Wednesday, January 31, 2007

Celos Y Paciencia #1

Nahum 1:2-8
Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies. El amenaza al mar, y lo hace secar, y agosta todos los ríos; Basán fue destruido, y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruida. Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan. ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas. Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían. Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas perseguirán a sus enemigos.


Hay un fenómeno interesante en estos versículos, y una pregunta importante que surge de él. El fenómeno es que Nahúm puede referirse a la ira y a la bondad de Dios sin transición. Jehová...guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira. Y Su ira se derrama como fuego.... Jehová es bueno.
Y la pregunta es: ¿por qué es que nosotros sentimos este fenómeno como algo raro?

Si lo consideramos desde el punto de vista de Nahúm, podemos ver que él piensa en enemigos de Jehová, y en amigos, los que en él confían. Y obviamente Nahúm está incluído en el número de los que tendrán a Jehová por fortaleza.

Pero con eso no basta para contestar la pregunta, porque aunque nosotros sintamos la misma confianza, de todos modos se me hace que no nos sentimos tan agusto con un Dios furioso, celoso y vengativo como Nahúm.

¿Qué defecto, qué falla tenemos en nuestro pensar, que nos gusta escuchar que Dios es bueno pero no nos gusta escuchar (lo que es igualmente inspirado y autoritario) que Dios es furioso?

Sunday, January 28, 2007

Vacas de Basán

Amós 4:1-13

Amós continúa su denuncia de los pecados de Israel y el castigo venidero de Dios sobre ellos por sus pecados. Aquí en el capítulo 4 aparentemente se dirige a las esposas de los ricos de Samaria, a quienes llama vacas de Basán: aunque algunos lo aplican a los nobles, por el hecho de que se refiere a “vuestros señores” parece que indica las mujeres, pues los esposos se llaman “señor” (compare Génesis 18:12). El pecado se ha extendido grandemente: no es solamente los hombres (Amós 2:7) sino también las mujeres que andan mal. Para proveer por su lujuria oprimían a los pobres. Dios no aguantará esto, y jura por su santidad que habrá castigo, que saldran de su vida lujosa a fuerzas, llevadas con violencia. Para que esto no se cumpliera, Jehová tendría que dejar de ser santo, algo obviamente imposible. Y de hecho el cumplimiento se encuentra en 2a de Reyes 17:1-23. Esto conduce a un principio que hemos notado anteriormente, que es simplemente



I. El pecado trae castigo, vv.1-3; Romanos 2:1-6

Como lo hemos comentado anteriormente no vamos a entrar muy a fondo. Simplemente hay que notar algunas palabras del apóstol Pablo en Romanos 2:1-6. Con Dios no hay acepción de personas (Romanos 2:11): el rebelde y el hipócrita serán castigados: los que perseveran en el pecado sin arrepentimiento están atesorando, amontonando ira para ellos mismos: recibiran tribulación y angustia por hacer lo malo (Romanos 2:9).


Pero las personas tienen sus refugios: de alguna manera piensan que escaparán. Pablo tuvo que corregir ese tipo de pensamiento en Romanos 2:3-11, y Amós aquí también corrige esas ideas.



II. La religión no es un refugio de la ira de Dios, vv.4,5; Romanos 10:2,3; 1a de Juan 5:10-12; Juan 5:23

El profeta, hablando con ironía, dice a la gente que vayan a Bet-el y Gilgal (que eran centros del culto idólatra de Israel —1a de Reyes 12:29 y Oseas 12:11) y aumenten su transgresión. No es que los está dando permiso de desobedecer a Dios: les está manifestando que para Dios aún su servicio religioso era una abominación. No será un refugio para ellos del juicio que Amós ha anunciado. Si confiaban en sus ritos, en que eran personas religiosas se engañaban. La religión no puede salvarnos de la ira de Dios, porque

A. La mera religión nunca es perfecta, 1a de Reyes 12:26-33; Deuteronomio 12:1-14. Los ritos religiosos de Israel se apegaban en ciertos aspectos a lo que Dios había mandado (Números 28:3,4; 1a de Reyes 12:26-33): sus centros religiosos eran en sitios que habían sido importante en la historia religiosa del pueblo (Gilgal: Josué 4:20 y 5:2-12; Bet-el: Génesis 28:12-19 y Génesis 35:1). Pero por más apegado que estuvieran a los detalles de los ritos que Dios mandó, no importaba: toda su adoración era idólatra, pues no adoraban en el templo en Jerusalén, sino ante los becerros de oro que hizo Jeroboam. Atención a detalles no importaba cuando desde un principio estaban mal (Deuteronomio 12:1-14). Pero además de esto:


