Saturday, September 30, 2006

Dios Busca a Rut

El libro de Rut presenta el movimiento desde la amargura hasta la plenitud de la bendición.
Una familia judía salen de Belén en tiempo de hambre para irse a la tierra de Moab. Estando allá, muere Elimelec el padre de la familia. Los dos hijos, Mahlón y Quelión toman esposas moabitas: pero poco después, ellos también mueren, y la familia ahora consiste de Noemí, la suegra, y sus dos nueras, Rut y Orfa. Parece que son reducidas a una pobreza bastante fuerte, entonces Noemí determina regresar a Belén, pues ya pasó el hambre. Anima a sus nueras a buscar esposos moabitas, y dejarla: Orfa por fin acepta, pero Rut se rehusa, y acompaña a Noemí hasta Belén. Al llegar Noemí dice a los de la ciudad que no la llamen Noemí (placentera) sino Mara (amarga) porque el Todopoderoso la ha puesto en grande amargura.
Estando allí, Rut empieza a trabajar recogiendo espigas en el campo. Resulta que el primer día que ella sale a trabajar, va al campo de un Booz, quien es pariente de Noemí. El trata bien a Rut, y ella se queda allí un buen rato trabajando en sus campos. Noemí recuerda que Booz es su pariente, y según las leyes de Israel, el puede redimir la propiedad de Elimelec (a lo mejor estaba empeñada o pensaba que iba a tener que empeñarlo –Levítico 19:23-34). Al hacerlo, incurrirá también la responsabilidad de casarse con Rut, según las leyes que Dios dio por Moisés (Deuteronomio 25:5-10). Noemí manda a Rut a basicamente proponer esto a Booz, quien acepta, bajo la condición que un pariente más cercano no esté dispuesto, pues este pariente tiene derecho antes que él. El otro pariente no quiere, y Booz redime la propiedad de Elimelec, se casa con Rut, quien da a luz un hijo, y Dios restaura el gozo de Noemí.
Hay muchas costumbres interesantes en este libro: se podría considerar como un cuento de amor. Es un relato que tiene sus elementos típicos, señalando hacia Cristo y la iglesia.
Pero ahorita quiero señalar un aspecto impresionante. Es el aspecto que Dios buscó a Rut, una moabita, y la puso como la bis-abuela de David, y por lo tanto Rut está también en la línea del Señor Jesús.
El hambre que originalmente vino sobre la tierra era para llevar a la familia de Elimelec a Moab; allá se encontraron con Rut. La muerte de su esposo sirvió para que Noemí se regresara a Belén, y que Rut la acompañara. Estando ya en Belén Rut se encuentra con Booz y gana su favor por su diligencia, humildad y lealtad a su suegra. Al final del libro es cuando comienzan a ver que todos los sufrimientos que habían pasado eran para cumplir el propósito de Dios en traer una bendición enorme sobre ellas.
De ésto podemos aprender varias lecciones: que no debemos juzgar las circunstancias hasta ver sus resultados. Lo que nosotros pensamos que era un desastre, resulta ser una de las cosas mejores que pudo haber pasado (p. ej., José: fue vendido a Egipto por la envidia de sus hermanos, pero Dios usó esto para exaltarle a él y preservar toda su familia –Génesis 37,39-47). Debemos ver que los sufrimientos y angustias son simplemente el camino a una bendición mayor. Debemos ver también que Dios está en control: de las circunstancias difíciles (¿quien trajo el hambre?): de lo que parece casualidad (¿cómo es que Rut llegó al campo de Booz?); y que Dios está en control de los corazones (¿que hace que Orfa se aleje, pero Rut es constante? --1 de Corintios 4:7).
Y debemos entender que Dios busca al pecador. Rut es un tipo, un símbolo, de los que no eran el pueblo siendo incluídos en la salvación de Dios. Como a ella, Dios nos ha buscado a nosotros. Romanos 9:22-26; Hechos 15:12-21; Romanos 15:7-12. A lo mejor esa busqueda ha incluído circunstancias difíciles: pero vale la pena, porque como Rut, hemos venido a refugiarnos baja las alas de Jehová, Dios de Israel (Rut 2:12).

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Tuesday, September 26, 2006

Cristo Abre el Acceso a Dios

Hay un suceso muy llamativo que ocurre en conexión con la crucifixión de Cristo. Se menciona en Lucas 23:45, Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad.
Es aceptado que Lucas se refiere al velo que dividía el Lugar Santísimo, donde solamente podría entrar el sumo sacerdote, eso solamente una vez al año, y eso solamente después de varios ritos y llevando sangre. En el Lugar Santísimo estaba el arca del pacto, símbolo de la presencia de Dios.
Cuando Cristo fue crucificado, este velo se rasgó, se rompió. ¿Qué significa este hecho? Creo que indica várias cosas, pero el autor de Hebreos señala uno, importantísimo, en Hebreos 10:19:22:
Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrio a traves del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacedote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura
.
Aquí el autor combina las ideas del velo y del acceso. Parece ser una referencia a este hecho cuando el velo se rasgó. Entonces ¿que nos comunica ese evento? Que podemos acercarnos a Dios, entrar en el lugar santísimo, con confianza. Esto habrá sido un dicho sorprendente, revolucionario para la audiencia original de este libro. El Lugar Santísimo estaba detrás del lugar santo, donde entraban los sacerdotes: afuera de eso es donde podían estar los judíos normales. Osea que es muy posible que la mayoría de los judíos nunca habían visto la parte de afuera del Lugar Santísimo (y menos el interior). Los judíos tenían la costumbre de poner una cuerda alrededor del tobillo del sumo sacerdote cuando entraba en el Lugar Santísimo, por si muriera mientras estaba dentro --así le podrían sacar sin exponerse a más peligro de Dios. Pensaban que al entrar en el Lugar Santísimo les vendría la muerte si entraban indignamente --y si no eran el sumo sacerdote, si no era el día de expiación, si no habían cumplido los ritos, si no llevaban sangre, entraban indignamente. Para ellos escuchar que tenemos libertad para entrar tuvo que ser algo maravilloso y sorprendente.
¿Pero por qué tenemos esa libertas? No es que Dios ha relajado sus demandas: no es que los judíos estaban del todo mal en lo que pensaban. Pero la entrada, el acceso, era tan restringido porque entraban con sangre animal --y esa sangre simboliza pero nada más. Pero ahora Cristo ha sido crucificado: su sangre fue derramada. Y ese sacrificio es lo que los sacrificios animales del antiguo testamento señalaban. Ese sacrifcio fue la realidad. Entonces, porque esa sangre ha sido derramada, tenemos libertad de acceso. No porque Dios sea menos exigente: porque se ha ofrecido el sacrificio adecuado. Nos acercamos con confianza, no porque Dios no sigue exigiendo sangre: pero precisamente porque no nos acercamos con la sangre de un cordero, sino con la sangre del Cordero de Dios.
El velo se rasgó: la muerte de Cristo abrió el acceso a Dios.

