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El Dios Escondido Manifiesto en Ester

El libro de Ester habla acerca de un gran peligro que vino sobre los judíos exiliados en los tiempos del rey Asuero, y como fueron librados. Es un libro que sirve un propósito litúrgico, en que explica el comienzo histórico de la fiesta de Purim (Ester 9:20-28) y relata los grandes eventos que se celebran en esa fiesta.

El rey Asuero, un rey poderoso, enojón, cruel (Ester 1:1,12; 3:8-12; 7:7) hace un banquete. Habiendo alegrado su corazón con vino quiere que pase su reina, Vasti, para mostrar su belleza a sus invitados. Cuando ella se rehúsa el rey, siguiendo el consejo de sus sabios, en efecto la divorcia e instituye una búsqueda para encontrar una reina nueva. Viviendo en la capital, Susa, hay un judío llamado Mardoqueo, siervo del rey, que ha adoptado a su prima Ester y ha sido como padre para ella. Ester es llevada a quedarse en la casa del rey, y cuando el rey la conoce, ella le agrada y la acepta como la reina, sin saber que ella es judía. Poco después, Mardoqueo se entera de un complot contra Asuero y le avisa mediante Ester. De esta manera el rey escapa del intento contra él.

Sin decirnos lo que había hecho o de qué manera empezó a progresar, la Bíblia relata que un tal Amán obtiene el favor del rey y es engrandecido más y más. Todos los siervos del rey se inclinan ante él, menos uno, el judío Mardoqueo. Cuando los otros siervos informan a Amán de esto (pues parece que no se había dado cuenta anteriormente) éste se molesta sobremanera. Sabiendo que Mardoqueo es judío decide que no es suficiente castigar a Mardoqueo solamente, sino que quiere exterminar a todo el pueblo de los judíos. Convence al rey a autorizar esta matanza sin mucha dificultad, y cartas son enviadas a todas las provincias ordenando la destrucción de los judíos para el 13 del mes Adar. Obviamente cuando los judíos reciben estas noticias están muy entristecidos. Sin embargo, Ester no sabe nada de esto, hasta que sus siervos le cuentan que Mardoqueo está vestido de cilicio y de ceniza. Establecen comunicación y Mardoqueo pide a Ester hacer algo peligroso –entrar en la presencia del rey sin invitación. Si el rey Asuero no mostraba gracia extendiendo el cetro, toda persona que entrara sin ser invitada sería matada. Aunque Ester le menciona esto, Mardoqueo no altera sus instrucciones. Entonces Ester se anima y entra, e invita al rey y a Haman a un banquete, donde les pide que regresen a otro banquete al día siguiente.

Amán está muy contento, porque parece que su suerte sigue subiendo: aún la reina (él no sabe que ella es judía) entiende su posición especial. Pero está amargado todo porque con todo Mardoqueo no se inclina ante él. Su esposa, Zeres, y sus amigos le aconsejan a prepara una horca y pedir permiso de colgar a Mardoqueo sobre ella.

Pero esa noche el rey no podía dormir, y pide que lean en su presencia las crónicas. Allí es recordado de que Mardoqueo había denunciado un complot en su contra. Nunca se había hecho algo por él para premiarlo por esto, entonces el rey quiere darle alguna honra o distinción. En este entonces se acerca Amán, quien venía para pedir que colgaran a Mardoqueo. El rey dice que pase, y le pide consejos acerca de qué hacer para el hombre que el rey desea honrar. Amán piensa que el rey quiere honrarle a él, entonces menciona lo que más le gustaría a él; y el rey le ordena a hacer todo eso para Mardoqueo. Amán tiene que cumplir, pero regresa a su casa muy desalentado después de haber cumplido con el mandamiento del rey. Su esposa y sus amigos le dicen que no vencerá a Mardoqueo, pero los eunucos del rey llegan para llevarle al banquete.

