« Home | Una Cita Doble » | CH #1 » | Disputando el dominio del diablo » | ¿Por qué orar? » | ¿Por qué pensar que no todos son salvos? » | ¿Todos o Algunos? » | ¿Hay Condenación Para La Humanidad? » | ¿Por qué dos Adanes? » | La Servidumbre Egipcia de Israel » | La Derrota de Judá »

Dos Yugos Muy Diferentes

Lamentaciones 1:14 dice así: El yugo de mis rebeliones ha sido atado por su mano; ataduras han sido echadas sobre mi cerviz; ha debilitado mis fuerzas; me ha entregado el Señor en manos contra las cuales no podré levantarme.

Jehová ha afligido a Jerusalén: es a él que se refiere la frase por su mano. ¿Mano de quién? La mano de Jehová ha atado este yugo: en el versículo 12 dice: Jehová me ha angustiado en el día de su ardiente furor, y de allí sigue platicando de lo que él ha hecho a Jerusalén. Todos los sufriemientos que tanto oprimían a Jerusalén vinieron de manos de Jehová. Vale la pena notar no solamente que Dios les impuso este yugo sino también que se llama el yugo de mis rebeliones. En este versículo dice en breve lo que vuelve a confesar en el versículo 18: Jehová es justo; yo contra su palabra me rebelé. Aunque Jerusalén está en sufrimiento horrible reconoce que es lo que ha merecido por su rebelión. Dios impuso este yugo como castigo del pecado. Esta figura del yugo se explica en el mismo versículo: Jerusalén ha sido conquistada, esclavizada y no tuvo, ni tiene, fuerza para resistir. Así es el yugo de los rebeliones: es un sufrimiento aplastante, pero un sufrimiento merecido.

Por lo tanto, hay un gran contraste entre este yugo y el yugo mencionado por nuestro Señor en Mateo 11:28-30. Allí dice: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Supongo que nadie calificaría al yugo de rebelión como algo fácil o que trae descanso. Pero el yugo de Cristo es precisamente así. Cristo, entonces, invita a los que sienten el yugo de sus rebeliones, están trabajados y cargados, a venir a él. En su yugo hay descanso. De alguna forma u otra llevaremos yugo. Uno es fácil y lleva al descanso –el yugo de Cristo; otro implica sufrimientos amargos que no habrá fuerzas para dominar o resistir. Con esto podríamos comparar lo que dice Pablo en Romanos 6:16-23:

¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Aquí están conceptos muy parecidos. Somos esclavos de Dios o esclavos del pecado: de alguna forma llevaremos un yugo. Ahora el pensamiento es un poquito diferente. En Lamentaciones el yugo no es tanto el pecado sino el castigo del pecado; pero la diferencia no es grande. Aquí en Romanos también se enfatiza lo que el pecado se gana (la paga del pecado es muerte). Entonces nunca estaremos sin yugo: pero hay un yugo fácil y hay un yugo amargo. Hay un yugo cuyo fin es muerte; y hay un yugo cuyo fin es vida eterna. Hay un yugo en seguir a Cristo; y hay un yugo en rechazarlo. Los que quieren sentirse independientes y libres por ignorar a Dios simplemente se están engañando: están en una servidumbre horrenda que terminará en muerte. El contraste es sencillo: el yugo de rebelión o el yugo de Cristo. ¿Seremos esclavos del pecado o esclavos de Dios? ¿Tú, tomarás el yugo de Cristo o será atado en tus hombros el yugo de tus rebeliones?

La maravilla es que Cristo ofrece a los cargados por un yugo merecido a que lo cambien por su yugo. Por su gracia (la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro) podemos dejar el uno para tomar el otro. ¿Tú qué harás?

About me

  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
My profile
Powered by Blogger
& Blogger Templates
Hosted by WebsiteMaven