 9:10-13). Dios endureció a Faraón (Romanos 9:14-18). Reprende al que se atreve a altercar con Dios (Romanos 9:19-21). Y procede a decir esto: ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles? (Romanos 9:22-24)

Siendo que hay vasos de misericordia, que son los llamados, ¿cómo podemos negar que hay vasos de ira? Además, Cristo dice: Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad (Mateo 7:22,23). También nos enseña que dirá a algunos: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles (Mateo 25:41). En Mateo 8:11,12 Cristo nos dice que muchos vendrán del oriente y del occidente y se sentarán com Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Si todos llegan a la salvación, estos dichos de Cristo son vana palabrería.

No todos serán salvos. Hay una alta posibilidad de que tú, lector, no serás salvo.

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado (Isaías 55:6). Todo aquel que invocaré el nombre de Jehová será salvo (Joel 2:32).

Wednesday, July 19, 2006

¿Todos o Algunos?

Es posible que lo que dije en el artículo anterior haga que alguien piense que cuando la Bíblia dice que todos los hombres pecaron que hay excepciones. La verdad es que sí hay una excepcion. Cristo nunca pecó. Los testimonios Bíblicos a esta verdad son muchas: Isaías 53:9; Lucas 23:41; Juan 8:46; 2a de Corintios 5:21; Hebreos 4:15, 7:26-28; 1a de Pedro 2:22 y 1a de Juan 3:5, para mencionar solamente algunas. Cristo comparte la naturaleza de Adán, por cierto (Hebreos 2:14); pero es nacido de una virgen (Mateo 1:18-23), en un milagro único, para apartarlo de la culpa y la corrupción que es la herencia de todos que descienden de Adán por pura biología. Pero esto no indica que nosotros nos podemos excluir de la condenación Bíblica de la humanidad como muertos en delitos y pecados (Efesios 2:1). Es cierto que la Bíblia aveces usa la palabra “todos” en cuanto a la salvación, y sin embargo que la teología cristiana no es universalita, es decir, no enseña que todos los hombres serán salvos. La Bíblia usa la palabra “todos” sin siempre tener el sentido absoluto (es decir, que se usa distributivamente para significar “todos sin excepción”). Por ejemplo, en Lucas 2:1 Augusto promulga un edicto que todo el mundo tiene que ser empadronado. ¿Todo el mundo sin excepción, incluyendo Australia y Tierra del Fuego y Siberia? En Mateo 3:5 leemos que toda Judea, y toda la provincia alrededor del Jordán salía a Juan el Bautista. ¿Todos sin excepción? ¿No había ni un cojo ni enfermo ni viejo que no salió a Juan?

¿Pero entonces cómo es posible decir que todos, con la única excepción de Cristo, han pecado? La respuesta es que la Bíblia no solamente usa la palabra “todos” sino que agrega frases calificativas que deja completamente claro que el intento es extendar esta condenación a toda la humanidad que tiene a Adán como su cabeza federal.

1a de Reyes 8:46 ...no hay hombre que no peque....

Salmo 53:1-3 Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; no hay quien haga bien. Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios. Cada uno se había vuelto atrás; todos se había corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno. (Este es un texto que Pablo cita en Romanos 3 para demostrar que judíos y gentiles, toda la humanidad, es pecaminosa.)

Eclesiastés 7:20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.

No es simplemente un asunto de usar la palabra “todos” en cuanto a que los hombres pecan (como se hace en Romanos 5:12). Dice además que no hay ni aun uno que haga lo bueno. Ese tipo de expresión no ocurre cuando se usa la palabra “todos” en cuanto a la salvación. La enseñanaza de la Bíblia es clara: todo ser humano, con la única excepción de Cristo, ha pecado.

Sunday, July 16, 2006

¿Hay Condenación Para La Humanidad?

En este artículo quiero platicar solamente de si los textos que comparan a Cristo con Adán se pueden utilizar para enseñar que nadie es condenado. Alguien podría obtener esa impresión porque la Bíblia dice:

Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. (Romanos 5:18,19)

Allí el uso en paralelo de la frase todos los hombres podría llevarnos a pensar que si todos los seres humanos fueron afectados negativamente por Adán, todos también serán impactados positivamente por Cristo. Nuevamente, Pablo dice:

Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. (1a de Corintios 15:21,22)

¿Es correcto esa idea? ¿Seremos universalistas, es decir, los que piensan que todos son redimidos? Creo que estos mismos textos descartan a esa idea.


Ahora hay que tener en mente que las palabras no siempre se usan con el mismo sentido. Hay un rango significativo, y tenemos que dejar que el contexto define cual es ese sentido. También es importante recordar que no debemos interpretar cualquier versículo de la Bíblia en una forma que opondría a la enseñanza de otras partes de la Bíblia.


