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El Pecado Y Uno Mismo

El pecado arruinó todo. Desde el momento en que Adán pecó, no sabemos lo que es normal, no experimentamos nada que no sea mezclado con la corrupción que trajo el pecado. Por la bondad de Dios las cosas no se corrumpieron completamente; por la gracia de Dios participamos en cierta medida de la gloria del mundo venidero. Pero no tenemos a nada que sea entero, santo, puro.
Las consecuencias del pecado extienden a toda la experiencia humana. ¿Cuál fue el resultado en cuanto a uno mismo? Sin pensar en mi relación con Dios, con otros seres humanos o con la creación, ¿qué puedo decir acerca de mí mismo? Una cosa es que yo oscurecí de tal manera que ni siquiera yo mismo me puedo conocer a fondo. Dice David: ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos (Salmo 19:12). Es decir, había fallas, pecados, de las cuales David no estaba conciente. Sabía que los tenía (a lo mejor por una experiencia bastante común para los hijos de Dios; de repente leyendo la Biblia o escuchando un sermón te das cuenta que algo que has estado haciendo, posiblemente por un largo tiempo, está mal; y te preguntas ¿si he estado cometiendo este pecado sin darme cuenta, cuantas más podría estar cometiendo ahorita mismo? es posible descubrir esto también porque alguien te dice acerca de algo que hiciste, y claramente estaba mal, pero ya te habías olvidado), pero no sabía qué eran. Es como una persona que dice, "Estoy enfermo" pero no sabe explicar que tiene.
Otro efecto es que nuestros pensamientos llegaron a ser vanos (Romanos 1:21,22); las cosas de Dios nos parecen necedad (1a de Corintios 1:18). Ya no pensamos en acuerdo con Dios, sino que pensamos en rebelión contra él. He aquí la raíz de la tontería que nuestras mentes no sugieren. Parte de esto es que la conciencia no funciona debidamente; aveces condena sin razón; aveces no condena cuando hay mucha razón. Es por esto que tenemos que dirigir e informar nuestras conciencias por la voluntad de Dios, es decir, por su palabra.
Otro efecto es que nuestros afectos han sido desordenados; amamos lo que deberíamos rezachar, y menospreciamos lo que debería tener el valor más alto. Como dice el evangelio según San Juan: Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas (Juan 3:19). Desde este punto tenemos una incapacidad inmoral para hacer el bien. Esto efectúa el hecho de que somos esclavos del pecado y del diablo. Cristo da testimonio claro de esto cuando dice: ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer (Juan 8:43,44).
¿Qué efecto tiene el pecado en cuanto a uno mismo? Le deja ciego, confundido y esclavizado. Su entendimiento y su conciencia funcionan mal; su corazón ama todo lo incorrecto; y por lo tanto, es cautivo del diablo por medio de su cautiverio a su propio pecado.

About me

  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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