Friday, September 22, 2006

Amán y Proverbios

El villano del libro de Ester es un hombre que se llama Amán. Que era un hombre vanidoso queda establecido en dos textos del libro de Ester. En el capítulo 3, los siervos del rey que veían que Mardoqueo el judío no se inclinaba ante Amán como el rey Asuero había mandado, después de haber platicado con Mardoqueo (quien no los escuchó) lo denunciaron con Amán. Aquí está su reacción: Y vio Amán que Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba delante de él; y se llenó de ira. Pero tuvo en poco poner mano en Mardoqueo solamente, pues ya le habían declarado cuál era el pueblo de Mardoqueo; y procuró Amán destruir a todos los judíos que había en el reino de Asuero, al pueblo de Mardoqueo (Ester 3:5,6). Amán es un hombre que por una ofensa a su dignidad y posición oficial determina exterminar un pueblo completo. Más adelante el rey le hace la pregunta ¿Que se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey honrar más que a mí? Y respondió Amán al rey: Para el varón cuya honra desea el rey, traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza; y den el vestido y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad y pregonen delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey (Ester 6:6-9). Aquí dos hechos muestran su vanidad: primero que piensa que nadie podría tener más favor del rey que él; y segundo, que en este dicho muestra que lo que a él le gustaría era sentirse como rey en tener los accesorios reales, y que la gente lo viera.
Ahora, Amán odiaba tanto a Mardoqueo que no quería esperar hasta que llegara la fecha cuando el rey le había permitido matar a todos los judíos (y ese deseo le nació por su enojo con Mardoqueo), sino que construye una horca, con el intento de pedir permiso al rey de colgar a Mardoqueo al día siguiente (Ester 5:9-14; 6:4).
Y eso nos trae a los últimos momentos de la vida de Amán. Porque cuando va a un banquete con el rey Asuero y la reina Ester (prima de Mardoqueo, por cierto, según Ester 2:7) la reina expone sus acechanzas contra los judíos, y el rey, muy enojado, sale al jardín. Cuando vuelve a entrar, Amán ha caído en el lecho de la reina: posiblemente estaba agarrando sus rodillas, o está junto a ella: estaba implorando misericordia, pero al verlo el rey se molesta todavía más: y La ira del rey es mensajero de muerte; mas el hombre sabio lo evitará (Proverbios 16:14). Un eunuco, Harbona, que estaba allí le dice al rey acerca de la horca que Amán había construído para Mardoqueo (y fue solamente la noche anterior en un tiempo de insomnia que Asuero había sido recordado que Mardoqueo una vez le libró de un complot de algunos de sus eunucos contra él): y el rey manda que Amán sea colgado en la horca que construyó para Mardoqueo (Ester 7:1-10). Amán lo merecía: sus acechanzas se han manifestado. Ha conspirado para destruir a todos los judíos (que incluye la reina querida de Asuero) por odio a Mardoqueo (que ha sido un siervo fiel al rey). Esta derrota se prefiguró cuando la honra que Amán diseñó para sí tuvo que darlo a Mardoqueo (Ester 6:10-14: esto cumple Proverbios 14:19).

En los libros poéticos encontramos muchos principios que nos ayudan a entender la economía divina que estaba detrás de estos eventos. Un texto que se podría aplicar muy adecuadamente a Amán sería Proverbios 27:1 No te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día. Un día Mardoqueo está lleno de placer por la honra que se le está dando, y construyendo una horca para su enemigo Mardoqueo: al día siguiente, está colgado en la horca que construyó (Ester 5:10-14; 7:10).

El carácter de Amán ilustra la verdad de este versículo: El alma del impío desea el mal; su prójimo no halla favor en sus ojos (Proverbios 21:10): a ésto se podría agregar Proverbios 29:10: Los hombres sanguinarios aborrecen al perfecto, mas los rectos buscan su contentamiento.

Un principio general que se ve desarrollado aquí se encuentra en:
Proverbios 11:8: El justo es librado de la tribulación; mas el impío entra en lugar suyo.
Proverbios 21:18: Rescate del justo es el impío, y por los rectos, el prevaricador.
Estos textos establecen que Dios cuida del justo: que el impío recibe las dificultades que parecían estar llegandos al justo. De hecho los malos no se escaparán: Proverbios 13:21: El mal perseguirá a los pecadores, mas los justos serán premiados con el bien.

Pero es posible ser más detallado. El malo se perjudica a sí mismo:
Proverbios 11:19: Como la justicia conduce a la vida, así el que sigue el mal lo hace para su muerte.
Proverbios 14:14: De sus caminos será hastiado el necio de corazón; pero el hombre de bien estará contento del suyo.

