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La Felicidad y El Contraste

El primer salmo describe el hombre bienaventurado o feliz a lo largo de cinco contrastes, y en hacer esto nos da a la misma vez una idea de cómo es la felicidad verdadera.
El primer contraste se haya simplemnente entra la felicidad y la maldad. Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos.... (v.1). La maldad está opuesta a la felicidad. El que escucha los consejos de malos, el que camina en senda de pecadores, el que se siente en silla de escarnecedores, no es feliz.
El segundo contraste se encuentra en la manera en que vive el hombre feliz y el hombre impío. El impío acepta el consejo de los malos (que en cuanto a la felicidad creo que podemos sumarlo como el consejo de ser entimismado); por lo que escucha de consejo está en camino de pecadores. Oye y participa en las burlas de los escarnecedores. Pero el hombre feliz, es todo lo contrario. Ya nos ha dicho el salmo que no hace estas cosas; pero también nos dice que consejo sí acepta: sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche (v.2). No se regocija en las burlas de los escarnecedores; pero no por eso es infeliz. Tiene una delicia, y esa delicia es la ley de Jehová. No acepta el consejo de los malos: pero medita en el consejo de Dios de día y de noche.
El tercer contraste se halla en los versículos 3 y 4. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento. Notemos que el hombre feliz da fruto, o es útil; es sano, fuerte y duradero, pues su hoja no cae; y todo lo que hace le resulta para bien (Romanos 8:28). Del otro lado, el impío no produce fruto y no permanece --es como tamo que se lleva el viento. Se debe comparar Jeremías 17:5-8 también: Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carno por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. El contraste es el mismo; y dada la manera en que esta sección es introducida pienso que Jeremías está conciente de dar una ampliación al pensamiento del primer salmo. Combinando los textos, podemos decir que el hombre bendito o bienaventurado es un hombre que permanece en su carácter fructífero aún en tiempos difíciles. Si llega año de sequía, el hombre que confía en Jehová, el hombre que medita en su ley de día y noche, de todos modos no se fatiga ni deja de dar fruto. Se puede comparar Salmo 46:1-7 y Habacuc 3:17-19 para esta misma idea de independencia de las circvunstancias.
El cuarto contraste se encuentra en el fin de los malos y los felices. Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos (v.5). Queda claro por el primer contraste, entre la maldad y la felicidad, que los felices son los justos. Los justos se levantan en el juicio; ellos obviamente constituyen la congregación de los justos. Pero los malos son excluídos; por su maldad, expuesta y condenada en el juicio, son echados fuera de la congregación de los justos, o en otras palabras, de la congregación de los que confían en Jehová (para hablar en los términos de Jeremías), o es decir, de los felices. Hay una separación: los justos permanecen; los malos no verán cuando viene el bien, sino que son como el tamo que arrebata el viento.
El quinto contraste es el raíz de todos los demas, y se halla en la relación que Jehová tiene con los justos, o felices. Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá (v.6). Jehová conoce, o se identifica con el camino de los justos (véase Mateo 7:21-23). Pero en contraste, la senda de los malos, con los malos en la senda, perecerá. Jehová no tiene relación con ellos; no son plantados junto a corrientes de aguas. Entonces no aguantan el juicio, sino que fenecen.
En suma, ¿cual es la felicidad del que confía en Jehová, del hombre bienaventurado del cual nos habla esta salmo? Es una felicidad que no concuerda con la maldad (v.1); es una felicidad que surge de la palabra de Dios (v.2); es una felicidad independiente de las circunstancias de la vida (v.3 Jeremías 17:7,8); es una felicidad que dura aún en el día del juicio; es la felicidad de los que conocen a Jehová, o más bien, son conocidos por Jehová (Gálatas 4:9). ¿Qué tiene el mundo que se puede comparar con esto? ¿Hay algo en el consejo de los malos que se iguala a esto? ¿Piensa que los escarnecedores con la diversión de sus burlas tiene gozo de esta calidad? Las respuestas a esas preguntas son obvias. La felicidad verdadera está en el evangelio; pues el evangelio nos trae una relación con Dios; nos trae la justificación y nos trae la santidad. La felicidad verdadera se halla en el evangelio, porque el Espíritu Santo obra por el evangelio para unirnos a Cristo en fe; y Cristo es el hombre bienaventurado del que habla este salmo: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores (Hebreos 7:26). Solamente es necesario leer los evangelios para observar que Cristo siempre se está refiriendo al antiguo testamento --meditaba en la ley de Jehová de día y de noche. Pero no quiero dar una impresión incorrecta. No estoy diciendo, "Ven a Cristo para que él te haga feliz" --como si Cristo era de menos importancia que tu felicidad. Más bien quisiera usar la paradoja de Marcos 8:35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. El que valora su felicidad ante todo, terminará excluída de la compañía de los felices, la congregación de los justos. Pero el que rechaza todo lo que los malos aconsejan acerca de la felicidad, el que rechaza la prioridad que los malos ponen en la felicidad personal, para seguir a Cristo, hallará una felicidad profunda y duradera.

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  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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