Monday, August 20, 2007

Hebreos 2, Decimaoctava Pregunta

Los vv.14,15 nos dan dos motivos por los cuales Cristo participó de carne y sangre. ¿Cuales son?


Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.


Cristo se hizo partícipe de carne y sangre (1) porque los hijos son partícipes, y (2) para destruir al diablo y librar a los que estaban sujetos a servidumbre.

Los hijos que Dios está llevando a la gloria, son creaciones de carne y sangre. Entonces Cristo asumió nuestra naturaleza porque se deseo era ayudarnos. Pero notemos lo que esto de ayudarnos involucró: destruir por la muerte. Dios el Hijo tomó una naturaleza humana para que fuera capaz de morir. Y en su muerte, destruyó al diablo y nos libró del temor de la muerte. Cristo murió y fue sepultado: pero al tercer día resucitó. Y los que están en él tienen la confianza que aunque mueran, resucitarán, porque él es la garantía, la promesa, de nuestra resurrección. Entonces el temor de la muerte ha desaparecido. Comparemos las palabras de Pablo en 1a de Corintios 15:20-28, 49-58

Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

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Thursday, August 16, 2007

Hebreos 2, Décima séptima pregunta

La primera cita del antiguo testamento que hallamos en el v.13 ¿qué tiene que ver con lo que se está enseñando?


El v.13 de Hebreos 2 forma parte de una cadena de textos. Primero el autor de Hebreos repite el Salmo 22:22 en el v.12, y luego en el v.13 dice así: Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio. La pregunta se está refiriendo a la frase que ocupa del Salmo 18:2 o Isaías 8:17, yo confiaré en él. ¿Por qué se introduce este dicho? ¿Que tiene que ver con el argumento? Estamos en una sección donde el autor de Hebreos habla de Cristo como nuestro hermano, como quien comparte nuestra naturaleza y condición. ¿Esta cita como le sirve para este propósito? ¿Cómo confirma la verdad de lo que está diciendo?


Bueno, obviamente podemos decir que nosotros necesitamos confiar en Dios. Necesitamos su protección, su ayuda, su consejo: y entonces tenemos que confiar en él. Tenemos que confiar aunque el camino parezca difícil, aunque las circunstancias parezcan contradecir sus promesas. Y según el autor de Hebreos, Cristo fue perfeccionado por los sufrimientos: en el versículo que sigue va a decir que compartió nuestra naturaleza. El tuvo todo lo que corresponde a la humanidad, incluyendo la necesidad de confiar en Dios. Nunca debemos sentir que Cristo no sabe lo que pasamos: leamos los Salmos con la perspectiva que allí Cristo habla, y veremos que no es así. Guárdame, oh Dios puede orar (Salmo 16:1); En mi angustia invoqué a Jehová y clamé a mi Dios dice nuevamente (Salmo 18:6). Cristo compartió nuestra condición: él, como nosotros, tenía que confiar: pero él, como aveces nosotros no hacemos, siempre confió. No le da pena ser como nosotros (que, por cierto, descarta la idea que ser humano es malo; que somos pecadores porque somos humanos); nos llama hermanos, y compartió nuestras necesidades.

¡Cuán grande amor, que él, siendo Dios tomara forma de siervo y fuera hecho semejante a los hombres!

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Wednesday, August 15, 2007

Vanas Repeticiones

Mateo 6:7,8 "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagaís, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis." Y de aquí Cristo procede a darnos un modelo de la oración que es breve, sencillo y muy comprensivo.*

Ahora se ve aquí que Cristo nos dice que no debemos ser semejantes a los gentiles, o los paganos, a los que no conocen a Dios. Y nos señala especificamente en relación a la oración un area donde debemos ser distintos. En cuanto a la oración, los gentiles usan de vanas repeticiones. Se puede ver un ejemplo de la manera en que oraban sacerdotes paganos en 1a de Reyes de 18. Es un tiempo de apostasía en Israel. El rey y la reina (Acab y Jezabel) han comenzado a adorar a Baal. Elías, el profeta de Jehová, se ha opuesta a esto, y ha llamada a los sacerdotes de Baal al monte Carmelo, donde ha dado un reto: los sacerdotes de Baal construiran un altar, y prepapararán un sacrificio, pero no lo quemaran; pedirán a Baal que responda por fuego. Y Elías hara lo mismó con respecto a Jehová. Y dice al pueblo que el dios que responda por fuego será dios de Israel. Todo el pueblo está de acuerdo con esto, entonces los profetas de Baal construyen su altar, y de esta manera empiezan a invocarle, en el versículo 26: "Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme y hay que despertarle. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos. Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase."

Se debe notar allí que era su costumbre usar cuchillos y lancetas en la oración; no fue algo que hizieron solamente para un evento especial como en conflicto entre Baal y Jehová –fue su costumbre. Y nos viene la pregunta, ¿porque hacían tanto? ¿Que querían lograr con todo esto? Y me parece que la respuesta de Cristo es suficiente, cuando dice, "piensan que por su palabrería serán oídos". Quieren impresionar al ídolo, o demonio, o idea al cual oran; sienten que por lo que hacen pueden captar su atención. Es decir, los gentiles tienen una mala practica en cuanto a la oración porque tienen una mala teología. Piensan platicar tanto que Dios tendrá que escucharlos. Y en esto muestran que no entienden ni quien, ni como es Dios. Por lo tanto, no se podría decir estrictamente que ofrecen sus oraciones a Dios. No, es pues, sorprendente que "no hubo ninguna voz, ni quien respondiese ni escuchase".

