Sunday, March 29, 2009

Hebreos 3, Pregunta 6

6. ¿A qué se refiere el autor cuando habla de “la casa” en los vv.3-6?
Aveces la escritura referie a los que viven en una casa como “la casa” (por ejemplo, Josué 24:15). Es decir, es una manera de referirse a la familia, con el entendimiento que eso no excluye a los siervos que pertenecían a la familia.
Moisés fue fiel en toda la casa de Dios, es decir, en que era como el siervo quien Dios puso sobre los asuntos de la familia (como en la situación que Cristo menciona en Lucas 12:42), y fue fiel como mayordomo. Pero Cristo gobierna la casa o la familia de Dios como el Hijo primogénito, quien tiene un derecho natural a su posición.
Entonces la casa de Dios es la familia de Dios. ¿Pero quiénes constituyen la familia de Dios? El v.6 lo contesta: la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza. Los únicos quienes son parte de la familia de Dios son los que conforman a la descripción que se da de ellos. En otras palabras tenemos que definir quiénes quedan dentro de la palabra “nosotros”. Bueno, obviamente por lo que sigue son los que tienen una confianza, que toda la epístola nos enseña a entender como una confianza en Cristo. Podemos decir, entonces, que la casa o la familia es constituída por los que profesan su fe en Cristo Jesús. Pero noten lo que se agrega de inmediato: somos la casa bajo la condición que no abandonemos esa profesión, que retengamos nuestra confianza y el gloriarnos en la esperanza hasta el final. Es decir, la casa no es conformada por los que un día dicen una cosa, y al otro dįa dicen otra cosa: no, los que son verdaderamente de la casa, continuarán en la profesión, en la confianza, que define los miembros de la casa, hasta el final. En el foro humano, es decir, según el punto de vista de hombres con conocimiento limitado, la familia de Dios es constituída por los que confiesan a Cristo: pero sabemos que no todos los que dicen confesar a Cristo verdaderamente son suyos: por eso agrega que es lo que son constantes en esa profesión quienes son verdaderamente la casa.
Podemos ampliar esto considerando que “nosotros” se define en el v.1 como hermanos santos, participantes del llamamiento celestial. Es decir, si alguien no ha sido llamado por Dios a ser parte de su familia, no lo es. Nadie automaticamente es parte de esta familia. Cristo pudo decir a los descendientes de Abraham, miembros de la nación que fundó Moisés, a los que en cuanto al punto de vista humano eran parte de la familia de Dios, Vosotros sois de vuestro padre el diablo (Juan 8:44). En el foro humano, los que profesan fe en Cristo Jesús (y no lo contradicen con una vida plenamente opuesta a esa profesión) son parte de su casa, y deben ser tratados como tal: pero en el foro divino son los que han sido llamados con poder sobrenatual desde el cielo. Los que Dios ha llamado, perseverarán en confiar en Cristo y en gloriarse en la esperanza: los que Dios no ha llamado, dejarán de seguir a Cristo en una manera u otra. Entonces, somos la casa de Dios, no solamente por lo que decimos sino en realidad, cuando hemos sido llamados por Dios y por lo tanto (aunque con muchas fallas) somos constantes en seguir ese llamamiento celestial.

About me

  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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