La derrota de Amán vino por su vanidad y orgullo.
Proverbios 16:18: Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu.
Proverbios 18:12: Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, y antes de la honta es el abatimiento.
Proverbios 29:23: La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra. Con esto podemos comparar Proverbios 11:2,3,5,6: Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría. La integridad de los rectos los encaminará; pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos. La justicia del perfecto enderezará su camino; mas el impío por su impiedad caerá. La justicia de los rectos los librará; mas los pecadores serán atrapados en su pecado. Mardoqueo llega a ser avanzado por su integridad: pero Amán es destruido por su esfuerzo de derrotar a los judíos: ha conspirado contra el pueblo de la reina, y eso provoca mucho al rey: y este intento de eliminar a los judíos nació de su soberbia. Sus mentiras, su intento de violencia, y su soberbia lo destruyó.

Esto expresa un principio general, que la maldad siempre perjudica a quienes lo practican. Y eso también está de acuerdo con la Escritura:
Salmo 7:15,16: Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; y en el hoyo que hizo caerá. Su iniquidad volverá sobre su cabeza, y su agravio caerá sobre su propia coronilla.
Salmo 9:15,16: Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron; en la red que escondieron fue tomado su pie. Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; en la obra de sus manos fue enlazado el malo.
Salmo 57:6: Red han armado a mis pasos; se ha abatido mi alma; hoyo han cavado delante de mí; en medio de él han caído ellos mismos.
Proverbios 13:6: La justicia guarda al de perfecto camino; mas la impiedad trastornará al pecador.
Proverbios 26:27: El que cava foso caerá en él; y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.

Aprendamos del ejemplo malo de Amán, a ser humildes y a huir del mal. Sabed que vuestro pecado os alcanzará (Números 32:23); y Salmo 34:11-18 (en parte citada por el Nuevo Testamento en 1a de Pedro 3:10-12): Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré. ¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz y síguela. Los ojos de Jehová estan sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos. La ira de Jehová contra los que hacen mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos. Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritus de espíritu.

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Tuesday, September 19, 2006

Dios Manifiesto en Ester por Proverbios

La presencia de Dios en el libro de Ester (aunque no se menciona su nombre en ese libro) es confirmado por el libro de Proverbios. Hay muchos aspectos de este libro que sirven para ilustrar la sabiduría de Proverbios.
Proverbios explica la agencia de Jehová en los sucesos del libro de Ester.
El ve todo: Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos. En base de su conocimiento perfecto se puede agregar: No robes al pobre, porque es pobre, ni quebrantes en la puerta al afligido; porque Jehová juzgará la causa de ellos, y despojará al alma de aquellos que los despojaren (Proverbios 22:22,23). Los ojos de Jehová velan por la ciencia; mas él trastorna las cosas de los prevaricadores (Proverbios 22:12). ¿Por qué? Porque abominación es a Jehová el camino del impío; mas él ama al que sigue justicia, Proverbios 15:9.
No fue al final de cuentas el rey Asuero quien libró a los judíos, pues declara Proverbios 29:26: Muchos buscan el favor del príncipe; mas de Jehová viene el juicio de cada uno. Y Proverbios 21:1 explica como esto funciona: Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en mano de Jehová; a todo lo que quiere lo inclina. Amán echó suertes para saber que día era el mejor para exterminar a los judíos (Ester 3:7): pero no tuvo razón en esto: La suerte se echa en el regazo; mas de Jehová es la decisión de ella (Proverbios 16:33). No podía haber un buen momento para atacar al pueblo de Jehová: No hay sabiduría ni inteligencia, ni consejo, contra Jehová (Proverbios 21:30).
La actitud de Jehová hacia Amán se encuentra en Proverbios 6:16-19: Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos. Amán cumple con seis de estas siete características (todos menos la última.
Entonces el Dios soberano, omniciente y justo actúa para defender a su pueblo y trastornar al camino del prevaricador malo, quien Dios aborrece. A la luz de Proverbios, es muy obvio que Dios está presente en Ester.

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Saturday, September 16, 2006

La actitud de Faraón hacia Dios y su adoración en Exodo 5

Cuando el pueblo de Dios estaba en cuativerio en Egipto, la parte más grande de sus afflicciones venía por el mandamiento de Faraón. Fue uno de estos reyes de Egipto que mandó matar a los niños de los hebreos, y quien les esclavizó (Exodo 1:8-22). Y cuando Moisés y Aaron vienen a Egipto para librar a los hebreos, encuentran que el presente rey (se da el título de Faraón a los reyes egipcios) era un hombre duro y tuvieron gran dificultad al hablar con él. Era una persona que aunque por un momento piensa hacer lo correcto, cuando se le quita la presión regresa a lo que le conviene (por ejemplo, Exodo 8:28-32). En el capítulo 5 de Exodo Faraón expresa sus actitudes hacia Jehová y su adoración. Entender que él se siente así acerca de su Creador hace más fácil comprender sus otras acciones y actitudes.
Moisés y Aarón le traen el mandamiento de dejar ir al pueblo para que le sirvan, y Faraón responde: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel, v.2. Faraón no reconoce los derechos de Dios; no entiende que él manda. Si se hubiera detenido en la primera claúsula hubiera sido una pregunta muy buena. ¿Quién es Jehová? Dios mismo responde a ésto cuando dice: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación (Exodo 34:6,7). Pero Faraón no se interesaba en saber esto: simplemente piensa que Jehová no tiene derecho de mandarlo. Los que no conocen a Dios (como Faraón admite de sí mismo) tampoco le obedecen.
Si tiene esta actitud de desprecio hacia el Dios verdadero, no es sorprendente que Faraón tampoco estima mucho la adoración de Jehová. Dice en los vv.8,9, hablando a los cuadrilleros y capataces: Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificio a nuestro Dios. Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella y no atiendan a palabras mentirosas. Parece que almenos para sus esclavos, Faraón considera que el deseo de adorar a Dios es algo que solamente les llega porque no tienen suficiente para hacer: y también, que adorar a Dios es una distracción del trabajo verdaderamente importante. El pueblo no rinde como el quiere porque desean sacrificar a su Dios. Para él, con su actitud hacia Dios, esto es lógico. ¿Pero cuántas veces nosotros, que decimos ser cristianos e hijos de Dios, compartimos la misma actitud? ¿Cuántas veces sentimos que la adoración de Dios es menos importante que el trabajo? ¿Cuántas veces pensamos que los que ponen prioridad en esto son fanáticos? ¿Cuántas veces no queremos ser distraídos de lo que verdaderamente nos gusta para adorar a Dios? Pero si compartimos la actitud de Faraón hacia la adoración de Dios, ya sea en los servicios públicos de la iglesia o en nuestras casas, es preciso preguntarnos si no compartimos también, aunque sea secretamente, su actitud hacia Dios mismo. Los que respetan y conocen y temen y aman a Dios entenderán con el salmista: Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad (Salmo 84:10).
Estas actitudes de parte de Faraón resultan en más opresión para los hebreos. Muchas veces ha sido así: en la unión soviética intentaron tener una semana de diez días, con el propósito de impedir que la gente pudiera tener el hábito de asistir a las iglesias. Era muy pesado y difícil para todos, pues trabajaban nueve días y descansaban solamente uno. Pero los que no respetan a Dios, almenos que él en su misericordia los controla, tampoco se compadecen de los hombres. Los que no entienden que el hombre es un ser espiritual, que necesita la adoración, tampoco piensan en sus necesidades físicas, almenos que Dios en su bondad refrene el progreso de su pecado.
Nuestra relación con Dios, nuestra actitud hacia él es central, fundamental, crítico para toda nuestra vida: y el estado de esa relación, el carácter de esa actitud, se manifiesta en nuestros sentimientos acerca de alabarle, y la manera en que tratamos a los seres que él creó en su imagen.