Su mala práctica es el resultado de sus ideas corruptas. Entonces cuando Cristo nos dice que no seamos como ellos, no solamente nos refrena de la práctica mala, sino se esfuerza para corregir también nuestra teología. Cristo menciona dos cosas directamente acerca de Dios que impiden que actuamos en la oración como los paganos; y podemos añadir una implicación de la conducta de los paganos en cuanto a nuestra teología en la oración.

En primer lugar, Cristo nos dice que Dios es nuestro Padre. Lo había dicho en el versículo 6, lo repite en el versículo 8, y en el versículo 9 nos da la oración que llamamos el "Padre Nuestro" precisamente porque Cristo nos enseña orar a Dios como nuestro padre celestial. Es decir, oramos a Dios en base de una relación con él, y es una relación como la que subsiste (aunque obviamente en grado más elevado y con Dios siendo perfecto) entre padre y hijo. El Salmo 103:13 nos dice algo de lo que esto significa cuando dice: "Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen." Podemos venir a Dios con nuestras peticiones, nuestras ansiedades y frustraciones y necesidades, porque él se compadece de nosotros. Como dice Pedro "echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros" (1a de Pedro 5:7). Ahora Salmo 103:13 también nos dice quienes son los que son tratados por Dios como hijos: son los que le temen. Gálatas 3:26 nos explica quienes son los hijos de Dios cuando dice "pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús." Los paganos no creen en Cristo Jesús; por lo tanto no son hijos de Dios. Y esto nos lleve a entender que siempre nos acercamos a Dios por medio de Cristo. Cristo es el mediador; sin él no veminos al Padre. Pero se debe añadir también que es por la gracia de Dios que creemos en Cristo (Juan 6:37-47). La gracia de Dios nos trajo a este punto, de que estando relacionado con él por Cristo, teniendo paz con el por la justificación que Cristo logró, oramos a él porque sabemos que es nuestro Padre, y que se compadece de nosotros.

En segundo lugar, Cristo nos dice que Dios sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos. Los gentiles hablaban mucho para ser escuchados; pero Dios ya sabe lo que necesitamos, de hecho, sabe lo que necesitamos mejor que nosotros mismos. Por lo tanto, no tenemos que informarle. Y sabiendo nuestra necesidad, y compadeciéndola, no tenemos porque agobiarnos con repetir las situaciones y aprietos en que nosotros nos encontramos. El sabe, y podemos simplemente venir a él y pedirle que nos de lo que necesitamos. En este contexto debo mencionar algo que solía decir Lloyd-Jones. Cuando personas venían a él luchando con una tentación persistente les decía que no debían de pasar mucho tiempo orando en cuanto a esa tentación. Su razón por decir esto fue que muchas veces en pasar tiempo agonizante orando acerca de la tentación (como por ejemplo una tentación a blasfemias contra Dios que ha molestado a varios cristianos, incluyendo Martin Lutero) simplemente se expusían nuevamente a la dicha tentación. No es decir que no debemos, cuando oramos, orar en contra de la tentación; pero creo que Lloyd-Jones tuvo mucho sabiduría en esto, porque si dejamos que nuestras mentes se ocupen siempre de la tentación me parece probable que caigamos en el pecado al que nos sentimos tentado. Es mejor reconocer que Dios ya sabe las circunstancias; Dios sabe todos los pensamientos odiosos, lascivios, blasfemos que pasan por nuestras mentes; sabe como aveces un pensamiento o clase de pensamientos surgen y resurgen y vuelven a surgir hasta que nos sentimos desesperados y deseamos escapar por completo de nuestras mentes. Bueno, pues, cuando oramos, no seamos dominados por esos pensamientos nuevamente ni siquiera para confesarlos en detalle o pedir ayuda contra ellos. Sería mejor que con referencia a cosas que amenazan dominar nuestros pensamientos que oremos simplemente "perdónanos nuestras deudas... y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal...." Dios ya sabe; no le tengo que informar. Solamente tengo que humillarme en su presencia, reconocer mi dependencia en él, y pedir que me de lo que él ve es mejor.

En tercer lugar, veamos que no tenemos que impresionar a Dios para ser escuchados. Los paganos, recordemos, usaban de vanas repeticiones para ser escuchados. De esta manera, parece, pensaban impresionar a su dios. Pero los Cristianos no tienen que impresionar a Dios para hacerle escucharles. Y esto por dos razones.

1. Dios está dispuesto escuchar la oración. No tenemos que obligarle a escuchar, porque Dios se deleita en escuchar los oraciones de su pueblo. El Salmo 65:2 dice simplemente "Tu oyes la oración." Dios lo oye. Sin que nos maltratemos; sin que usemos cuchillos y lancetas; Dios oye la oración. Escuchó la oración de Ezequías, y le extendió su vida (2a de Reyes 20:2,3); oyó la oración de Cornelio y le envió Pedro para predicarle el evangelio (Hechos 10). Sabemos que quiere oirnos, porque nos ha dado el Espíritu Santo para ayudarnos en la oración, como dice Zacarías 12:10 "Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oració" (véase también Romanos 8:26). Los mandamientos que nos da para orar nos dicen que desea escucharnos. 1a de Tesalonicenses 5:17 nos dice "orad sin cesar" –algo que Dios no habría mandado si no quería ser suplicado, alabado, agradecido e invocado a lo largo del día de cada uno de su pueblo. Isaías 62:6,7 nos dan una fuerte indicación del deseo que Dios tiene para escuchar nuestras oraciones, cuando dice "Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén". Por el profeta Dios nos manda no dejarle a él reposar de nuestras oraciones. ¿Que podría indicar con mayor vigor el hecho de que Dios se deleita en escuchar nuestras oraciones? Ciertamente, Dios oye la oración. Por lo tanto, no tenemos que impresionarle antes de ser escuchados.

