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Desechando Una Perspectiva Mercantil

La Biblia usa términos mercantiles para ayudarnos a entender la verdad que revela. Pablo por ejemplo, escribe en Romanos 6:23 que la paga del pecado es muerte. Lo que uno gana por medio el pecado es la muerte. Es el sueldo justo y apropiado. Dios no está en contra del comercio, pero insiste que sea justo (Levítico 19:36, Proverbios 11:1).
Habiendo dicho esto, sin embargo, es importante notar que no debemos mirar la vida y el universo como si encontraran su mejor expresión en la bolsa de valores. He platicado con personas que siempre hablan acerca de reponer, de pagar sus deudas, de merecer esto, aquello y el otro. La gente que se siente culpable cuando otras personas les regalan algo muestran este manera de pensar. Pero esta es una manera de pensar que lleva a la miseria. Nunca podemos pagar lo que hemos recibido. Pensando simplemente desde un punto de vista humano, ¿cuántos pueden devolver a sus padres el simple costo ecónomico que representaron cuando eran niños? Saliendo de lo económico, ¿cómo podemos repagar la deuda de la vida? ¿La deuda emocional? ¿La deuda educativa? Pero nacer y criar un hijo no es un evento mercantil –es algo más fundamental.
Pensando en términos teológicos es igual. Damos a Dios de lo suyo (1a de Crónicas 29:14). Sería imposible devolver algo que no fuera de él. ¿Y cómo puedo devolver algo a Dios por el regalo de la existencia, del universo, del queso? Nunca puedo pagar a Dios; es parte de ser creación que soy derivado de él, dependiente de él.
Esta incapacidad ontológica se refleja con máxima claridad en cuanto a la salvación. Dios no me salva porque lo merezco; no lo devuelvo lo que debo por ser pecador. Todo lo contrario. Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. (Romanos 3:21-28)
La justificación viene a los pecadores; la justificación es gratuita; la justificación no es por obras. Estas tres verdades comunican cada uno a su manera que la salvación no está basada en un modelo mercantil. Recibimos algo y no ponemos nada. Todo intento para poner algo es simplemente otra ofensa a Dios (Isaías 64:6). En cuanto a nuestro deber como creación de Dios nunca le podemos devolver algo que él no nos dió primero; en cuanto a la salvación si Dios no nos salva sin dinero y sin precio (Isaías 55:1) no habría salvación.
Aprender a ser satisfechos con recibir de la bondad de Dios es parte de ser sus hijos y su creación. Pero si no somos ingratos queremos hacer algo. Entendiendo que aún ese deseo es de Dios si hay algo que podemos hacer. Podemos aceptar con gozo los bendiciones del Señor e identificarnos con él. ¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo? Tomaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre de Jehová. Ahora pagaré mis votos a Jehová delante de todo su pueblo. (Salmo 116:12-14) ¿Qué pagaré? Tomaré la copa de la salvación. ¿Que reponemos? Aceptar más. ¿Qué pagaré? Invocaré el nombre de Jehová. Le reconoceré como el fuente de toda bendición y le seguiré, siendo suyo: pagaré mis votos a Jehová delante de todo su pueblo. No otorga a Dios algo que no tenía antes; no disminuye la deuda, si queremos pensar en términos hipotecarios. Pero esa es una forma inadecuada de considerar al espléndido y generoso Dios que tenemos. El nos ha dado todo –sin pensamientos tontos de darle algo de igual valor recibamos con gozo el don de la vida, del universo, de la salvación, de Dios mismo.

About me

  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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