¿Por qué no nos escucha Dios?

La Bíblia enseña que hay ciertas barreras a la oración. Hay ciertas cosas que nos impiden orar, por supuesto: para aquí quiero mencionar más bien lo que impide que Dios nos escuche cuando oramos.
En primer lugar, algo que hace nuestras oraciones no sean aceptas, es cuando no recibimos la palabra de Dios. Proverbios 28:9 dice: El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominación. Esto es perfectamente lógico: tenemos la confianza que Dios nos escucha si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad (1a de Juan 5:14). Pero como su palabra es donde encontramos su voluntad, sin escuchar la palabra no podemos pedir conforme a su voluntad. Pero también debemos pensar esto de una forma más sencilla. ¿Si nosotros no estamos dispuestos escuchar a Dios, el sabio e infinito Creador, por qué vamos a pensar que él querrá escucharnos a nosotros, pecaminosos y pequeños humanos? Y esto lo confirma Zacarías 7:13: Y aconteció que así como él clamó y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos.
En segundo lugar, no prestar atención a los necesitados también impedirá que obtengamos la atención de Dios. Proverbios 21:13 dice: El que cierre su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído. Aquí podríamos comparar lo que Cristo dice acerca del perdón. Nos enseñó: Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas (Mateo 6:14,15; compare Mateo 18:21-35). No es que esperemos ganar o merecer la atención o el perdón de Dios por lo que nosotros hagamos; pero si queremos ser escuchados, ¿cómo rehusaremos escuchar a otros? Si queremos ser perdonados ¿cómo rehusaremos perdonar? Ante Dios venimos en la postura de los sumamente necesitados: si nosotros ignoramos a los necesitados que se presentan ante nosotros, ¿por qué esperamos recibir un trato distinto?
En tercer lugar, abusar en el contexto de nuestras relaciones humanas es un estorbo a la oración. 1a de Pedro 3:7 dice: Vosotros, maridos, igualmente vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. Obviamente puede ser que los conflictos en la familia, un esposo que abusa y no trata a su esposa con cariño podría dejar de orar por eso. Es decir, el estorbo podría ser que él deja de orar. Pero la experiencia humana nos indica que no siempre es así: que un esposo que no manifiesta amor para su esposa no siempre deja de orar. Y en ese caso también, sus oraciones tienen estorbo. Es interesante notar que Pedro, bajo inspiración divina, concluye que el pensamiento de tener estorbo en sus oraciones motivará a los maridos cristianos a tratar dignamente a sus esposas. ¿Tenemos nosotros esa actitud, que el pensamiento que Dios no nos oirá es algo terrible, algo que nos mueve a cambiar nuestra manera de proceder? ¡Ojalá que Dios nos diera a todos a entender que nuestras relaciones con los demás impactan nuestra relación con él, y vice versa!
En cuarto lugar, la violencia se interpone entra nuestras oraciones y el Dios vivo para que él no nos escuche. Dice Isaías 1:15: Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. Alzar las manos a Dios es una expresión que señala orar (en 1a de Timoteo 2:8, por ejemplo, se combinan estas cosas). Pero si nuestras manos están llenas de sangre, ¿cómo las levantaremos a Dios? Es un principio que se podría aplicar ampliamente: si mi boca está llena de maldición ¿cómo hablaré a Dios con mis labios? Si mi mente está llena de rencor y envidia, ¿cómo alzaré mis pensamientos al Dios puro?
En quinto lugar, el invocar a dioses ajenos impide que Dios nos escuche. Aquí cabe aclarar que obviamente Dios sabe lo que decimos: pero puede ignorarnos. Jueces 10:10-16 dice: Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos dejado a nuestro Dios, y servido a los baales. Y Jehová respondió a los hijos de Israel: ¿No habéis sido oprimidos de Egipto, de los amorreos, de los amonitas, de los filisteos, de los de Sidón, de Amalec y de Maón, y clamando a mí no os libré de sus manos? Mas vosotros me habéis dejado, y habéis servido a dioses ajenos; por tanto, yo no os libraré más. Andad y clamad a los dioses que os habéis elegido; que os libren ellos en el tiempo de vuestra aflicción. Y los hijos de Israel respondieron a Jehová: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te parezca; sólo te rogamos que nos libres en este día. Y quitaron de entre sí los dioses ajenos, y sirvieron a Jehová; y él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel. El concepto es muy sencillo. Si buscan a los otros dioses en los tiempos de prosperidad, pues que acudan a ellos en tiempos de adversidad también. Esto obviamente sería rogar a un dios que no salva (Isaías 45:20). El Señor Jehová no es un servicio de emergencia. El es el soberano Dios: exige nuestra lealtad absoluta. Pero puedo alentarnos saber que cuando rechazaron sus ídolos, que Dios los oyó.
En sexto lugar, aprobar concientemente cualquier pecado en nuestras vidas es un obstáculo para que Dios apruebe nuestras oraciones. Salmo 66:18 dice: Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado. Esto se relaciona con los puntos anteriores. Mirar a la iniquidad no es escuchar a la palabra de Dios: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo (2a de Timoteo 2:19). Entonces todo tipo de pecado es deslealtad a Dios.
Aquí vale la pena recordar que Dios oye la oración de los humildes a traves de Cristo (Lucas 18:9-14; Juan 16:23). Si no, tendríamos que ser perfectos antes de ser escuchados. Pero gracias a Dios, el es el Dios perdonador: sí pide que nuestros corazones no sean divididos: pero oye a los imperfectos quienes están en la perfección de su Hijo.
Por último, podemos agregar que no es solamente que Dios no presta atención, que ignora las peticiones de las personas en las categorías expuestas: los rechaza con vigor. El sacrificio de los impíos es abominación; ¡cuánto más ofreciéndolo con maldad! (Proverbios 21:27). El servicio religioso, aún el servicio religioso que Dios manda, tal como eran en ese entonces los sacrificios, es abominación cuando viene del inicuo. Esto es algo se enseña también 1a de Samuel 15:22, por ejemplo: Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. (Compare también Isaías 1:11-20; 58:1-14.) Nuestras oraciones no serán aceptos si tenemos apariencia de pieded pero negamos la eficacia de ella (2a de Timoteo 3:5).
En estos siete puntos, aunque no hemos visto todos los textos bíblicos que tratan de esto, hemos visto suficientes para establecer que hay cosas que impiden que Dios nos oye: y se puede resumir esas cosas bajo el nombre de pecado. Ya sea el pecado de violencia, de ser un esposo malo, de ignorar a los pobres o no escuchar la palabra del Señor. En cuanto a la oración es cierto que vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír (Isaías 59:2). Obviamente tenemos que distinguir entre el hecho que Dios nos escuche y nos diga “no” y que Dios ignore nuestras oraciones. Pero la reprensión de Santiago sigue siendo válida: no tenéis lo que deseáis porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites (Santiago 4:2,3).