2. La segunda razón porque no tenemos que impresionar a Dios para ser escuchados, es que Cristo ya le impresionó por nosotros. Obviamente, siendo pecadores hemos sido alejados por Dios. Pareciera lógico, pues, que tenemos que hacer algo para obtener audiencia con Dios. Pero el mensaje de la Bíblia es que Cristo ya lo ha hecho todo. Si nosotros queremos añadir a lo que hizo Cristo decimos que él no fue suficiente, y de tal manera deshonramos al Hijo de Dios. El autor de Hebreos nos exhorta a acercarnos confiadamente al trono de gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro porque tenemos un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos y que se compadece de nuestrad debilidades (Hebreso 4:14-16). Esta misma persona nos dice en 10:19 que tenemos libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Cristo. Efesios 2:18 nos dice que por medio de Cristo tanto Judíos y Gentiles tienen entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Sabiendo, pues, que Dios es nuestro Padre; que sabe nuestra necesidad; que no tenemos que impresionarle, porque el deleita escuchar la oración y porque Cristo murio para traernos a él (1a de Pedro 3:18) oremos de esta manera:

"Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amen."



*Es irónico que aunque el "Padre nuestro" ocurre en este contexto de no usar vanas repeticiones, sin embargo muchos lo repiten vez tras vez sin pensamiento.


Se me ocurrió que debería haber añadido algo acerca de lo que constituye una vana repetición. Porque el hecho es que inevitablemente nos repetiremos. Cuando Pedro fue encarcelado, y la iglesia se juntó a orar por el, parece muy probable que repitieron sus peticiones. Me imagino que habrán sido pocas: libra a Pedro; dale gracia para sostener su encarcelamiento para la gloria de Dios; si no lo libras y Herodes le mata, levanta en su lugar una persona para guiarnos y extender tu evangelio; termina estas persecuciones. Hechos 12:5 dice que la iglesia hizo oración sin cesar por él. Sin duda se repitieron. Y esto no fue mal; Pablo no cesó de dar gracias por le Efesios, y de hecho, les da un resumen de sus oraciones por ellos (Efesios 1:15-23; 3:14-21). Sin duda Pablo se repetía de vez en cuando. Igualemente con los Filipenses, daba gracias a Dios cada vez que se recordaba de ellos, y rogaba por ellos con gozo (Filipenses 1:3,4). Siempre oraba por los Colosenses (Colosenses 1:3). Es decir, ni modo que nos repetiremos. El mero hecho de que tenemos oraciones escritas en la escritura, y sobre todo el "Padre nuestro" garantiza que oraremos usando las mismas palabras. Cuando yo oro por una persona inconversa, mi oración siempre será que Dios le convierte; aunque pueda variar como lo pido la cosa que pido es lo mismo. Pedir lo mismo, y aún usar las mismas palabras, no en sí constituye una vana repetición. De hecho, Mateo 26:44 nos dice de Cristo que "se fue de nuevio, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras." Repeticiones en si, pues, no son malas. ¿Que constituye una vana repetición? Creo que del contexto de Mateo 6 podemos responder: es una repetición hecha para impresionar a Dios, una repetición hecha para alcanzar su oído. Quizás podemos distinguir de esta manera: es correcto y bueno renovar nuestras oraciones, es decir, volver a pedir lo mismo de Dios. Pero simplemente repetir, así como un perico, es vano.

Tienes razón que nuestras oraciones no benefician a Dios. Pero a la vez tenemos que evitar pensar que simplemente es un ejercicio sujetivo, algo que sirve para ayudarme a mí y nada más. Que me ayudan, no lo niego; pero a la vez afirmo que Dios ha ordenado que logrará sus propósitos por medio de la oración de sus santos. Por ejemplo, cuando Cristo regresa: será en respuesta a las oraciones de su iglesia. Cuando Dios me justifica; es en respuesta a mis oraciones, y las oraciones de los que me quieren. No oramos para informarle; pero para cometer nuestros asuntos a sus manos, y de esta manera tomar la parte que nos corresponde en el cumplimiento de los propósitos de Dios. Desde esta perspectiva, es fácil ver que la oración es un privilegio, no simplemente porque podemos hablar a Dios acerca de nuestros propios asuntos, sino también porque ¡por medio de la oración participamos en el plan eterno de Dios!

Tuesday, August 14, 2007

Hebreos 2, Decimasexta Pregunta

En los vv.12,13 hay 3 citas del antiguo testamento. ¿Cuáles son? ¿Cómo sabía el autor de Hebreos que estos textos hablaban de Cristo?


El primer texto que ocupa el autor de Hebreos es el Salmo 22:22.

Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.

El segundo es Salmo 18:2:

Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.

O podría ser Isaías 8:17

Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiaré.

El tercero es Isaías 8:18

He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos, que mora en el monte de Sion.

