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Alto Como El Cielo

Es obvío que la doctrina que hay una diferencia entre el Creador y la creación significa que no podemos pensar que Dios es como nosotros. Salmo 50:21b dice: Pensabas que de cierto sería yo como tú. No solamente por que existe un golfo entre Dios y el ser humano, pero ahora sobre todo, que somos pecadores, no podemos pensar que Dios será como nosotros; que verá las cosas de la misma manera. No podemos pensar, almenos de que tengamos una base bíblica para hacerlo, que Dios estará de acuerdo con nosotros. Y tampoco podemos tomar por cierto que nosotros entendemos lo que Dios hace. Isaías 55:8,9: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová Como son más altos los cielos que la teirra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Dios no piensa como nosotros. Un ejemplo obvío es el hecho de que sabe todo; no tiene que proceder a sacar conclusiones de una base inferencial. Su conocimiento no es discursivo ni progresivo. Sabe todo a la vez. Obviamente nuestros pensamientos acerca de la justicia, de la ley, de la misericordia, son diferentes que los pensamientos de Dios. Debe quedar claro que si hay un conflicto entre lo que piensa Dios y lo que pensamos nosotros que la única manera de proceder es por el arrepentimiento y sumisión a lo que él ha revelado. Pero debemos recordar a la vez que es bueno que los pensamientos de Dios no son como los nuestros. En Isaías 55:6,7, los versículos anteriores a la sección que nos declara que los pensamientos de Jehová son más altos que los nuestros, leemos esto: Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Vemos allí que es necesario dejar nuestros pensamientos, arrepentirnos de nuestras vanas ideas que no concuerdan con lo que dice Jehová. Y vemos también un ejemplo magnífico de la diferencia entre Dios y nosotros: él tiene misericordia, el es amplio en perdonar. Cuando altercamos con nuestro Hacedor llenamos el papel de necio; de rebelde; de idólatra. En nuestra necedad no entendemos que necesitamos del perdón; y cuando nos damos cuenta de la profundidad de nuestra maldad, muchas veces desesperamos de la misericordia. Pero como Jehová reprende al inicuo en el Salmo por pensar que Dios es cómo él, es decir, que aprueba o al menos no castiga la maldad, así también aquí Dios nos reprende por pensar que es como nosotros. Castiga el mal; y perdona al arrepentido. No es como nosotros; es mucho mejor.

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  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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