B. La mera religión sin justicia es inútil, Isaías 1:11-15; Proverbios 21:13; 1a de Samuel 15:22; Miqueas 6:6-8; Santiago 1:26,27. Aunque hicieran todo bien, conforme a los ritos de la ley sin variar en un solo punto, de todos modos su adoración no se podría aceptar mientras oprimen a los pobres (Isaías 1:11-15; Proverbios 21:13). Es decir, los ritos religiosos, aún los mandados por Dios no sirven cuando no hay justicia. No podemos obedecer a Dios en el aspecto cúltico de la vida, ignorarle en todo lo demás, y esperar su bendición (1a de Samuel 15:22). Si lo que tenemos es meramente la religión no alcanzará: no servirá de refugio de la ira de Dios.

La verdadera religión se describe en Miqueas 6:6-8 y en Santiago 1:26,27.


¡Ay de aquel cuyas prácticas religiosas agregan a su condenación! Y ¿qué de nosotros? Llegamos a la iglesia: somos religiosos. ¿Pero practicamos lo que él manda? ¿Adoramos conforme a su palabra? Llegamos a la iglesia: somos religiosos. ¿Pero nuestras vidas están llenas de mentiras y engaño? ¿Nuestros corazones están llenos de pasiones vergonzosas, de odio, rencor, morbosidad, codicia? Tal religión nos servirá solamente para que amontonemos nuestras transgresiones, para que pequemos aún más. Pablo es testigo de que el pueblo de Israel en su tiempo tenían celo de Dios —pero no conforme al conocimiento. Su celo para la ley era más pecar, porque no se sujetaban a la justicia de Dios, sino que intentaban establecer su propia justicia (Romanos 10:2,3). Tenían celo para Dios —¡y crucificaron a Cristo! ¿Somos nosotros así? Si intentamos ser religiosos, acercarnos a Dios, servirle, fuera de Cristo, rechazándolo, entonces somos como las personas que sacrificaban a Jehová en los lugares altos o en Bet-el ante un becerro de oro. Cristo es el lugar donde podemos encontrarnos con Dios (Mateo 1:23; Juan 14:6): buscar a Dios en cualquier otro lado es aumentar nuestra rebelión (1a de Juan 5:10-12). ¿Cómo debemos acercarnos a Dios para ser aceptos? El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió (Juan 5:23). El que está sin Cristo está bajo la ira de Dios (Juan 3:36). Cristo es el único refugio de la ira de Dios, porque él tomo esa ira sobre sí mismo para nosotros (Gálatas 3:13).


El argumento de Amós avanza: ha demostrado nuevamente que es un pueblo pecaminoso, que por su pecado serán castigados, y que sus prácticas religiosas no les servirán para nada, que de hecho son más culpables por su religión. Ahora procede a condenarles por su necedad: por ser obstinados ante Dios cuando el los llamó al arrepentimiento mediante muchas afflicciones. Eso nos enseña que:



III. Dios aflige para que su pueblo se vuelvan a él, vv.6-11; Hageo 1:5-11; 1a de Corintios 11:32; Proverbios 29:1. Dios les había llamado al arrepentimiento una y otra vez. Anteriormente Amós ha recordado al pueblo de Israel de las muchas misericordias de Dios hacia ellos, misericordia que al ser abusados aumentaron la condenación del pueblo. Aquí procede a recordarles de la misericordia de Dios en mandarles afflicciones para llamarles al arrepentimiento, y sin embargo no se regresaron a Jehová. Cinco veces viene el refrán: no os volvistéis a mí (vv.6,8,9,10,11). El hambre no funcionó (v.6); la sequía con la sed que la acompaña no funcionaron, aunque Dios hizo muy obvio que él lo estaba mandando (vv.7,8); destrucción de los productos de la tierra tampoco funcionó (v.9); enfermedad y violencia de guerra, aunque muy grande, no funcionó (v.10); destrucción tan terrible que escaparon pocos no funcionó (v.11). Como Faraón (Exodo 7-11) endurecieron sus corazones y no entendieron que Dios los afligía para que meditaran sobre sus caminos (Hageo 1:5-11) y se corrigieran. El Señor nos castiga para que no seamos condenados con el mundo: la corrección de Dios es una misericordia (1a de Corintios 11:32). ¿Pero si rechazamos ese castigo? ¿Si nos endurecemos ante la misericordia severa de la corrección? ¿Ya que esperanza puede haber para nosotros? Hermanos, al estar afligidos no necesariamente es porque estamos mal (consideren el ejemplo de Job); pero deberíamos de examinarnos, de considerar nuestra forma de vivir y si estamos fuera de las normas bíblicas con humildad arrepentirnos y pedir perdón y fuerza para cambiar. Pero ¿qué garantiza nuestra destrucción? El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él medicina (Proverbios 29:1).


