Hebreos 3, Pregunta 3
3. En el v.1 Cristo es llamado “apóstol” y “sumo sacerdote de nuestra profesión”. ¿Qué significan éstos títulos?
La palabra apóstol significa alguien enviado, un delegado o mensajero. Cristo demuestra que este título se aplica correctamente a él cuando dice, que el que le recibe, recibe al que le envió (Juan 13:20). Nuevamente afirma que él ha sido enviado en Juan 20:21, diciendo (a los que serían apóstoles): Como me envió el Padre, así también yo os envío. Un apóstol es un mensajero quien viene con la autoridad de la persona quien lo envió. Rechazar un apóstol, es rechazar también a quien lo envió. Cristo fue enviado de parte de Dios Padre, con un mensaje. Por eso vino predicando que el reino de Dios se había acercado (Marcos 1:15). El es el gran profeta de la iglesia (Hechos 3:19-26). De él recibimos el conocimiento de la verdad (Juan 1:17). Tiene una autoridad y un mensaje divino: lo que él nos ha anunciado, es nuestro deber retener, entender, y defender. Si creemos en él, creemos que lo que dijo es verdad.
Como apóstol, Cristo viene a nosotros por Dios: como sumo sacerdote, él aparece por nosotros ante Dios. El pecado había echo tal brecha entre nosotros y Dios que necesitamos los dos oficios. Necesitamos que alguien nos hable de Dios, nos enseñe la verdad, nos llame a la fe y al arrepentimiento, a recibir la misericordia de Dios. Pero también necesitamos alguien quien aparecerá en nuestro lugar ante Dios, quien nos representará, quien apaciguará la ira de Dios, quien eliminirá la culpa de nuestros pecados. Cristo une estas dos funciones en su sola persona.
Y esto apoya el argument del autor de Hebreos que Cristo es superior. Como apóstol, excede a Moisés en gloria: como sumo sacerdote, es mejor que Aarón.
Con tal gloria, con tales oficios para nuestro beneficio, es solamente lógico que sigamos la exhortación de considerarlo. Considerarlo bien, será nuestra felicidad y fortaleza en prueba y angustia.
La palabra apóstol significa alguien enviado, un delegado o mensajero. Cristo demuestra que este título se aplica correctamente a él cuando dice, que el que le recibe, recibe al que le envió (Juan 13:20). Nuevamente afirma que él ha sido enviado en Juan 20:21, diciendo (a los que serían apóstoles): Como me envió el Padre, así también yo os envío. Un apóstol es un mensajero quien viene con la autoridad de la persona quien lo envió. Rechazar un apóstol, es rechazar también a quien lo envió. Cristo fue enviado de parte de Dios Padre, con un mensaje. Por eso vino predicando que el reino de Dios se había acercado (Marcos 1:15). El es el gran profeta de la iglesia (Hechos 3:19-26). De él recibimos el conocimiento de la verdad (Juan 1:17). Tiene una autoridad y un mensaje divino: lo que él nos ha anunciado, es nuestro deber retener, entender, y defender. Si creemos en él, creemos que lo que dijo es verdad.
Como apóstol, Cristo viene a nosotros por Dios: como sumo sacerdote, él aparece por nosotros ante Dios. El pecado había echo tal brecha entre nosotros y Dios que necesitamos los dos oficios. Necesitamos que alguien nos hable de Dios, nos enseñe la verdad, nos llame a la fe y al arrepentimiento, a recibir la misericordia de Dios. Pero también necesitamos alguien quien aparecerá en nuestro lugar ante Dios, quien nos representará, quien apaciguará la ira de Dios, quien eliminirá la culpa de nuestros pecados. Cristo une estas dos funciones en su sola persona.
Y esto apoya el argument del autor de Hebreos que Cristo es superior. Como apóstol, excede a Moisés en gloria: como sumo sacerdote, es mejor que Aarón.
Con tal gloria, con tales oficios para nuestro beneficio, es solamente lógico que sigamos la exhortación de considerarlo. Considerarlo bien, será nuestra felicidad y fortaleza en prueba y angustia.
Labels: Apostol, Cristo, Hebreos, Sacerdote, Sumo Sacerdote
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