Notemos que podría ser algo más probable que el segundo texto es de Isaías, porque de otra manera es difícil ver la conexión entre el dicho yo confiaré en él y que Cristo sea nuestro hermano. Lo que se puede oponer a esa posición, es que es un poquito raro citar una frase, y decir "otra vez" y repetir la frase que sigue. ¿No sería más fácil repetirlo todo de una vez?


Ahora llegamos a una parte más difícil de esta pregunta. ¿Cómo supo el autor de Hebreos que estos textos se podían aplicar a Cristo?

Obviamente no podemos exlcuir el elemento que este autor estuvo inspirado por el Espíritu Santo. Bajo esa inspiración divina, reconoció la aplicación de esos textos a Cristo. Pero no podemos decir entonces, como algunos han hecho, que como él tuvo una ventaja que nosotros no tenemos, que entonces nosotros no deberíamos de imitarlo. Si el Espíritu Santo inspiró a los autores apostólicos a ver a Cristo a lo largo de todo el antiguo testamento (como Cristo enseña, Lucas 24:44,45), es porque Cristo está en el antiguo testamento para ser visto. Es decir, si el Espíritu Santo inspira mi interpretación, ¿apoco que otra persona ocupe mi método estará mal? ¿Apoco un profesor de hermeneútica me puede enseñar mejor que el Espíritu Santo? ¿O vamos a decir que el Espíritu Santo violó las normas de la interpretación correcta? ¿Que el Espíritu de Verdad interpretó textos en una manera que no concordaba con su contexto e intención original? Si creemos que la Escritura se interpreta, entonces no la vamos a entender si no seguimos su método de interpretación.

Con esto ya hemos señalado la importancia de esta pregunta para nosotros, pues como respondemos afectará nuestra manera de interpretar la Escritura. Además, hemos comenzado a responder a la pregunta. Vamos a resumir:

1. El autor de Hebreos sabía que estos textos hablaban de Cristo por el Espíritu Santo. Hay una discusión si lo sabía por inspiración o por iluminación del Espíritu Santo: en eso no quiero entrar ahorita. Basta con decir que como lo supo por el Espíritu Santo, debemos confiar que estuvo correcto. Y eso nos lleva a afirmar que

2. El autor de Hebreos sabía que estos textos hablaban de Cristo, porque Cristo se encuentra en estos textos. Claro, es una tautología: pero sirve para enfatizar la realidad que el antiguo testamento habla de Cristo, como él mismo enseña (Juan 5:39). Es decir, al leer el antiguo testamento, no nos vamos a sorprender cuando encontramos que proverbios, profecías, alabanzas, símbolos y acontecimientos dan testimonio acerca de Cristo.

Ahora esa es la respuesta en términos generales. Podemos ser más específicos. Del primer texto, Salmo 22:22, pues hay el punto que el autor de Hebreos considera que Cristo habla en los Salmos (compare Salmo 40:6-8 con Hebreos 10:5-7); pero además hubiera sido algo comunmente conocido en la iglesia apostólica que Cristo pronunció las palabras del Salmo 22:1 estando sobre la cruz, y que el Salmo explica en gran detalle la crucifixión.

Con las citas de Isaías, sin embargo, no es tan sencillo. Aunque es obvio que Isaías 8:14 habla de Cristo por Lucas 2:34 y 1a de Pedro 2:8, sin embargo es muy obvio que los versículos 17 y 18 hablan de Isaías. Notemos que en el v.13 viene la exhortación de temer a Jehová en vez de las cosas que temían el pueblo, y sigue un testimonio de lo que Jehová (y Jesús es Jehová encarnado) será. Pero vv.17,18 contienen testimonio personal de Isaías: esto sale muy claramente en el v.18 cuando dice: He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en Israel. Si comparamos los primeros cuatro versículos, es obvio que Isaías tuvo un hijo cuyo nombre (y por tanto existencia) eran una señal de la destrucción que Jehová traería sobre los enemigos de su pueblo.

Entonces no podemos negar que estos textos hablan de Isaías: ¿pero como vamos a reconocer entonces, con el autor de Hebreos, que hablan de Cristo?

La manera más sencilla de hacerlo (y que se puede demostrar de otros textos, como por ejemplo comparando Oseas 11:1 con Mateo 2:15) es entendiendo que muchos de los eventos y personajes e instituciones del antiguo testamento simbolizaban a Cristo: siempre existían para señanal a nuestro Señor. Entonces así como él es el Israel Ideal (además de Oseas 11:1 con Mateo 2:15 podemos comparar Isaías 49:1-12) y el Templo máximo (Juan 2:19-22), el es también el creyente ideal, el profeta máximo, el sumo confesor que Dios es quien da a los hijos (comparen Génesis 29:31, Génesis 30:2).

Ahora esto no significa que Cristo se encuentra en cada palabra del antiguo testamento: pero él es el centro, de él todo cobra sentido. Entonces aunque a lo mejor no veremos un símbolo de Cristo en la ley acerca del casamiento de las herederas que encontramos en Números 36, no es correcto decir que no tiene nada que ver con Cristo: todos los propósitos de Dios están centrados en Cristo (Efesios 1:4; Romanos 5:14), y él es la esencia y el autor y el tema principal de la palabra de Dios. En él la Escritura tiene su coherencia. Y una de las maneras que esa coherencia se manifiesta, es que Dios ordenó eventos, instituciones y personas que simbolizaran y señalaran a Cristo Jesús.