Friday, September 15, 2006

¿Qué significa 'ordenar'?

Hay quienes han intentado eliminar la fuerza del dicho de Hechos 13:48 que todos los ordenados a la vida eterna creyeron, diciendo que lo que fue ordenado era solamente que los que creyeran recibirían la vida eterna. Esa interpretación queda descartada por 2a de Tesalonicenses 2:13,14 que expresamente declara que Dios escogió a los Tesalonicenses para salvación, por medio de la fe. Ellos fueron el objeto de su decisión divina. Hay algunos que intentarían decir que Dios ordenó algunos para vida eterna porque él sabía de antemano que ellos creerían. Pero esa teoría tiene problemas. Dios sabe todas las cosas, actuales y posibles. Pero ¿qué distingue las cosas actuales de las cosas posibles? Es precisamente el decreto de Dios. Es decir, ¿quién actualiza el mundo como es, y no como hubiera podido ser? Es Dios. Entonces queda solamente una manera de negar la enseñanza de este versículo, y algunas personas han intentado esto también. Han negado que esta palabra, “ordenado” (en griego, tavssw tassw) significa que Dios soberanamene dispuso y decretó lo que había de ser. Este intento tampoco funciona. Aquí está una lista de todas las occurrencias de esta palabra en el nuevo testamento, con breves comentarios. Las palabras subrayadas representan la traducción de la palabra griega tavssw, tassw.
Nuevo Testamento:
Mateo 8:9 Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados: y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Este versículo es afectado por una variación textual: pero los mismos comentarios que se aplican a Lucas 7:8 valen aquí se aceptamos esta versión.
Mateo 28:16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Jesús les mandó que se reunieran con él en cierta montaña. El escogió en donde se reunirían.
Lucas 7:8 Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes: y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Este centurión entiende el concepto de autoridad: que uno obedece lo que otro decide.
Hechos 13:48 Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Vea el artículo anterior para comentarios sobre este versículo.
Hechos 15:2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión. Se toma la decisión de enviar a algunos representantes a Jerusalén.
Hechos 18:2 Y halló un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Este versículo también se ve afectado por una variación textual. Pero si aceptamos esta versión, obviamente la idea es que el imperador Claudio mandó con autoridad que los judíos saliesen de Roma.
Hechos 22:10 Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenadoque hagas. Queda obvío que el Señor dispuso soberanamente de lo que Pablo iba a hacer. En Damasco se le iba a comunicar lo que ya había decidido que él haría.
Hechos 28:23 Y habiéndolo señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Los judíos de Roma le dicen a Pablo cuando van a venir a verlo.
Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad que no sea de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. En esté versículo tenemos una forma donde la palabra tavssw, tassw se combina con una preposición. En esa combinación significa someterse, sujetarse. Expresa la idea de obediencia a una autoridad. Pero también tenemos la declaración de Pablo que las autoridades que existen han sido establecidas u ordenadas por Dios. Dios dispone de las naciones: el impone las autoridades gubernamentales.
1a de Corintios 16:15 Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicas de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos. En este versículo nuestra palabra viene en conjunto con un pronombre reflexivo. Es decir, la familia de Estéfanas se dedicaron a sí mismos al servicio de los santos. Pero antes de llegar a la conclusión que entonces podemos creer que en Hechos 13:48 está diciendo que los que se dispusieron a sí mismos a creer obtuvieron vida eterna, hay dos elementos para notar. En Hechos 13:48 la forma del verbo es pasiva. Es decir, esto es una acción que fue hecho a los gentiles, no que ellos hicieron. En 1a de Corintios 16:15 la forma del verbo es activa: la familia de Estéfanas hicieron esto. Y sabemos que lo hicieron a sí mismos porque el verbo se sigue con un pronombre reflexivo. Pero en Hechos 13:48 no hay un pronombre reflexivo.
En vista de esta evidencia, es lógico pensar que Dios soberanamente dispuso, ordenó, o estableció no solamente que al creer recibirían vida eterna los gentiles: sino que también dispuso quienes de entre los gentiles creerían. ***********************************************************************************
Por la diversión de cualquier interesado, aquí estan los versículos en la Septuaginta (la más conocida traducción del antiguo testament al griego) que usan esta palabra: Génesis 3:24; Exodo 8:9 (en español: en la Septuaginta es Exodo 8:5); Exodo 8:12 (en español: en la Septuaginta es Exodo 8:8); Exodo 29:43; Jueces 18:21; Jueces 18:31; Jueces 20:30; Jueces 20:36; 1a de Samuel 20:35 (en español: en la Septuaginta se considera este libro 1a de Reyes); 1a de Samuel 22:7 (en españ.l: en la Septuaginta se considera este libro 1a de Reyes).