Ahora bien, si un autor está hablando de un grupo, digamos taxistas, y dice que todos hacen esto o aquello, es obvío que se está refiriendo a algo que hacen todos los taxistas, pero no necesariamente cualquier otra persona. Tampoco sería justo pensar que el autor está aseverando que todo ser humano es taxista. Esto es un punto obvío, pero juega un papel significante en entender a Romanos 5 y 1a de Corintios 15. En los dos pasajes hay una pista que nos indica que Pablo no incluye bajo la influencia de Cristo a todos los seres humanos. Es decir, la Bíblia no enseña que la humanidad redimida es coextensa con la humanidad condenada. Hay algunos que están en Adán que nunca están en Cristo. Romanos 5:17 limita quienes reciben los beneficios de Cristo. Dice: Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. ¿Quienes reinarán? Los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. En 1a de Corintios 15:23 nos dice algo parecido. Habiendo dicho que en Adán todos mueren y en Cristo todos serán vivificados, procede: Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Los que son de Cristo son los vivificados. Ahora, ¿si los textos citados al principio enseñan una correspondencia absoluta entre los todos en conexión con Adán y Cristo qué sentido hay en de alguna forma limitar los que son de Cristo? Es decir, si se incluye a todo ser humano que jamás ha vivido o vivirá en la expresión todos los hombres tanto al hablar de Cristo como Adán ¿por qué se describe en más detalle a los que pertenecen a Cristo? Cuando vemos todos los hombres en conexión con Adán entendemos que son todos que lo tienen por cabeza: y cuando vemos todos los hombres en conexión con Cristo entendemos que son todos que lo tienen a él como cabeza.

Friday, July 14, 2006

¿Por qué dos Adanes?

La Bíblia (de hecho, las cartas de Pablo) dos veces trazan una conexión entre Adán y Cristo. En Romanos 5:12-19 dice así:
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo. Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

Aquí se establece que hay una conexión entre Adán y Cristo. Adán es figura del que había de venir. Luego se hace un contraste entre ellos. Adán es transgresor y desobediente: Cristo es justo y obediente. De Adán viene condenación, y la muerte: de hecho, se puede decir que la muerte reinó por su transgresión. Pero en constraste a eso, por Cristo hay justificación, y los que reciben la abundancia de la gracia reinarán en vida. Es decir, lo que Adán hizo, Cristo lo deshizo.
Pablo nuevamente trata a Adán y Cristo en 1a de Corintios 15:20-23, 39-49
Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. (....) No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves. Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Aquí es obvia que nuevamente está pensando en los mismos términos que Romanos 5. La muerte entró por un hombre, Adán. Pero la resurrección de entre los muertos viene por un hombre, Cristo. Los contrasta otra vez cuando dice que el primer Adán es alma viviente (refiriéndose a Génesis 2:7) pero el postrer Adán espíritu vivificante. Y aquí agrega al pensamiento de Romanos 5. Hemos llevado el imagen del terrenal (compare el dicho de Génesis 5:3 que Adán engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen); pero llevaremos el imagen del celestial.
¿Pero por qué se hace esta conexión entre Jesús y Adán? Aunque se hacen comparaciones entre Cristo y Moisés, por ejemplo (Hebreos 3:1-6), no son de la misma manera. No se aplica el nombre de Moisés a Cristo. No se le llama el postrer Moisés. ¿Cual es la causa de esta diferencia? En otras palabras, ¿que distingue la conexión o similaridad entre Adán y Cristo de la conexión o similaridad que Cristo puede tener con cualquier otro carácter de la historia bíblica?
Esta pregunta ha sido contestada por la teología reformada. Esta conexión es una parte importantísima de lo que se llama la teología del pacto. Se dice que Adán y Cristo eran personas públicas, es decir, personas que actúan como representantes federales (o sea, representantes bajo los términos de un pacto). Adán es nuestra cabeza física y federal: todos descendemos de él y él actuó por todos nosotros. Es por eso que por la transgresión de aquel uno murieron los muchos y la condenación vino a los muchos. Pero Cristo también es cabeza de una humanidad, y él es su cabeza espiritual y federal. El actuó por nosotros en su obediencia al Padre y muerte expiatoria en la cruz. Es por eso que por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Hay un contraste enorme en lo que recibimos de Adán y lo que recibimos de Cristo: Pablo enfatiza eso sobre todo en Romanos 5. Pero no es todo contraste: porque algo los une, algo hace que Adán puede ser figura de Cristo, por algo se comparan y se le denomina a Cristo el postrer Adán. Si esa similaridad no es encuentra en lo que hacen (pues de un lado hay transgresión y desobediencia y del otro justicia y obediencia) ni en sus personas (uno es alma viviente, otro espíritu vivificante, uno es terrenal el otro es el Señor que es del cielo) la similaridad tiene que ser otra. En los dos casos recibimos algo de ellos: en los dos casos sus hechos son contados como los nuestros. La similaridad entre Adán y Cristo es que cada uno es una cabeza de la humanidad –Adán es la cabeza de la humanidad condenada, y Cristo es la cabeza de la humanidad redimida.

