Tuesday, August 31, 2010

Salterio de Ginebra

Hoy vi la noticia alegre que el Salterio de Gínebra ya está a la venta.

Pueden leer el anuncio en el excelente blog, Westminster Hoy.

Y pueden comprar el Salterio de Publicaciones Faro de Gracia.

Esto es un evento importante y de gran gozo. Como se mencionó anteriormente, la iglesia hispanoparlante nunca ha tenido un Salterio completo. Hay mucho que se podría decir acerca de la importancia de cantar los Salmos, y de los beneficios en darnos una manera de expresar con confianza y piedad todo el rango de sentimiento humano ante nuestro Dios; pero por el momento quisiera subrayar solamente su importancia para nuestra conformidad a Cristo.

Nuestra adoración tiene mucho que ver con la formación de nuestro carácter. Es decir que lo que hacemos en el culto, entre otras cosas, afecta nuestro progreso en la santificación. Y la santificación tiene que ver con que nos vistamos de Cristo, que tengamos su mente, que seamos como él (Romanos 13:14; Filipenses 2:5; 1a de Juan 3:2,3). Y por eso es importante que cantemos los Salmos. Por una cosa, la historia nos cuenta que Cristo cantó los salmos: cuando Mateo 26:30 dice que cantó un himno, probablemente se refiere a los Salmos 113-118, que se solían cantar en la cena de la pascua. Y Hebreos 2:12 nos indica que Cristo canta en medio de la congregación, en una frase tomada del Salmo 22:22. Entonces si seguimos el ejemplo de Cristo, cantamos los Salmos.
Pero en un nivel más profundo, cantamos los Salmos no solamente para imitar a Cristo en el contenido de lo que cantaba, sino además para tener su carácter formado en nosotros. Los Salmos hablan de Cristo (como él mismo dijo en Lucas 24:44,45) y nos dan una ventana al corazón de Cristo: son sus palabras, y es por eso que tantas veces en el nuevo testamento las palabras de los Salmos son aplicadas a Cristo (por ejemplo, Salmo 2:7 con Hechos 13:33), son ocupadas por Cristo mismo como adecuadas para sus sentimientos y experiencia (por ejemplo, Salmo 31:5 con Lucas 23:46), o son repetidas como las palabras de Cristo mismo (por ejemplo, Salmo 40:6-8 con Hebreos 10:5). Al cantar los Salmos estamos imitando a Cristo no solamente en el acto formal de cantar, sino también en lo que estamos expresando y orando. Y de esa manera, con la bendición de Dios, somos formados según la imagen del ser humano completo y perfecto, el Señor Jesús. El Espíritu Santo puede ocupar nuestra unión de nuestras mentes, corazones y voces a lo que él dijo y sintió en nuestro cántico, para cambiarnos a ser más como Cristo en nuestra forma de pensar y sentir. Es decir que de los Salmos podemos aprender a orar, llorar, regocijar, aguantar, esperar, amar, odiar, maldecir, perdonar y perseverar de nuestro Señor. ¿Por qué no los cantaríamos todos?

Ahora, por la gracia de Dios, tenemos esa posibilidad. Aprovechemos de los labores de nuestro hermano Jorge Ruiz con agradecimiento a Dios por esta nueva bendición inmerecida.

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About me

  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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