Su falta de arrepentimiento ha garantizado su fin, el juicio terrible de Dios. Cuando Dios anunció destrucción contra Nínive y se arrepentieron detuvo su mano (Jonás 3:4-10); y en Jeremías 18:7,8 Dios dice que ese su forma de proceder: cuando hay conversión él no hace el mal anunciado. Pero el pueblo de Israel no se ha arrepentido: de hecho, no se arrepintieron, entonces tendrán que encontrarse con Dios. Amós les dice que se alisten para esto: prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel (v.12).


IV. Dios personalmente toma venganza de los pecadores, vv.12,13; Isaías 1:24; 2a de Corintios 5:10. El pueblo de Israel tiene que encontrarse con Dios. Sus pecados amontonados en sus prácticas religiosas y agravados por su obstinada persistencia en ellos apesar de las llamadas al arrepentimiento han garantizado su castigo. Y el Dios con quien se tienen que enfrentar es un Dios temible. Es su Dios –o sea que han pecado contra la gracia al desobedecerlo porque él entro en pacto con ellos. Y este Dios que han ofendido es el Dios creador, el omnipotente: es también el Dios escudriñador, el omniciente. Es el Dios preservador y enaltecido, el Dios soberano quien todas las cosas obedecen (Salmo 119:91). ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él? (1a de Corintios 10:22); ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quien podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores (Malaquías 3:2). No hay manera de ocultar de él los secretos de nuestros corazones: él conoce los secretos del corazón (Salmo 44:21: véase también Jeremías 17:9,10); no podemos salir del alcanze de su poder. Tiene el poder y el conocimiento para juzgar: además tiene el derecho de hacerlo. ¿Qué responderemos ante Dios? ¿Cómo nos prepararemos para este encuentro? Un encuentro con Dios es algo tremendo. Porque nuestro Dios es fuego consumidor (Hebreos 12:29).


Dios en un Dios de justicia absoluta e inflexible. El pecado siempre trae castigo: Dios lo garantiza. Aquí nos ha asegurado que apesar de los refugios que los hombres crean, no habrá escape para los obstinados en pecar. Al contrario, viene el encuentro con Dios.


Pero es posible que el hecho que Dios les avisa que tendrán que encontrarse con él es una llamada final al arrepentimiento. Saber que tenemos que aparecer ante Dios para ser juzgados es una realidad solemne: debe de hacernos reflexionar y llevarnos al arrepentimiento. Tienen oportunidad todavía para alistarse, para prepararse para este encuentro con Dios. Y esta idea recibe apoyo en que Pablo representa un encuentro con Dios, esto que es tan temible, como algo glorioso y deseado. Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Tito 2:13). Pablo llama la manifestación de nuestro gran Dios una esperanza bienaventurada. En 2a de Timoteo 4:8 dice que él ama la venida del Señor, y que espera en ese día recibir una corona de justicia. Osea que para Pablo el juicio no es algo que teme, sino algo que desea, algo que anticipa. ¿Como es posible? Buena, tiene una buena conciencia (2a de Timoteo 4:6,7); pero ¿eso como es posible? Si Pablo se llama el primero de los pecadores (1a de Timoteo 1:15) ¿como va a tener una buena conciencia? ¿Cómo podemos estar listos para el encuentro con Dios? Porque ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús...quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros (Romanos 8:1,33,34). Por medio de Cristo, estando unidos a él, participando en su muerte y resurrección y vida nueva no tenemos qué temer. El refugio adecuado de la ira de Dios es el Señor Jesucristo, quien juntamente con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina eternamente. Amén.