Creo que es solamente en una manera parecida a lo que he intentado hacer aquí, que podemos entender el uso que el nuevo testamento hace del antiguo, sin cometer el error de acusar al Espíritu Santo de ser un intérprete inadecuado o deshonesto de la Sagrado Escritura.

¡Que Dios nos de a todos la iluminación para ver a Cristo Jesús a lo largo de la Biblia!

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Monday, August 13, 2007

Hebreos 2, Decimaquinta Pregunta

Para resumir, y para que regocijemos en estas cosas tan grandes ¿Quién no se avergüenza de llamar a quienes hermanos? ¿Por qué?


Cristo es quien no se avergüenza de llamarnos a nosotros hermanos. Es el Cristo glorioso, el hombre perfecto, el heroe que logró la salvación, el santo sin mancha, el Dios encarnado, que no se avergüenza de decirme a mí que soy su hermano. Y eso se basa en que Dios el Padre me escogió, me hizo nacer por su voluntad, y me adoptó en su familia. El amor de Dios es tal que me toma, vil y aborrecible como soy, me mete en su familia, y ni siquiera me esconde cuando vienen visitas, si lo podemos ilustrar de esa forma. Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo me reciben con tal grado de amor que no se apenan de mi. ¡Oh que Dios me diera andar como es digno de la vocación con que fui llamado (Efesios 4:1)!

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Sunday, August 12, 2007

Hebreos 2, Decimacuarta Pregunta

El v.11 parece bastante complicado. Pero es una oportunidad para amar a Dios con nuestras mentes, analizándolo cuidadosamente, y así honrando al autor. Para entenderlo hay que contestar varias preguntas. Al pensar en una respuesta, consideren si esa respuesta concuerda con las otras respuestas; si concuerda con el contexto; y si concuerda con el propósito de este capítulo.


Vamos a colocar el versículo en su contexto inmediato para simplificar la respuesta: Hebreos 2:10-12 Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos. Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré.


A. ¿Quién es “el que santifica”? El que santifica es Cristo. Esto concuerda con la enseñanza de la epístola (Hebreos 10:14), y concuerda con el contexto, donde ha estado hablando de Cristo. Además parece que en este versículo se distingue el "uno" de quien son todos del "que santifica". Pero como en el contexto solamente aparecen "aquel por cuya causa son todas las cosas", "muchos hijos" y el "autor de la salvación", entonces "el que santifica" tiene que ser uno de esos: no puede ser "muchos hijos" pues "el que santifica" es singular, y obviamente hay más de un hijo, si hay muchos. Cuando acaba de llamar a Dios Padre "aquel por cuya causa son todas las cosas" es más lógico pensar que es "el uno" de quien "son todos." Es decir, hay una armonía en los nombres que se aplican al Padre y a Cristo. Y si consideramos esa armonía, veremos claramente que "el que santifica" es idéntico al "autor de la salvación de ellos". Entonces Cristo es el que nos santifica. Y de hecho Hebreos 13:12 dice que Cristo padeció para santificar al pueblo mediante su propia sangre. Entonces podemos identificar "el que santifica" como Cristo con confianza.

B. ¿Quienes son los “santificados”? Creo que la discusión del contexto ya indicó que los "santificados" son los "muchos hijos" del versículo 10. Son los creyentes en Cristo. Son los que él redimió con su sangre. Hay que notar esto: todos los muchos hijos son santificados. Cada persona que es de Cristo, es santificado por Cristo. Lo que la sangre de toros y cenizas de becerra hacían para la carne, Cristo hace para la conciencia humana –lo purifica para servir a Dios (Hebreos 9:13,14).

C. ¿Qué significa “de uno son todos”? Que todos provienen del Padre. Cristo en su naturaleza humana, y los muchos hijos, dependen por su existencia en el beneplácito de Dios. Nuestra relación espiritual con Cristo, nuestra unión con él, depende del Padre (1a de Corintios 1:30). Pero a la vez podemos notar que la relación que Cristo tiene con nosotros, el hecho de que comparte nuestra naturaleza, dependía del Padre (Gálatas 4:4).

D. ¿Qué tiene que ver que los llama hermanos? Comprueba su relación hacia un solo Padre. Es porque "de uno son todos" que Cristo, aunque nos excede en todo, no se avergüenza de llamarnos hermanos. Indignos y viles como somos, si hemos sido engendrados por Dios (Juan 1:13; Santiago 1:18), somos los hermanos de Cristo. Si hemos sido adoptados por Dios, tenemos a Cristo como nuestro hermano mayor. ¡Cuán maravilloso es la gracia de Dios, que nos recibe un su familia! ¡Qué Cristo no se siente avergonzado de reconocer la relación que tiene con nosotros! Aveces no queremos admitir que cierta persona tiene conexión con nosotros, por la manera en que se comporta. Pero Cristo no es así. No rechaza a la mujer que era pecadora que viene a él en humildad (Lucas 7:36:50). Otra vez: Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; mas el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios (Lucas 12:8,9). El que no se avergüenza de Cristo, Cristo tampoco se avergüenza de él.


Debemos de notar en conclusión, que el autor de Hebreos toma al Salmo 22:22 y lo repite como un dicho de Cristo (compare también Hebreos 10:5-7 con Salmo 40:6-8. ¿Cómo pudo hacer esto? Porque entendía que Cristo habla en los Salmos. Los Salmos hablan de Cristo, y se cumplen en Cristo, sí: pero es más todavía que Cristo habla en los Salmos, que allí vemos su corazón, sus pensamientos, sus propósitos, sus sentimientos. Al leer el libro de los Salmos, aunque hay excepciones (nimodo que digamos que Cristo es el "necio" del Salmo 14 que dice en su corazón que no hay Dios) no olvidemos que Cristo es quien habla.