Thursday, September 14, 2006

Todos los Ordenados Creen

En Hechos 13:14-52 tenemos el relato de la llegada de Pablo y Bernabé a Antioquía de Pisidia, la predicación de Pablo en ese lugar, y la respuesta a su sermón.

Pablo predicó un sermón que fue muy aceptado. Pero a la otra semana, cuando los judíos vieron la gente juntándose para escuchar la palabra de Dios, despertó su envidia y contradijeron lo que Pablo decía con blasfemias. Esto lleva a Pablo y Bernabé a anunciar que aunque era necesario ofrecerles a ellos primero la palabra de Dios, pero como ellos no lo aceptaban, ellos, conforme al mandamiento del Señor, hablarían a los gentiles. Y Lucas agrega este comentario: Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna (Hechos 13:48). Este texto fue clave para mí en aceptar la enseñanza bíblica acerca de la soberanía de Dios en la salvación. Me acuerdo cuando estaba discutiendo estas temas, y algo confundido encontré este versículo en mi lectura normal. Desde ese entonces, el debate terminó, porque este texto contiene dos elementos que me parecían algo opuestos y los armoniza perfectamente. Nadie es salvo sin fe (Hebreos 11:6, Romanos 5:1; Apocalipsis 21:8). Todos los que creen en Cristo reciben vida eterna (Juan 3:15-18; Juan 6:47). Pero a la vez la Biblia nos muestra que la salvación depende completamente de Dios: no es solamente la declaración que la salvación es de Jehová (Salmo 3:8; Jonás 2:9), sino que la Biblia expresa que Dios tiene misericordia del que quiere (Exodo 33:19; Romanos 9:14-18), que nadie puede venir a Cristo si el Padre no le trae (Juan 6:44), que Dios es el autor de la fe (Efesios 2:8; Filipenses 1:29) y del arrepentimiento (Hechos 11:18; 2a de Timoteo 2:25). Hechos 13:48 combina estos dos aspectos, y para mí quitó la tensión que yo sentía entre las promesas hechas a los creyentes y el énfasis sobre la soberanía absoluta e irresistible de Dios en cuanto a la salvación. Lo quita de esta manera: explica que todos los ordenados, es decir, todos los que Dios ha determinado que participarán en la vida eterna, creen. Dios logra su propósito por medio de la fe que él otorga a los ordenados. Es importante notar que todos los que son ordenados creen. El propósito de Dios no falla. Todos los ordenados para vida eterna creen. Tampoco falla la palabra de Dios que ha prometido la salvación a los creyentes, porque todos los ordenados creen. Sin fe no hay salvación: sin la elección de Dios no hay salvación. Estas cosas concuerdan perfectamente, porque todos los escogidos u ordenados, de hecho, creen. Los no ordenados, pues no creen. Los que no creen, no son ordenados. Pablo confirma esta interpretación en 1a de Tesalonicenses 1. Allí dice que conoce su elección, por la manera en que recibieron el evangelio. El podía ver que habían sido ordenados para la vida eterna, porque cuando recibieron el evangelio sus vidas cambiaron. Lo repite a la misma audiencia en 2a de Tesalonicenses 2:13,14 diciendo: Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espírity y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Dios los escogió desde el principio para salvación: ¿pero como reciben esa salvación? Mediante la obra del Espíritu Santo para apartarlos y la fe en la verdad. Dios puso el fin: salvación. Puso el medio divino: el trabajo del Espíritu Santo: puso el medio humano: fe en la verdad. Y en el propósito de Dios, estas cosas concuerdan perfectamente. El Espíritu Santo obra en los escogidos, y ellos infaliblemente creen. Y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.

Wednesday, September 13, 2006

El Dios Escondido Manifiesto en Ester

El libro de Ester habla acerca de un gran peligro que vino sobre los judíos exiliados en los tiempos del rey Asuero, y como fueron librados. Es un libro que sirve un propósito litúrgico, en que explica el comienzo histórico de la fiesta de Purim (Ester 9:20-28) y relata los grandes eventos que se celebran en esa fiesta.

El rey Asuero, un rey poderoso, enojón, cruel (Ester 1:1,12; 3:8-12; 7:7) hace un banquete. Habiendo alegrado su corazón con vino quiere que pase su reina, Vasti, para mostrar su belleza a sus invitados. Cuando ella se rehúsa el rey, siguiendo el consejo de sus sabios, en efecto la divorcia e instituye una búsqueda para encontrar una reina nueva. Viviendo en la capital, Susa, hay un judío llamado Mardoqueo, siervo del rey, que ha adoptado a su prima Ester y ha sido como padre para ella. Ester es llevada a quedarse en la casa del rey, y cuando el rey la conoce, ella le agrada y la acepta como la reina, sin saber que ella es judía. Poco después, Mardoqueo se entera de un complot contra Asuero y le avisa mediante Ester. De esta manera el rey escapa del intento contra él.

