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Hebreos 2, Decimacuarta Pregunta

El v.11 parece bastante complicado. Pero es una oportunidad para amar a Dios con nuestras mentes, analizándolo cuidadosamente, y así honrando al autor. Para entenderlo hay que contestar varias preguntas. Al pensar en una respuesta, consideren si esa respuesta concuerda con las otras respuestas; si concuerda con el contexto; y si concuerda con el propósito de este capítulo.


Vamos a colocar el versículo en su contexto inmediato para simplificar la respuesta: Hebreos 2:10-12 Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré.


A. ¿Quién es “el que santifica”? El que santifica es Cristo. Esto concuerda con la enseñanza de la epístola (Hebreos 10:14), y concuerda con el contexto, donde ha estado hablando de Cristo. Además parece que en este versículo se distingue el "uno" de quien son todos del "que santifica". Pero como en el contexto solamente aparecen "aquel por cuya causa son todas las cosas", "muchos hijos" y el "autor de la salvación", entonces "el que santifica" tiene que ser uno de esos: no puede ser "muchos hijos" pues "el que santifica" es singular, y obviamente hay más de un hijo, si hay muchos. Cuando acaba de llamar a Dios Padre "aquel por cuya causa son todas las cosas" es más lógico pensar que es "el uno" de quien "son todos." Es decir, hay una armonía en los nombres que se aplican al Padre y a Cristo. Y si consideramos esa armonía, veremos claramente que "el que santifica" es idéntico al "autor de la salvación de ellos". Entonces Cristo es el que nos santifica. Y de hecho Hebreos 13:12 dice que Cristo padeció para santificar al pueblo mediante su propia sangre. Entonces podemos identificar "el que santifica" como Cristo con confianza.

B. ¿Quienes son los “santificados”? Creo que la discusión del contexto ya indicó que los "santificados" son los "muchos hijos" del versículo 10. Son los creyentes en Cristo. Son los que él redimió con su sangre. Hay que notar esto: todos los muchos hijos son santificados. Cada persona que es de Cristo, es santificado por Cristo. Lo que la sangre de toros y cenizas de becerra hacían para la carne, Cristo hace para la conciencia humana –lo purifica para servir a Dios (Hebreos 9:13,14).

C. ¿Qué significa “de uno son todos”? Que todos provienen del Padre. Cristo en su naturaleza humana, y los muchos hijos, dependen por su existencia en el beneplácito de Dios. Nuestra relación espiritual con Cristo, nuestra unión con él, depende del Padre (1a de Corintios 1:30). Pero a la vez podemos notar que la relación que Cristo tiene con nosotros, el hecho de que comparte nuestra naturaleza, dependía del Padre (Gálatas 4:4).

D. ¿Qué tiene que ver que los llama hermanos? Comprueba su relación hacia un solo Padre. Es porque "de uno son todos" que Cristo, aunque nos excede en todo, no se avergüenza de llamarnos hermanos. Indignos y viles como somos, si hemos sido engendrados por Dios (Juan 1:13; Santiago 1:18), somos los hermanos de Cristo. Si hemos sido adoptados por Dios, tenemos a Cristo como nuestro hermano mayor. ¡Cuán maravilloso es la gracia de Dios, que nos recibe un su familia! ¡Qué Cristo no se siente avergonzado de reconocer la relación que tiene con nosotros! Aveces no queremos admitir que cierta persona tiene conexión con nosotros, por la manera en que se comporta. Pero Cristo no es así. No rechaza a la mujer que era pecadora que viene a él en humildad (Lucas 7:36:50). Otra vez: Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios (Lucas 12:8,9). El que no se avergüenza de Cristo, Cristo tampoco se avergüenza de él.


Debemos de notar en conclusión, que el autor de Hebreos toma al Salmo 22:22 y lo repite como un dicho de Cristo (compare también Hebreos 10:5-7 con Salmo 40:6-8. ¿Cómo pudo hacer esto? Porque entendía que Cristo habla en los Salmos. Los Salmos hablan de Cristo, y se cumplen en Cristo, sí: pero es más todavía que Cristo habla en los Salmos, que allí vemos su corazón, sus pensamientos, sus propósitos, sus sentimientos. Al leer el libro de los Salmos, aunque hay excepciones (nimodo que digamos que Cristo es el "necio" del Salmo 14 que dice en su corazón que no hay Dios) no olvidemos que Cristo es quien habla.

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  • Ruben
  • D.F., Mexico
  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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