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Saturday, August 11, 2007

El Ciclo de Jueces:

Jueces 2:11-23 da un resumen del periodo histórico del cual habla el libro de los jueces. Hay un ciclo de desobediencia, opresión, arrepentimiento, libranza y descanso que se va repitiendo una y otra vez. A lo mejor muchas de las opresiones eran locales, confinados a solamente una parte de la nación de Israel, y es posible que los jueces también eran regionales en vez de nacionales. Cuando el pueblo pecaba Dios, en su soberanía, traía a otro país para afligirlos. Usó de ésta forma a los mesopotamios, los moabitas, los amonitas, los amalecitas, los canaanitas, los madianitas y los filisteos. Cuando clamaban a él, levantaba a jueces, que tenían dos funciones principales. Libraran al pueblo de la mano de los opresores, y luego los juzgaban. Exodo 18:16 nos dice almenos una parte de lo que esto significaba. Vamos a enforcarnos brevemente en cada aspecto de este ciclo, tomando cómo ejemplo la primera ocurrencia histórica de este ciclo, Jueces 3:1-11.

I. El Pecado de Israel.

Cual fue su pecado? Más precisamente, cuales fueron sus pecados? Jueces 3:7 dice que hicieron lo malo ante los ojos de Jehová. Desagradaron a Dios. Juan dice que el pecado es la infracción de la ley (1a de Juan 3:4). Vamos a poner esas cosas juntas y decir algo muy sencillo: transgresar la ley ofende a Dios. Es malo en sus ojos. Dios ve a los hijos de los hombres –examina todo su hacer, y lo que no aprueba, lo que es malo en sus ojos es precisamente violar su ley –que nos ha dado en un resumen de diez mandamientos, y otra vez en dos mandamientos.

A. Se unieron con los paganos, v.6. Esto violaba el mandamiento específico de Dios. Deuteronomio 7:1-3. Les había mandado no casarse con ellos, y esto se los mandó para preservarlos, Deuteronomio 7:4. De la misma manera, Pablo en el nuevo testamento nos dice que una persona cristiana no tiene la opción de casarse con un inconverso, 1a de Corintios 7:39. Este es un mandamiento que se nos da para nuestro bien. Exhorto a los jovenes de la iglesia que tengan paciencia y esperen a que el Señor les traiga un hombre o una mujer cristiana. Mientras tanto ocúpate en desarrollar hábitos que te harán atractivos a una persona cristiana.

B. Sirvieron a dioses paganos, vv.6,7. Lo que Dios había predicho ocurrió. Cuando quebramos los mandamientos de Dios no podemos esperar que nos libraremos del peligro que él dice sigue a la desobediencia. No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres (1a de Corintios 15:33). Se apartaron del Dios vivo para seguir a ídolos y demonios (1a de Corintios 10:19,20). Dios los condena en Jeremías 2:11 por hacer esto mismo. Cuando no somos leales a Dios cambiamos al fuente de agua viva por cisternas rotas que no retienen agua (Jeremías 2:13). El pecado es ofensa a Dios, es necedad y es suicidio espiritual.

C. Olvidaron a Dios, v.7. No se acordaron del Dios quien se acordó de ellos para sacarlos de Egipto (Exodo 2:24) y darles la tierra de Canaan (Jeremías 32:21,22). Esto expresa su ingratitud enorme. Creo que esto fue el fundamento de los otros pecados. Nehemías 5:15 nos dice que el temor de Dios preservó a Nehemías de cometer el pecado de oprimir al pueblo. La iniquidad del impío nos dice que no hay temor de Dios delante de sus ojos (Salmo 36:1); Pablo cita ese versículo en Romanos 3:18 como el colmo de su resumen del testimonio del antiguo testamento a la depravidad humana. Después de decir que son mentirosos e impíos y violentos da este testimonio, como explicándo lo anterior: No hay temor de Dios delante de sus ojos. Salmo 36:2 nos dice que por falta del temor de Dios piensan que su iniquidad no será hallada. Dios ha olvidado; ha encubierto su rostro; nunca lo verá (Salmo 10:11) es el pensamiento del malo. Moisés les avisó contra este peligro (Deuteronomio 8:11), pero no hicieron caso. Tengamos cuidado nosotros.

Salmo 81 contiene un comentario sobre estos eventos en los versículos 8-16. El pueblo perdió mucho por su pecado. Olvidando a Dios, no le obedecieron (Deuteronomio 8:11); por lo tanto no fueron protegidos de los peligros de las alianzas paganas y perdieron la bendición de Dios.