Sunday, July 09, 2006

La Servidumbre Egipcia de Israel

Habiendo entrando en Egipto por el hambre que Dios trajo sobre la tierra como comenté anteriormente los hijos de Israel pasan un tiempo en comodidad relativa. Pero este no es el lugar de su descanso; no pueden estar cómodos para siempre en Egipto, porque su destino es Canaán. Después de la muerte de José viene un rey diferente, que no conocía a José (Exodo 1:8). Por miedo de la multitud del pueblo, él los esclavizó, y dio ordenes de que mataran a los niños que nacieran a las mujeres hebreas, aunque las niñas quedarían con vida. El pueblo, entonces, está en condición de amarga servidumbre (Exodo 1:13,14), con sus hijos expuestos a la muerte (Exodo 1:22).
Esto nos puede servir para entender cómo es la vida del hombre bajo el pecado. Queda claro que vivir en el pecado es una forma muy grave de esclavitud (Romanos 6:16,17). Es esclavitud por que no nos aprovecha (Romanos 6:21). De hecho, la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). Esclavos expuestos a muerte, y por nuestra forma de vivir muchas veces perjudicando a otros, sobre todo espiritualmente. Es una condición amarga. Pero lo más sorprendente es que nos gusta. Cristo dice: No queréis venir a mí para que tengáis vida (Juan 5:40). Los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas (Juan 3:19).
Estando en una condición de cautiverio cuya finalidad lógica es la muerte para nosotros y quienes estaban estrechamente relacionados con ellos, los hebreos gimieron (Exodo 2:23). Pero muchas veces nosotros rechazamos la salvación de esta condición. ¿Es posible tener una esclavitud más profunda que aunque hay angustia, y aunque el fin es seguro y horrendo, perversamente escogemos seguir siendo esclavos?
Romanos 6:16-21
¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero que fruto teníais de aquellas cosas de las cuales os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.

Saturday, July 08, 2006

La Derrota de Judá

Desde los postreros días de Salomón la tendencia de la nación de Israel había sido hacia abajo. Después de la muerte de Salomón, por la necedad de su hijo Roboam, el reino fue dividido en dos partes. El reino del norte, al cual se aplica el nombre 'Israel', pasó por 19 reyes y al final de ese tiempo fueron llevados a cautiverio por los Asirios (2a de Reyes 17:6). Ni siquiera uno de esos reyes siguieron fielmente a Jehová. El primero, Jeroboam, para consolidar su reino hizo dos becerros de oro, y dijo al pueblo que adoraran con esos becerros (uno en Dan y uno en Bet-El). Desde su tiempo ningún rey se aparto de la adoración de esos becerros, y algunos descendieron aún más, adorando a Baal. La nación del sur, llamada Judá, duró unos 135 años más que la nación de Israel. Sus reyes fueron descendientes de David, y algunos destacan como grandes hombres de fe, aunque todos con sus defectos. Pero esos pocos reyes no alteraron el hecho que la nación se apartó de Dios y rehusó escucharlo, entonces cuando no había remedio (2a de Crónicas 36:16), Dios trajo contra ellos a Nabucodonosor, rey de Babilonia quien los llevó en cuativerio. Su afflicción no fue repentina. Cuando el rey Josías fue a pelear sin causa contra el rey de Egipto, murió. Su hijo, Joacaz, solamente reinó por tres meses, pues el rey de Egipto le quitó y puso en su lugar a su Eliaquim (cambiando su nombre en Joacim), quien era hermano de Joacaz. Pero no duró bajo el dominio de Egipto, porque Nabucodonosor lo llevó a Babilonia y en su lugar reinó su hijo Joaquín; a él también Nabucodonosor lo llevó cautivo, e instaló a Matanías (tío de Joaquín) y le cambió el nombre a Sedequías. Bajo este rey fue cuando se destruyó el templo de Jehová y se quitaron por completo los reyes de Judá. Todo este proceso duró unos 23 años, así que, aparte de los profetas tuvieron los eventos mismos para llamarlos al arrepentimiento pero no escucharon. Además, había sido figurado en la experiencia de un rey anterior, Manasés. Este fue quizá el rey más inicuo en toda la historia de Judá, y sus pecados son asignados como la causa por el cual Judá sufrió tantas cosas. Este rey, quien tuvo la ventaja de un padre piadoso, Ezequías, no aprovechó sus oportunidades, sino que en su mania para la idolatría hasta llegó a pasar a su hijo por el fuego y poner imágenes idólatras en el templo mismo (2a de Reyes 21:3-7), y llenó a Jerusalén de sangre inocente (2a de Reyes 21:16). Los asirios llevaron a Manasés atado en cadenas a Babilonia. Estando allí, este rey se humilló en arrepentimiento, buscó a Jehová y Dios le hizo volver a Jerusalén, donde mostro su sinceridad quitando los imágenes que él había puesto. La nación de Juda hubiera reflexionado en este evento, para darse cuenta que Dios si los permitiría ir en cuativerio por sus pecados, y que tenían que arrepentirse. Pero no escucharon, y su destrucción está narrada en 2a de Reyes 25, 2a de Crónicas 36, Jeremías 39 y 52 y endechada en el libro de Lamentaciones.
Dios es fiel a sus promesas; y esa fidelidad es maravillosa y terrible. Maravillosa cuando ha prometido algo para nuestro bien; terrible cuando por violar su ley nos hemos puesto en su contra. Su ira nos encontrará, si no nos arrepentimos cual Manasés.