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Wednesday, January 24, 2007

Conocimiento Interpenetrado

Juan Calvino, Institución de la Religión Cristiana, Tomo 1, Capítulo 1, Sección 1


Casi toda la suma de nuestra sabiduría, que de veras se deba tener por verdadera y sólida sabiduría, consiste en dos puntos: a saber, en el conocimiento que el hombre debe tener de Dios, y en el conocimiento que debe tener de sí mismo.

Mas como estos dos conocimientos están muy unidos y enlazados entre sí, no es cosa fácil distinguir cuál precede y origina al otro, pues en primer lugar, nadie se puede contemplar a sí mismo sin que al momento se sienta impulsado a la consideración de Dios, en el cual vive y se mueve; porque no hay quien dude que los dones, en los que toda nuestra dignidad consiste, no sean en manera alguna nuestros. Y aún más, el mismo ser que tenemos y lo que somos no consiste en otra cosa sino en subsistir y estar apoyados en Dios. Además, estos bienes, que como gota a gota descienden sobre nosotros del cielo, nos encaminan como de arroyuelos a la fuente. Así mismo, por nuestra pobreza se muestra todavía mejor aquella inmensidad de bienes, que en Dios reside; y principalmente esta miserable caída, en que por la transgresión del hombre caímos, nos obliga a levantar los ojos arriba, no solo para que, ayunos y hambrientos, pidamos de allí lo que nos haga falta, sino también para que, despertados por el miedo, aprendamos humildad. Porque como en el hombre se halla todo, un mundo de miserias, después de haber sido despojados de los dones del cielo, nuestra desnudez, para grande vergüenza nuestra, descubre una infinidad de oprobios; y por otra parte no puede por menos que ser tocado cada cual de la conciencia de su propia desventura, para poder, por lo menos, alcanzar algún conocimiento de Dios.

Así, por el sentimiento de nuestra ignorancia, vanidad, pobreza, enfermedad, y finalmente perversidad y corrupción propia, reconocemos que en ninguna otra parte, sino en Dios, hay verdadera sabiduría, firme virtud, perfecta abundancia de todos los bienes y pureza de justicia; por lo cual, ciertamente, nos vemos impulsados por nuestra miseria a considerar los tesoros que hay en Dios. Y no podemos de veras tender a Él, antes de comenzar a sentir descontento de nosotros. Porque ¿qué hombre hay que no sienta contento descansando en sí mismo? ¿Y quién no descansa en sí mientras no se conoce a sí mismo, es decir, cuando está contenta con los dones que ve en sí, ignorando su miseria y olvidándola? Por lo cual el conocimiento de nosotros mismos, no solamente nos aguijonea para que busquemos a Dios, sino que nos lleva como de la mano para que lo hallemos.

Thursday, January 18, 2007

Santidad y Gloria

La santificación en Cristo es la glorificación comenzada; así como la glorificación es la santificación perfeccionada.


-Walter Marshall, The Gospel Mystery of Sanctification

Thursday, January 11, 2007

Cristo es Mejor que Su Pueblo

El otro día iba caminando por Rio Churubusco aquí en el Distrito y vi a un camión de basura que tenía este mensaje en su parabrisas:
Jesús es el camino.

Ahora, esto es muy cierto. Cristo mismo dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:6). Pero bien, una persona mundana viendo eso, podría tomarlo como una excusa para no creer, o como motivo para burlarse. Podrían pensar
Jesús es el camino para basureros! Jesús lleva consigo a la basura del mundo.
A primera vista no se me hizo como la forma mejor de recomendar a Cristo a las personas. Ahora, alquien podría profundizarlo un poquito y francamente reconocer que la humanidad, muerto en sus pecados y delitos (Efesios 2:1) es, en efecto basura. Y la gracia de Cristo se extiende precisamente a esta basura. Podemos admitir que lo que el burlador ficticio dice es cierto, y negar que es motivo de burla. ¿No es parte de la gloria de Dios que su gracia alcanza hasta los más viles? Pero el defecto en presionar la analogía de este modo es que el destino del camión de la basura no es un lugar muy ameno....