II. Dios Entrega a Su Pueblo al Mundo. En justicia Dios levanta a enemigos contra ellos, quienes los oprimen. En el caso de la opresión de Madián vemos que destruían los frutos de la tierra y su ganado, de esta forma empobreciéndoles mucho (Jueces 6:2-6). No prosperaban, y además tenían el reproche de ser dominados por otra nación. Es decir, entraron en situaciones severas. En el nuevo testamento Pablo puede mandar que un pecador que no se arrepienta sea entregado a Satanás (1a de Corintios 5:3-5). Parece duro; sin duda se siente feo, y no es fácil. El entregado a Satanás es entragado la destrucción de la carne. Pero esto tiene un propósito de misericordia. Pablo manda entregar a esta persona a Satanás para que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. En 1a de Corintios 11:32 nos dice: mas siengo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. Aveces sí nos enfermamos por causa del pecado (1a de Corintios 11:30); podrían venir otros castigos de parte de Dios –pero nos llegan para que no seamos condenados con el mundo. Y este propósito de misericordia se ve claramente en


III. La Reacción del Pueblo, v.9. Claman a Jehová –se acuerdan nuevamente de él; confiesan que él es el único salvador. Abandonan a los ídolos y retoman su identidad como el pueblo de Dios. Jueces 10:10-16 hace claro que clamar a Jehová incluía dejar el pecado y pedir perdón. El propósito de Dios en la disciplina se logra.


IV. La Respuesta de Dios, v.9. Jehová levanta un libertador, entrega a los enemigos de Israel en su mano y les da descanso. Dios nos libra de las opresiones en las cuales entramos por el pecado. El Salmo 32 habla de la tristeza que viene al santo que está pecando, y del descanso que uno obtiene por la confesión y el perdón, en los versículos 3-5.


Cómo vamos a aplicar todo esto?


1. Como una advertencia. Nosotros tenemos el peligro de olvidar a Dios. Acerquémonos a esta mesa para prevenir nuestro olvido. Es decir, no tenemos que seguir esto ciclo; si caemos en el pecado, por cierto que debemos clamar a Dios y es seguro que él nos perdonará (1a de Juan 1:9, Proverbios 28:13). Pero es mejor no olvidar a Dios.

2. Como una llamada al arrepentimiento. Pablo nos dice que nos probemos a nosotros mismos. Hagamos la oración del Salmista:Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve hi say en mí camino de perversidad, y guiame en el camino eterno (Salmo 139:23,24).

3. Recordemos la misericordia de Dios. El envió a su Hijo para morir por los pecadores. Esta copa es el nuevo pacto en la sangre de Cristo (Lucas 22:20), y en ese nuevo pacto Dios dice que perdonará nuestra maldad y no se acordará más de nuestro pecado (Jeremías 31:34).

4. Tengamos comunión con él. Es una cena, y Cristo nos convida.

Por lo tanto, toda persona invitada por Cristo puede participar. Esto significa:

1. Recibir la invitación de él. Quiero decir que tenemos que aceptar a Cristo como él es, y no según ideas humanas. Si no creemos en el Cristo revelado en la escritura, no nos invita a esta mesa.

2. Responder a esa invitación –arrepentimiento, fe, y cuando hay oportunidad, bautismo.

3. No intentar estar en dos fiestas a la vez –es decir, ser leales a Cristo. Lucas 16:13: Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Thursday, August 09, 2007

Hebreos 2, Primer Punto de Reflexión

A cada rato aparecen puntos en la hoja que sirven para recordarnos que las preguntas no son meramente académicas. Todo este estudio debe fortalecer nuestra vida espiritual. Aquí llegamos al primero de estos puntos.


Aveces nos sentimos muy desanimados, porque parece que lo padecemos no sirve para nada. Además, nos sentimos solos y aislados como cristianos. Pero según el v.10 el propósito de Dios es llevar muchos hijos a la gloria. Piensen en cómo esto responde a nuestra frustración y sentimientos de soledad: agreguen otros textos bíblicos que enseñan las mismas verdades.


Bueno, de los textos bíblicos creo que hice una parte anteriormente, mencionando las promesas hechas a Abraham (Génesis 15:5) y la multitud innumerable de Apocalipsis 7:9. Además podríamos notar que la creación misma será redimida (Romanos 8:21). Ahora la otra parte de este punto para reflexión es que obviamente entonces no estamos solos. Tenemos a una multitud de hermanos en Cristo, que aunque a lo mejor no están con nosotros físicamente, atravez del mundo y a lo largo de toda la historia, juntamente con nosotros adoran al Trino Dios. Esto además de que Dios manda a los ángeles para cuidar de nosotros, como vimos en el primer capítulo. Y sobre todo tenemos a Dios mismo: nunca nos dejará. Hay un texto en la Biblia que es quizás el texto clásico acerca del desanimo que experimentamos por los sentimientos de soledad. 1a de Reyes 19, que pongo completo:

1 Reyes 19

Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas.

Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.

Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.

Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.

Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come.

Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.

Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta.

Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.

Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?

El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.(A)

El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto.

Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.

Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?

El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria.

A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar.

Y el que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo lo matará.

Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron.

Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto.

Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve; ¿qué te he hecho yo?

Y se volvió, y tomó un par de bueyes y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.



Podemos notar que Elías no tuvo razón: Dios tenía sus siete mil que compartían la lealtad de Elías. Además podemos ver que Dios proveyó un compañero para Elías. Dios entiende nuestra naturaleza. Pero además podemos notar que Dios mismo se encuentra con él, y lo comisiona nuevamente. Aunque todos los hombres nos abandonen, Dios nunca nos desampara. Pablo puede decir: En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león (2a de Timoteo 4:16,17).

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Monday, August 06, 2007

Hebreos 2, Decimatercera pregunta

¿Cómo es que Cristo fue perfeccionado (otra traducción es “consagrado”) por los sufrimientos?