Al llegar Asuero y Amán la reina pide clemencia del rey por los judíos, y le manifiesta que es Amán quien ha conspirado contra ellos. El rey se enoja mucho y sale por un rato: entre tanto, Amán suplica misericordia de Ester, pero comete el error de aventarse en su lecho: cuando el rey regresa y ve a Amán en el lecho de Ester se pregunta si también Amán quiere violar a su reina. Entonces cuelgan a Amán en la horca que el había mandado construir para Mardoqueo. Mardoqueo y Ester reciben permiso de escribir a los judíos y darles permiso de defenderse y matar a sus enemigos (no se podía revocar el decreto anterior: solamente modificarlo con un nuevo decreto). Así que, cuando llega el 13 del mes Adar, los judíos matan a una gran cantidad de sus enemigos, y son librados del peligro. Mardoqueo y Ester mandan que estos eventos sean recordados perpetuamente en la fiesta de Purim (llamada así porque Amán había echado suertes, llamado “Pur” para determinar en qué día comenzar sus acechanzas contra los judíos). Asuero dio mucha honra a Mardoqueo, y lo que Amán había diseñado para su destrucción resultó ser para el provecho de todos los judíos bajo el dominio de Asuero.

Obviamente es un libro que habla de tiempos muy diferentes: tiempos en que un rey podía convenir en la matanza de una parte significative de su población sin tener mucha razón: puede mandar que le traigan todas las jóvenes vírgenes de buen parecer. Las costumbres y la manera de proceder nos parecen muy extraños. Pero dado que este libro se encuentra en la Bíblia, quizás lo más extraño es que nunca se menciona a Dios. Ningún nombre para Dios se ocupa: es como una historia escrita desde un punto de vista completamente secular. (Obviamente, estos comentarios aplican a la versión protestante de Ester, ya que los católicos romanos tienen otras secciones que sí mencionan a Dios: pero como esas otras secciones fueron escritas en griego, no son del mismo tiempo que lo demás del libro, y vienen intercalados por algún redactor, es necesario considerarlos como apócrifos: si Dios inspiró a éste libro en su forma original, ¿qué vamos a pensar si más adelante Dios se corrige a sí mismo agregándo más material? ¿Eso significa que el libro no fue perfecto desde un principio? Se que los católicos negarían esa inferencia, pero es difícil ver con qué lógica podrían insistir que la revisión posterior de un libro completado no implica cierta imperfección en su versión original.)

Sin embargo, es un libro que nos permite ver muy claramente la mano soberana de Dios. En este libro Dios está escondido (cómo muchas veces parece ser en nuestra experiencia), pero sin embargo él es quien está. Así en el libro de Ester, cómo en los sucesos de la vida cotidiana, Dios está presente si tenemos ojos para verlo. Es posible narrar los eventos como se hace en este libro porque Dios trabaja por medio de los humanos y los eventos naturales: usa medios para cumplir sus propósitos: pero no deja de ser Dios.

Todos estos eventos llevan, por decirlo así, la firma de Dios. Y hay indicaciones que los judíos en este relato, por lo menos, entendieron que Dios estaba detrás de todas estas cosas. Como Mardoqueo dice a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra para para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? (Ester 4:13,14). De alguna forma el pueblo será librado; ¿en qué puede Mardoqueo basar esta confianza sino en las promesas de Dios? El no piensa que es un accidenta que una judía es la reina justo en el momento cuando los judíos necesitan a alguien cerca del rey para protegerlos. Además, consideren que en su respuesta a Mardoqueo Ester pide que él y todos los judíos en Susa ayunen por ella, y ella hará lo mismo. ¿Si ayunar no es una manera de invocar a Dios, de qué sirve? Ayunar es un servicio religioso, y eso implica a Dios (Jueces 20:26; 1a de Samuel 7:6; 2a de Crónicas 20:3; Daniel 9:3).

Entonces se puede decir que Dios está detrás de todo: la desobediencia da Vasti, la belleza de Ester, el complot contra al rey que Mardoqueo descubre. En todas estas circunstancias el soberano Dios dispone cómo él quiere para la gloria de su nombre y el bien de su pueblo.


Esto nos deja con el reto de abrir nuestros ojos para ver la mano de Dios en todas las circunstancias, aún aquellas donde es difícil ver que él está obrando. Aunque puede ser escondido de nuestras inteligencias lentas, él está en control. Reconozcamos la soberanía de Dios en todo.

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About me

  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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