Sin decirnos lo que había hecho o de qué manera empezó a progresar, la Bíblia relata que un tal Amán obtiene el favor del rey y es engrandecido más y más. Todos los siervos del rey se inclinan ante él, menos uno, el judío Mardoqueo. Cuando los otros siervos informan a Amán de esto (pues parece que no se había dado cuenta anteriormente) éste se molesta sobremanera. Sabiendo que Mardoqueo es judío decide que no es suficiente castigar a Mardoqueo solamente, sino que quiere exterminar a todo el pueblo de los judíos. Convence al rey a autorizar esta matanza sin mucha dificultad, y cartas son enviadas a todas las provincias ordenando la destrucción de los judíos para el 13 del mes Adar. Obviamente cuando los judíos reciben estas noticias están muy entristecidos. Sin embargo, Ester no sabe nada de esto, hasta que sus siervos le cuentan que Mardoqueo está vestido de cilicio y de ceniza. Establecen comunicación y Mardoqueo pide a Ester hacer algo peligroso –entrar en la presencia del rey sin invitación. Si el rey Asuero no mostraba gracia extendiendo el cetro, toda persona que entrara sin ser invitada sería matada. Aunque Ester le menciona esto, Mardoqueo no altera sus instrucciones. Entonces Ester se anima y entra, e invita al rey y a Haman a un banquete, donde les pide que regresen a otro banquete al día siguiente.

Amán está muy contento, porque parece que su suerte sigue subiendo: aún la reina (él no sabe que ella es judía) entiende su posición especial. Pero está amargado todo porque con todo Mardoqueo no se inclina ante él. Su esposa, Zeres, y sus amigos le aconsejan a prepara una horca y pedir permiso de colgar a Mardoqueo sobre ella.

Pero esa noche el rey no podía dormir, y pide que lean en su presencia las crónicas. Allí es recordado de que Mardoqueo había denunciado un complot en su contra. Nunca se había hecho algo por él para premiarlo por esto, entonces el rey quiere darle alguna honra o distinción. En este entonces se acerca Amán, quien venía para pedir que colgaran a Mardoqueo. El rey dice que pase, y le pide consejos acerca de qué hacer para el hombre que el rey desea honrar. Amán piensa que el rey quiere honrarle a él, entonces menciona lo que más le gustaría a él; y el rey le ordena a hacer todo eso para Mardoqueo. Amán tiene que cumplir, pero regresa a su casa muy desalentado después de haber cumplido con el mandamiento del rey. Su esposa y sus amigos le dicen que no vencerá a Mardoqueo, pero los eunucos del rey llegan para llevarle al banquete.

Al llegar Asuero y Amán la reina pide clemencia del rey por los judíos, y le manifiesta que es Amán quien ha conspirado contra ellos. El rey se enoja mucho y sale por un rato: entre tanto, Amán suplica misericordia de Ester, pero comete el error de aventarse en su lecho: cuando el rey regresa y ve a Amán en el lecho de Ester se pregunta si también Amán quiere violar a su reina. Entonces cuelgan a Amán en la horca que el había mandado construir para Mardoqueo. Mardoqueo y Ester reciben permiso de escribir a los judíos y darles permiso de defenderse y matar a sus enemigos (no se podía revocar el decreto anterior: solamente modificarlo con un nuevo decreto). Así que, cuando llega el 13 del mes Adar, los judíos matan a una gran cantidad de sus enemigos, y son librados del peligro. Mardoqueo y Ester mandan que estos eventos sean recordados perpetuamente en la fiesta de Purim (llamada así porque Amán había echado suertes, llamado “Pur” para determinar en qué día comenzar sus acechanzas contra los judíos). Asuero dio mucha honra a Mardoqueo, y lo que Amán había diseñado para su destrucción resultó ser para el provecho de todos los judíos bajo el dominio de Asuero.

Obviamente es un libro que habla de tiempos muy diferentes: tiempos en que un rey podía convenir en la matanza de una parte significative de su población sin tener mucha razón: puede mandar que le traigan todas las jóvenes vírgenes de buen parecer. Las costumbres y la manera de proceder nos parecen muy extraños. Pero dado que este libro se encuentra en la Bíblia, quizás lo más extraño es que nunca se menciona a Dios. Ningún nombre para Dios se ocupa: es como una historia escrita desde un punto de vista completamente secular. (Obviamente, estos comentarios aplican a la versión protestante de Ester, ya que los católicos romanos tienen otras secciones que sí mencionan a Dios: pero como esas otras secciones fueron escritas en griego, no son del mismo tiempo que lo demás del libro, y vienen intercalados por algún redactor, es necesario considerarlos como apócrifos: si Dios inspiró a éste libro en su forma original, ¿qué vamos a pensar si más adelante Dios se corrige a sí mismo agregándo más material? ¿Eso significa que el libro no fue perfecto desde un principio? Se que los católicos negarían esa inferencia, pero es difícil ver con qué lógica podrían insistir que la revisión posterior de un libro completado no implica cierta imperfección en su versión original.)

Sin embargo, es un libro que nos permite ver muy claramente la mano soberana de Dios. En este libro Dios está escondido (cómo muchas veces parece ser en nuestra experiencia), pero sin embargo él es quien está. Así en el libro de Ester, cómo en los sucesos de la vida cotidiana, Dios está presente si tenemos ojos para verlo. Es posible narrar los eventos como se hace en este libro porque Dios trabaja por medio de los humanos y los eventos naturales: usa medios para cumplir sus propósitos: pero no deja de ser Dios.