Wednesday, July 05, 2006

La Escritura Es Suficiente

En contradistinción del romanismo, la Asemblea de Westminster afirmó lo siguiente:

El consejo completo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia gloria y para la salvación, fe y vida del hombre, está expresamente expuesto en las Escrituras, o se puede deducir de ellas por buena y necesaria consecuencia, y, a esta revelación de su voluntad, nada ha de añadirse, ni por nuevas relaciones del Espíritu, ni por las tradiciones de los hombres. (1) Sin embargo, confesamos que la iluminación interna del Espíritu de Dios es necesaria para que se entiendan de una manera salvadora las cosas reveladas en la Palabra, (2) y que hay algunas circunstancias tocantes a la adoración de Dios y al gobierno de la iglesia, comunes a las acciones y sociedades humanas, que deben arreglarse conforme a la luz de la naturaleza y de la prudencia cristiana, pero guardando siempre las reglas generales de la Palabra que han de observarse siempre. (3)
1. 2 Timoteo 3:15-17; Gálatas 1:8,9; 2 Tes. 2:2.
2. Juan 6:45; 1 Corintios 2:9-12.
3. 1 Corintios 11:13,14, y 14:26,40.

Las cosas contenidas en las Escrituras, no todas son igualmente claras ni se entienden con la misma facilidad por todos; (1) sin embargo, las cosas que necesariamente deben saberse, creerse y guardarse para conseguir la salvación, se proponen y declaran en uno u otro lugar de las Escrituras, de tal manera que no solo los eruditos, sino aún los que no lo son, pueden adquirir un conocimiento suficiente de tales cosas por el debido uso de los medios ordinarios. (2)
1. 2 Pedro 3:16.
2. Salmo 119:105,130.
Confesión de Fe de Westminster, I.6,7

Aquí afirman la suficiencia y la claridad de la Escritura. Conforme a la enseñanza de Pablo en 2a de Timoteo 3:15-17 declaran que la Escritura basta para la salvación y para la santidad, y proceden a afirmar que lo necesario para estas dos cosas se puede obtener por cualquier creyente que le echa ganas.

Pedro dice que Pablo escribió algunas cosas difíciles de entender --pero eso no cambia cualquiera de las dos doctrinas sumarizadas por la Asamblea. De hecho, podríamos considerar que ese hecho apoya la doctrina de la suficiencia de la Escritura. Dios nos pide que sigamos creciendo en el conocimiento y la gracia (2a de Pedro 3:18). Para ser santos tenemos que avanzar en la santidad, que en parte incluye avanzar en nuestro conocimiento doctrinal. El hecho de que la Bíblia contenga conceptos difíciles, entonces, es parte de su suficiencia, porque de esta forma, una persona que comienza desde joven y estudia con diligencia toda su vida, nunca llega al fin. Cualquiera que en humildad y dependencia en Dios se ocupa de los medios indicados (lectura, meditación, y los maestros que Dios ha dado a la iglesia) puede obtener un conocimiento adecuado (requerimos ayuda no por algún defecto en la Escritura, sino por los defectos en nuestras propias mentes) para la salvación y santificación; pero parte de lo que tiene que pasar en la santificación es el crecimiento, y eso en parte tiene que ser en la doctrina. Si dejamos de aprender, dejamos también de crecer. Si la Escritura no tuviera profundidades no sería suficiente para el crecimiento continuo. Pero es suficiente; para la salvación y la santificación creciente del creyente más avanzado que ha habido o puede haber.

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  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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