Pero estos pensamientos me recordaron algo que había escuchado anteriormente, de un predicador quien mencionaba un pretexto que muchos usan para no congregarse con el pueblo de Dios (y que una compañera de trabajo una vez usó conmigo para explicarme porque había dejado de asistir a una iglesia). El pretexto es sencillo: "Yo no voy a la iglesia porque todos son hipócritas". Nunca vale la pena discutir eso con las personas. Yo no puedo comprobar que alguien no sea hipócrita. Pero sí puedo decir que no importa, o que no es el asunto de esa persona. A final de cuentas, tienen que tratar con Cristo mismo: y él no es hipócrita. Y si yo me dejo alejar de Cristo porque su pueblo (profesado o verdadero) no me caen bien, soy yo quien está mal.

Pero además, reconocemos que Dios no escoge su pueblo para impresionar a la gente mundana (que es uno de los puntos que ignoran los que piensan que si actores, deportistas, comerciantes, etc., recomiendan el cristianismo entonces se convertirá en la cosa aceptada, en la moda; el cristianismo verdadero nunca será la moda –1a de Corintios 1,2). Su propósito no es extender su reino espiritual por medio de las recomendaciones carnales.

Al sentirnos apenados de ser identificados con un basurero Cristiano, o que un basurero anuncie su fe, cometemos tres errores. Erramos en pensar que Cristo debe ser asociado con lo bueno: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores (1a de Timoteo 1:15), para salvar a lo que por definición es malo y vergonzoso. Erramos también en pensar que con Dios hay acepción de personas (Romanos 2:11). Jesús comprueba su identidad como el Cristo diciendo que a los pobres es anunciado el evangelio (Mateo 11:2-6). Y además, erramos en considerar que la eficacia del mensaje del evangelio depende del hombre: una idea que Pablo descarta para siempre en 2a de Corintios 4:5-7 (vea también 2a de Corintios 2:1-5 y 1a de Tesalonicenses 1:5).

Gracias a Dios que él no se averguenza de ser el Dios de basureros (1a de Corintios 1:26-28), de derramar su gracia sobre basura como lo somos nosotros, y que su palabra es eficaz y será cumplida apesar de las burlas de necios insensatos (Judas 18, 2a de Pedro 3:3-7).

Monday, January 08, 2007

Un Pozo Profundísimo

Juan Calvino, Institución de la Religión Cristiana, III.11.9
Es verdad que se llama a sí mismo pan de vida; pero después de decir de qué modo lo es, añade que su carne es verdaderamente alimento, y su sangre verdaderamente bebida; y esta enseñanza se ve claramente en los sacramentos, los cuales, aunque orientan nuestra fe a Cristo en su plenitud como Dios y como hombre, y no a Cristo a medias o dividido, sin embargo, dan testimonio de que la materia de la justicia y la salvación reside en la carne de Cristo. No que Cristo por sí mismo y en cuanto mero hombre nos justifique ni nos vivifique; sino en cuanto que Dios quiso manifestar inequívocamente en la Persona del Mediador lo que permanecía oculto e incomprensible en el seno mismo de Dios. Por esta razón suelo decir que Cristo es como una fuente puesta ante nuestros ojos, para que cada uno de nosotros pueda a su placer beber de ella y apagar su sed; y que de esta forma los bienes celestiales son destilados en nuestra alma; pues, de otra manera estarían encerrados infructuosamente en aquella majestad divina, que es como un pozo profundísimo del que ninguno puede sacar agua.

Sunday, January 07, 2007

Es que no soy digno de creer en Cristo....

[Hablando de los que son engañados por Satanás para no creer en Cristo de inmediato]
¿Esperas alguna característica que te prepare para la obra de creer? Si son características buenas y santas, no puedes tenerlas antes que la fe, sino que más bien son incluídas en la naturuleza de la fe o son frutos de ella –como se ha demostrado extensamente. Si son malas y pecaminocas, es raro que alguno los esperare, pero no más raro que cierto. Algunos neciamente esperan para ser aterrorizados con un sentimiento de la ira de Dios, y pensamientos desesperados, y estos los llaman los dolores de parto del nuevo nacimiento; aunque en su propia naturaleza son más bien los dolores de la muerte espiritual, y dan a luz odio hacia Dios, en vez de santidad. Y entonces deberíamos intentar prevenirlos por medio de creer en el amor de Dios en Cristo, en vez de esperarlos. Es cierto, Dios causa que estos pensamientos desesperados, así como otros pecados, trabajen para bien a los que son librados de ellos por la fe en Cristo; por medio de éstos son conmovidos a odiar el pecado y valorar más a Cristo y las consolaciones de su evangelio, y abominar y aborrecerse a sí mismos. Pero muchos son traídos a Cristo sin ellos, Dios dándoles el conocimiento de sus propios pecados y de la salvación de Cristo a la misma vez. Varios ejemplos de estos se mencionaron anteriormente, quienes recibieron la Palabra con gozo cuando primero lo escucharon. Y no debemos desear o esperar cualquier maldad o pecado, tal como lo son estos pensamientos desesperados, para que el bien venga de esto. Tampoco debemos esperar ser peor antes de ser mejor, cuando podemos y debemos ser mejor ahora, por creer en Cristo.