Todos estos eventos llevan, por decirlo así, la firma de Dios. Y hay indicaciones que los judíos en este relato, por lo menos, entendieron que Dios estaba detrás de todas estas cosas. Como Mardoqueo dice a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra para para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? (Ester 4:13,14). De alguna forma el pueblo será librado; ¿en qué puede Mardoqueo basar esta confianza sino en las promesas de Dios? El no piensa que es un accidenta que una judía es la reina justo en el momento cuando los judíos necesitan a alguien cerca del rey para protegerlos. Además, consideren que en su respuesta a Mardoqueo Ester pide que él y todos los judíos en Susa ayunen por ella, y ella hará lo mismo. ¿Si ayunar no es una manera de invocar a Dios, de qué sirve? Ayunar es un servicio religioso, y eso implica a Dios (Jueces 20:26; 1a de Samuel 7:6; 2a de Crónicas 20:3; Daniel 9:3).

Entonces se puede decir que Dios está detrás de todo: la desobediencia da Vasti, la belleza de Ester, el complot contra al rey que Mardoqueo descubre. En todas estas circunstancias el soberano Dios dispone cómo él quiere para la gloria de su nombre y el bien de su pueblo.


Esto nos deja con el reto de abrir nuestros ojos para ver la mano de Dios en todas las circunstancias, aún aquellas donde es difícil ver que él está obrando. Aunque puede ser escondido de nuestras inteligencias lentas, él está en control. Reconozcamos la soberanía de Dios en todo.

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Wednesday, September 06, 2006

El Lugar De La Oración En La Vida Y Enseñanza de Cristo

La oración ocupa un lugar importantísimo en la vida de nuestro Señor. Muchos eventos importantes occuren en conexión con la oración.

En su bautismo, es mientras ora que se abren los cielos, se oye la voz del Padre y el Espíritu Santo desciende sobre él en una forma visible (Lucas 3:21,22). Cuando su fama va aumentando se retira a lugares desiertos y ora (Lucas 5:15,16). Era su costumbre orar; aún se aleja de sus discípulos para ir a orar (Marcos 1:35-37). Antes de escoger a los apóstoles pasa toda la noche en oración (Lucas 6:12,13). El deja a los apóstoles para orar, y ellos pasan una tormenta en el mar de Galilea –es en ese entonces que él viene caminando sobre el agua, y ellos confiesan que él verdaderamente es el Hijo de Dios (Mateo 14:22-33). En otra ocasión oraba aparte, y obtiene la confesión de Pedro que él es el Cristo de Dios (Lucas 9:18-20). Los discípulos lo ven, quizás lo escuchan, orando y le piden que les enseñe a orar: esa es la ocasión en que da la oración que es el ejemplar para todos sus seguidores (Lucas 11:1-4). El está de acuerdo, hasta reprende sus discípulos por interponerse, cuando algunos traen niños pequeños a él, para que ore por ellos (Mateo 19:13-15). Es porque Cristo oró por él, que Pedro regresó después de negar a Cristo (Lucas 22:31,32). Antes de ser arrestado Cristo ora extensamente en Juan 17. En el jardín de Getsemaní batalló en oración, y se sometió al Padre (Lucas 22:41-44; compare Mateo 26:36-44). Pero si él hubiera orado para pedirlo, su Padre le hubiera dado más de doce legiones de ángeles (Mateo 26:53). El Espíritu Santo vino sobre la iglesia en respuesta a las oraciones de Cristo (Juan 14:16,17).

En el jardín de Getsemaní también exhortó dos veces a los discípulos a orar para que no entrar an en tentación (Lucas 22:40,46). Anteriormente les había enseñado parabolicamente que era necesario ser constantes en oración (Lucas 18:1-8). Les había enseñado también que Dios oye la oración (Marcos 11:24; Lucas 11:9-13); nos promete que recibiremos lo que pedimos en su nombre lo recibiremos, pues el Padre mismo nos ama (Juan 16:23-27); que oraran, sin vanas repeticiones e hipocresia y no para ser visto de los hombres (Mateo 6:6-8); que pidieran a Dios enviar trabajadores para la cosecha espiritual (Mateo 9:38); para el alivio de sufrimientos (Marcos 13:18). Cristo dice que hay demonios que no salen sino por la oración (Marcos 9:29). También nos enseña a orar para que podamos estar en pie ante él (Lucas 21:36). Y obviamente nos enseñó a orar dándonos el Padre nuestro (Mateo 6:9-13).

Es decir, por su ejemplo y por su enseñanza Cristo nos dijo que vale la pena orar porque Dios oye la oración, y nos enseñó lo que Pablo diría en una oración breve: Orad sin cesar (1a de Tesalonicenses 5:17). Nos manifestó cómo hacerlo; nos indicó que él es central en nuestras oraciones; y nos dio la confianza de acercarnos a Dios como a un Padre amante.

Saturday, September 02, 2006

La Cruz y la Gloria en la Transfiguración

Hablando de la transfiguración (Mateo 17:1-13; Marcos 9:1-13; Lucas 9:28-36; 2a de Pedro 1:16-18) el Dr. G. Campbell Morgan dice esto:

En esta luz, Pedro volvió a hablar: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres hagamos aquí tres enramadas; una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Era un error triste, pero también una revelación. En ninguna manera esto te acontezca había dicho en vista de la cruz. Bueno es estar aquí, dijo en vista de la gloria. ¿La cruz? No. ¿La gloria? Sí. Era como si hubiera dicho: Sufrimiento y pasión y sangre y muerte no puedo mirar. Esta gloria es lo que deseo para ti, my Señor y Maestro. Aún esto era el hablar del amor, ciego y erróneo, pero de todos modos amor. Parecía como si el Maestro dijo, en efecto: Te hablé de la cruz y tuviste miedo. Hablé también de resurrección y no escuchaste; pero ven conmigo aparte a un monte y en su luz y gloria hablaré aún de la cruz.

About me

  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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