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Amós capítulo 8

Amós 8:1-14

Los versículos 4-14 amplían el contenido de las visiones de Amós. Allí fue declarado, en forma simbólica, que no hay remedio, que un juicio terrible viene pronto, y descubrimos que gran mortandad es parte del juicio. Ahora Amós nuevamente denuncia con vigor los pecados del pueblo, y explica en más detalle la forma del juicio.


I. La Causa del Juicio—El Pecado del Pueblo, vv.4-6,14

A. Son Crueles, vv.4,6. Los sufrimientos de los pobres no les importaban. Estaban dispuestos reducirlos a la esclavitud para ganancia (Levítico 25:35-39): estaban dispuestos vender lo que apenas es comestible para aprovechar un tanto más de los menesterosos indefensos. Reducían los pobres a la ruina completa. ¿Y tú? ¿Eres justo en tus tratos con los demás? ¿Eres generoso en extender tu mano a los que tienen menos que tú? Muchas veces es difícil porque nosotros nos sentimos pobres, y para dar de lo poco que tenemos nos causa gran ansiedad. Pero Dios ha dicho, A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar (Proverbios 19:17; comparen Salmo 41:1-3).

B. Son Avaros, vv.5,6. Su deseo de dinero les da impaciencia para llegar a sus negocios, y allí usan medidas falsas y engañosas para obtener más. Su balanza registra en kilo de frijol cuando en realidad es solamente tres cuartos. En ésta y otra forma aprovechan todo lo que pueden, exprimen más para ellos en cada aspecto de cada transacción. Lo importante ha llegado a ser el dinero, y no el mandamiento de Dios (Deuteronomio 25:13-16; Levítico 19:35,36). Ciertamente el amor al dinero es raíz de todo tipo de maldad (1a de Timoteo 6:6-10). Pero si Dios nos bendecido con abundancia hay una manera de ocuparla para él, 1a de Timoteo 6:17-19. El dinero es un siervo bueno, pero un amo horrible (Doug Wilson).

C. Son Impíos, v.5. En vez de “mes” y “semana” en este versículo deberíamos pensar en “luna nueva” y “día de reposo”. En días de reposo no hacían trabajo (Deuteronomio 5:12-14), y en la luna nueva, al comienzo de un nuevo mes, solían tener actividades religiosas, por mandamiento divino (Números 10:10; Números 28:11; 2a de Reyes 4:23; Nehemías 10:31). Y para estos comerciantes eso era muy difícil de aguantar. Su codicia era tal que los llevaba a menospreciar las ordenanzas de Dios. ¿Y tú? ¿Apartas un día para Dios? ¿Aguantas detener de comercio por un día para dedicarte sin distracciones a las cosas de Dios? ¿Te cuesta apartar un tiempo para Dios? ¿Tu amor al dinero te lleva a quejarte bajo las restricciones que Dios impone? Es nuestra necedad y ceguera cuando lo hacemos: porque tenemos la promesa profética que al honrar a Dios con nuestro tiempo nos deleitaremos en Jehová (Isaías 58:13,14); a lo mejor no gozaremos tanto de lo material en este mundo: pero en este mundo, y más en el venidero, gozaremos del Dios vivo y eterno.

Nada de esto implica que la diligencia sea mala.

La Biblia nunca está en contra de la diligencia—todo lo contrario (Romanos 12:11; Proverbios 15:19 contrasta el perezoso con los rectos). Pero es una cosa ser diligente en trabajar para proveer por tu familia, para poder compartir con los menesterosos, y para honrar a Dios: y es otra cosa completamente dejar que la codicia y avaricia o preocupación y ansiedad te lleven a prácticas deshonestas, impías y crueles. Nuestra meta es honrar a Dios, y en eso no hay límite a la diligencia, más que la sabiduría; pero en cuanto a la ganancia, Dios ha impuesto límites. El dinero no es más importante que la compasión, la justicia, y la adoración de Dios.


D. Son Idolátras, v.14. Juraban por sus ídolos y sus prácticas pecaminosas. Violaban el mandamiento de Dios de jurar por su nombre, por ser adicto de la religión falsa (Deuteronomio 6:12,13; Deuteronomio 10:20,21). ¿Y tú? ¿Das a otra cosa la honra que pertenece solamente a Dios? ¿En quién confías? ¿A quién alabas? ¿A quién o a qué sirves? Lo correcto, y lo mejor (inclusive para nosotros mismos) es ser fieles a Dios: Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; pero Jehová hizo los cielos (Salmo 96:5).