--Walter Marshall, The Gospel Mystery of Sanctification

Saturday, January 06, 2007

Es que no siento que Dios me quiere....

[Hablando de los que son engañados por Satanás para no creer en Cristo de inmediato]
¿Esperas alguna manifestación o algún influjo del amor salvador de Dios a tu alma? Entonces la manera de obtenerla es creer, para que el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer (Romanos 15:13). Tienes una manifestación adecuada del amor de Dios a tu alma en las promesas gratuitas de vida y csalvación por Cristo. Solamente confía en el nombre de Jehová, y apóyate sobre tu Dios, cuando andas en tinieblas y careces de luz para ver consolaciones palpables de cualquier otro modo. De otra forma, esperas consuelo en vano y de mano de Dios te vendrá esto, que en dolor serás sepultado (Isaías 50:10,11)

Walter Marshall, The Gospel Mystery of Sanctification

Friday, January 05, 2007

Es que no se suficiente....

[Hablando de los que son engañados por Satanás para no creer en Cristo de inmediato]
¿Para que esperan estos engañados, antes de cumplir con su deber de creer? ¿Es para más conocimiento del evangelio? La manera de aumentar tu conocimiento, tanto como cualquier otro talento, es ocupando lo que ya has recibido. Cree de corazón en Cristo para toda tu salvación, conforme al poco conocimiento del evangelio que tienes, y tendrás porción en la promesa de conocimiento incluída en el nuevo pacto: porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová (Jeremías 31:34).

--Walter Marshall, The Gospel Mystery of Sanctification

Thursday, January 04, 2007

Es que no estoy seguro....

Hablando de las maneras distintas en que las personas se dejan engañar por Satanás a no creer el evangelio de inmediato:
Otros imaginan que, después de haber escuchado el evangelio de la salvación por Cristo, pueden legítimamente posponer el creerlo hasta que hayan examinado suficientemente la verdad de alguna otra doctrina distinta, o hasta que Dios se place en darles algún otro medio para asegurarles completamente de la verdad del evangelio. Así los que son llamados buscadores pasan mal el día de la gracia, siempre aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad (2a de Timoteo 3:7). Pero la verdad del evangelio se evidencia tan claramente por su propia luz que, si la gente no cierra voluntariamente sus propios ojos, o se ciegan a sí mismos por su propio orgullo, y aman sus pasiones, entonces facilmente percibirían que es la verdad de Dios, porque la imagen de su gracia, misericordia, poder, justicia y santidad aparece claramente esculpida sobre él. Es una señal que la gente es orgullosa cuando no concurren a las palabras del Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad (1a de Timoteo 6:3). Si fueran humildes y sinceramente inclinados a hacer la voluntad de Dios, sabrían si la doctrina es de Dios o no (Juan 7:17); rapidamente serían convencidos de la verdad por Moisés y los profetas, Cristo y los apóstoles, hablándoles en la Escritura. Y si no los escucharán a ellos, tampoco serán convencidos aunque alguno resucitare de entre los muertes, o cualquier otro milagro sea hecho para confirmar la autoridad divina del evangelio (Lucas 16:31).

--Walter Marshall, The Gospel Mystery of Sanctification

Monday, January 01, 2007

Los Efectos de la Ascención

Notemos que Jesucristo, siendo de tal manera exaltado por Dios que todas las criaturas han sido sujetadas a él, es además nuestra cabeza, y que este gran dominio e imperio que él tiene nos beneficia de verdad, si somos sus miembros. Pero no puede ser nuestra cabeza almenos de que tengamos unión verdadera con él. En esto, entonces, consiste toda la certeza de nuestra salvación. Es decir, siendo que Jesús, ascendido a lo alto, tiene realmente dominio sobre todo, que aún los ángeles están sujetados a él, ellos, y toda criatura, nos serviran por su causa.
--Juan Calvino

About me

  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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