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El Día de Pentecostés

El día de Pentecostés hubo un gran cambio, un gran avanze en la historia de la salvación. Uno de mis teólogos favoritos (B.B. Warfield) señala el carácter del cambio notando que algunos textos quizás se refieran a los dones especificamente milagrosos que caracterizaban a los apóstoles y las iglesias que ellos fundaron. Otras se refieren a la misión global del Espíritu, prometido, por cierto, en el Antiguo Testamento, pero solamento para ser realizada en este entonces. Pero hay todavía una idea más fundamental para tomar en cuenta. Esta es la idea de la naturaleza preparatoria de la economía del Antiguo Testamento.
La antigua economía era preparatoria y tiene que ser estrictamente concebida como tal. Las bendiciones espirituales que le llegaron eran por anticipación. Eran muchas distintas. El Espíritu obraba en la providencia no menos universalmente que ahora. Todo lo bueno que había en el mundo en ese entonces tanto como ahora, era debido a su influencia. Toda la esperanza de la iglesia de Dios en ese entonces tanto como ahora dependía de él. Cada gracia de la vida piadosa en ese entonces tanto como ahora era un fruto de su obrar. Pero la meta de la economía entera era solamente preparar para el derramamiento del Espíritu sobre toda carne.

Es decir que el Espíritu no empezó a trabajar el día de Pentecostes. En la creación (Génesis 1:2), en capacitar a personas para servir a Dios (Exodo 31:3), en el mundo (Génesis 6:3), en los profetas (1a de Pedro 1:11; 2a de Pedro 1:21; Ezequiel 2:2; 2a de Crónicas 15:1,2) en los creyentes (Salmo 143:10; Salmo 51:10-14; Lucas 1:15,41,67) él siempre ha actuado. Además fue activo en la vida de Cristo (Mateo 1:18, Juan 1:32, Lucas 4:1,18-21). Queda establecido que su trabajo no comienza en este día. Pero en este día se acaban los tiempos de preparación:
La semilla de mostaza había sida preservada durante todos los siglos solamente por el cuidado del Espíritu. Ahora es plantada, y es por su operación que está creciendo en un árbol grande que sombra toda la tiera, y a las ramas del cual todos los pájaros del cielo vienen por refugio. No es que su trabajo es más real en la nueva economía que en la antigua. No es solamente que es más universal. Es que se dirige hacia un fin distinto—que ya no es meramente preservar una semilla hasta el día de plantar, pero para perfeccionar el fruto y cosechar la siega. (...) En una palabra, ese era un día cuando el Espíritu refrenaba su poder. ¡Ahora el gran día del Espíritu ha llegado!


Y podemos notar en forma bosquejada dos puntos distintos e importantes acerca de los eventos de este día.

I. El Cristo ascendido envía el Espíritu, Hechos 2:32,33
¿A quién más daría testimonio el Espíritu? ¿Quién más lo podría enviar? Y el Cristo ascendido envía al Espíritu Santo,
A. En cumplimiento de su promesa, Hechos 1:8, Juan 14:15-17; Juan 15:26,27; Juan 16:13-15
B. En cumplimiento del Antiguo Testamento, Hechos 2:16-21; Joel 2:28-32
C. Para que los discípulos fueran testigos suyos, Hechos 2:32; Juan 15:26,27; Hechos 5:30-32
1. El Espíritu les enseña acerca de Cristo, Juan 14:26; Juan 15:26,27; Juan 16:12-15
Este orden es importante: Cristo dice de gracia recibisteis, dad de gracia (Mateo 10:8). Tenemos que recibir para tener qué compartir. Esta verdad fue ilustrada en la alimentación de los cinco mil: Cristo tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud (Mateo 14:19). Si Cristo no nos da primero no tenemos nosotros nada para compartir.
2. El Espíritu les llena para que hablen con denuedo, Hechos 2:4,14-39; Hechos 4:8-13; Hechos 4:31; Hechos 13:9-11.

II. Por la venida del Espíritu el evangelio es extendido, Hechos 2:4,41; Hechos 10:19,20,34-48, 11:12-18.
Aquí cabe mencionar un poquito acerca de las lenguas. Es muy obvío en Hechos 2 que los discípulos estaban hablando en idiomas humanas, que ellos no habían aprendido ni hablado antes (Hechos 2:4-11): muchos han notado que en esto hay algo que elimina el efecto de la maldición de Dios que impuso en la humanidad en la torre de Babel. Allí Dios confundió las idiomas y los pueblos fueron divididos, unos de otros (Génesis 11:5-9). Pero ahora Dios da un don milagroso que practicamente elimina ese mal efecto, porque ya los discípulos están hablando en todas las idiomas representadas en Jerusalén. Y por medio del evangelio, en Cristo, no hay griego ni judío, circuncisión ni incurcincisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos (Colosenses 3:11). La maldición de Dios sobre el pecado del hombre se quita, se repela por medio del evangelio. Así los maldecidos con muerte heredan vida eterna, los hijos de ira son adoptados en su familia, los esclavos del diablo reciben la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

About me

  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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