II. La Inevitabilidad del Juicio—El juramento divino

Entonces Dios toma un juramento por la gloria de Jacob. Según el principio de Hebreos 6:13 y los otros juramentos de Dios, creo que tenemos que entender que esto es una manera de referirse a Dios. El es la gloria de Jacob (Jeremías 9:23,24; Salmo 3:3). La gloria del pueblo de Dios, es precisamente que Dios es su Dios. Pero el pueblo no ha reconocido eso: aunque Dios jura por sí mismo, ellos han jurado por otras cosas (Amós 8:14). Y en consecuencia de toda su maldad, lo que Dios jura es que no se olvidará de sus obras. Queremos que Dios se olvide, porque nuestras obras son malas. Si mirares a los pecados, ¿quién, oh Señor, podrá mantenerse? (Salmo130:4; Jeremías 31:34 asocia las ideas de perdón y del olvido de pecado). Pero en este caso Dios jura no olvidar sus obras. Esto necesariamente significa que serán juzgados, y los siguientes versículos se dedican a explicar el castigo que pronto viene. Amplían los pensamientos breves del v.3.


III. El Juicio Consiste en

A. Grandes alteraciones, vv.8,9. Ya si los dichos se deben de entender de desastres naturales, ya que lo deberíamos de tomar metaforicamente (que me parece más probable—Jeremías 15:9) es obvio que pasarán cosas que afectarán a todos. La tierra nos sostiene –si ella tiembla no hay estabilidad. El sol nos ilumina y es necesario para todo bien terrrestre: pero Dios lo hará oscurecer. Aún lo más estable y confiable nos deja a la orden de Jehová, Dios de los ejércitos.

B. Llanto universal, v.10. El llanto alcanzará a todos; un llanto fuerte, tremendo, como cuando muere un único hijo. Y este llanto llegará aún a los gozosos que están festejando. Nuestra dependencia de Dios es absoluta, si lo que reconocemos o no. Y cuando él quita el don de la alegría (Hechos 14:17) no hay quién pueda mantenerse felíz.

C. Hambre de la palabra del Señor, v.11-13. Esto no es hambre sencillo donde falta qué comer, que en sí es un castigo tremendo y horrible. Pero Dios quitará su palabra. Probablemente se refiere a la falta de profetas. No escuchamos de algún profeta que los acompañó en el cautiverio de Asiria: y ¿quién sabe si pudieron llevarse escritos anteriores? Entonces buscarán a la palabra del Señor y no la hallaran. Ahora como pasó con Jeremías (Jeremías 42) y Ezequiel (Ezequiel 20), parece que esta busqueda no fue para arrepentirse e implorar perdón de Dios, sino una busqueda como la de Esaú (Génesis 27:38; Hebreos 12:16,17). Saúl también buscó la palabra del Señor en sus últimos momentos (1a de Samuel 28:5-19), pero no para arrepentirse. Pero llegará el momento cuando estas personas, cuyo sumo sacerdote intentó callar y correr a Amós sentirán que la palabra del Señor les hace mucha falta –pero ya será muy tarde. Dios tiene muchas formas de castigarnos, y uno de ellos es quitando los medios de reconciliación, eliminando lo que nos daría esperanza o la capacidad de servirle (Romanos 1:24-32; Joel 1:13). Atendamos cuidadosamente a la palabra del Señor, no sea que por menospreciar o desobedecerla sea quitada de nosotros. Cuando Dios trae esto, posiblemente en conjunto con otras calamidades, aún los jóvenes y fuertes falleceran. ¿Cuando terminaremos con la tontería de pensar que podemos aguantar el juicio de Dios? De sed falleceremos.

D. Destrucción irremediable, v.14. El colmo a todo esto es que Dios dice que jamás se levantarán. Hay correciones que nos vienen por un tiempo (Hebreos 12:11) para bien; pero si seguimos obstinados en pecar, hay un castigo que nunca se quita, que no tiene fin (Apocalipsis 14:9-11).


A la misma vez que estos castigos nos cuentan de la terrible ira de Dios, sirven para recordarnos que él es la fuente de todas estas bendiciones. Toda la establidad viene de Dios (Salmo 119:90,91; Jeremías 31:35,36). El es quien nos da el gozo, y de él proviene. El nos ha dado su palabra para guiarnos, para amonestarnos; él nos ha dado su palabra para nuestro bien. Este Dios puede ser provocado a castigar. ¿Pero por qué vamos a querer ofender al Dios que nos crea para que entremos en el compañerismo de la Trinidad? Eso es odiarlo precisamente porque es bueno. ¡Que Dios nos dé gratitud y gozo en disfrutar de él a travez de sus dones y que perdone nuestras fallas por su Hijo Jesucristo, quien juntamente con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina eternamente! Amén.

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  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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