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El Dios Que Se Obliga

He estado enfatizando la distinción entre el Creador y la creación. Estoy convencido de que entender esta distinción es gran parte del fundamento de la teología correcta. Es un verdad significative, con implicaciones para muchas áreas de la doctrina; afecta nuestra vista de la incarnación de Cristo, por ejemplo, y también nuestrad ideas acerca de la salvación. Sirve para derrotar nuestra arrogancia y dejarnos concientemente postrados ante un Dios supremo. Sin embargo podríamos exagerarle de tal manera que nos afectara en un sentido negativo. Serviría para esto si por meditar en esto llegáramos a pensar que Dios no se ocupa con los sucesos de este mundo; si negaríamos la doctrina sorprendente del amor de Dios. La verdad es que aunque Dios es diferente de nosotros, aunque nosotros nunca le alcanzamos en estatura ontólogica o en cualquier atributo, que de todos modos El ha tomado un interés en nosotros; que de hecho nos creó en su imagen, lo cual por la mera idea de imagen tiene que significar que hay cierta correspondencia (y según creo yo una correspondencia analógica) entre Dios y el hombre.
A lo largo de la Biblia vemos que Dios ha hecho pactos con los hombres. Que se ha comprometido a ellos; que se ha limitado a sí mismo en su beneficio. Esto se ve de una manera muy clara y muy sorprendente en el libro de Hebreos, especificamente capítulo 13 y los versículos 13-20. Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
Este pasaje obviamente contiene mucho; en el momento nadamas quiero subrayar dos verdades que están en la superficie del texto. El primero es que Dios juró. Cuando hizo la promesa a Abraham juró por sí mismo (pues no hay ser mayor que podía invocar, como es costumbre de los hombres). Es decir, Dios se obligó. Cuando Dios jura por si mismo, significa que la promesa que jura cumplir es tan cierta como su propia existencia. Dios podría dejar de ser Dios (una imposibilidad lógica si lo piensa) tan facilmente cómo podría romper su juramento. La segunda realidad que quiero señalar es el motivo de Dios: para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo.... Dios hizo esto a causa de nosotros. Recordando que Dios es el Santo, el Eterno, el auto-existente, la adoración gozosa es las única reacción adecuada ante la maravilla del Dios que se obliga.

About me

  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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