La pregunta no es del todo sencilla. Tenemos que pensarlo cuidadosamente. Lo que sigue es mi intento de hacerlo, pero estoy abierto a la corrección, y no menos porque estoy conciente de estar en desacuerdo con los grandes comentaristas, Jean Calvin, y John Owen.


Vamos a notar primero algo acerca de la traducción. ¿Debemos pensar que Cristo fue perfeccionado o consagrado o no hay gran diferencia?

Ahora hay quienes piensan que esta idea de "perfeccionar" se define por el versículo que sigue (Hebreos 2:11), y que por lo tanto se debe de traducir "consagrar", apartar para un oficio sagrado (aparta usan la etymología de la palabra). Pero a mi se me hace que Hebreos 2:10 explica a Hebreos 2:9. Entonces cuando en el v.9 tenemos a la idea de la muerte, y el v.10 explica más acerca de la muerte de Cristo, que los "sufriemientos" de Cristo en el v.10 a fuerzas tienen cierta relación con la muerte del v.9. Puede ser que los sufrimientos incluyan más que la muerte: pero almenos incluyen su muerte. ¿Pero cómo vamos a decir que Cristo fue consagrado por su muerte? Había sido apartado para su trabajo sagrado de la redención antes de su muerte, y de hecho su muerte fue la consumación de ese trabajo. Entonces la traducción "perfeccionado" (completado, consumado) parece mejor.

Pero una cosa queda muy claro. No podemos pensar que Cristo fue curado de fallas morales por los sufrimientos, pues no tenía falla alguna. Es cierto que aprendió obediencia por lo que padeció (Hebreos 5:8): pero esto no implica que en algún momento era desobediente, que tenía que ser purificado de malos hábitos. Sea lo que sea el significado de este versículo, no enseña que Cristo dejó la maldad por medio de los sufrimientos.

Es interesante notar que nuestra palabra ocurre nuevamente en Hebreos 5:9. De hecho, Hebreos 5:8,9 forman un paralelo muy fuerte al texto que ahorita estamos estudiando. En Hebreos 2:10 y en Hebreos 5:8,9 tenemos la palabra que se tradujo "autor" que estudiamos en la pregunta anterior. En los dos textos, esta idea del "autor" está relacionada con la idea de los sufrimientos. En los dos textos tenemos la palabra que ahora estamos estudiando, "perfeccionar" o "consagrar" o "consumar". Es de esperarse, entonces, que cada texto ayude para interpretar el otro (de hecho, es algo que debemos de hacer con diligencia en la interpretación bíblica: buscar textos paralelos, sobre todo en el mismo libro o del mismo autor humano para entender más claramente lo que se enseña).

Combinando estos textos, entonces, podemos ver que Cristo fue perfeccionado en la obediencia, por las afflicciones, y que esas afflicciones incluyen su muerte. Aquí nuevamente podríamos compara a Filipenses 2:8. El colmo de la obediencia de Cristo fue precisamente someterse a la muerte en la cruz. Y eso también explica la manera en que su perfección está conectada con ser el autor de la salvación. La muerte de Cristo era necesario para la salvación: obtuvo esa salvación muriendo en nuestro lugar. Entonces, cuando Cristo sufre y muere en obediencia ya es una obediencia probada: obediencia manifestada: no una obediencia germinal, la obediencia de inocencia que está dispuesto hacer el bien pero no conoce la tentación ni la oposición del mal, sino una obediencia madura que ha enfrentado los obstáculos y ha vencido. El es perfecto, y es constituido un perfecto salvador. En parte por supuesto porque puede compadecerse de nosotros (un pensamiento que aparece en Hebreos 4:14-16), pero más que nada porque mediante sus sufrimientos obedientes logró nuestra salvación. Era necesario que nuestro Salvador tuviera una obediencia perfecta, y que esa obediencia perfecta incluyera el someterse al castigo (la muerte) de nuestro pecado. Con esa idea, creo que tenemos un entendimiento adecuado de este texto.



Hay que notar dos puntos adicionales, que no aperecen en las preguntas.


Primero, notemos que Dios está llevando muchos hijos a la gloria. Aveces podemos pensar que son muy pocos los que serán salvos, que la obra de Dios está casi difunta. Leemos la historia, visitamos a un panteón, miramos en nuestro alrededor, y nos deprimimos porque pensamos que la gran mayoría de las personas en quienes pensamos de esta manera irán al infierno. Pero nunca debemos de olvidar que en las visiones que Juan tiene ve una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas alabando a Dios y al Cordero. La promesa a Abraham era que se descendencia sería como las estrellas del cielo (Génesis 15:5). El pueblo de Dios no es un grupo chiquito.


Segundo, notemos que nuestra salvación no se acaba hasta que seamos llevados a la gloria. Dios nos lleva a la gloria por el capitán, el autor de nuestra salvación. Según Pablo, esto es algo que hasta la misma creación espera con ansia (Romanos 8:19). Aunque hemos recibido bendiciones que exceden nuestra comprensión ya, sin embargo espera algo que es inefable: no es cuestión de que no lo comprendamos: es cuestión de que ni siquiera podemos expresar lo que es (1a de Juan 3:2). Dios no nos deja a la mitad: nos salva completamente, cuerpo y alma. Nos lleva al punto donde somos purificados al cien por ciento, en cuerpos glorificados, sin ya más peligro de jamás pecar, y gozando su presencia eternamente (Apocalipsis 21:3-22:5).


Es decir, la salvación es muy extensa: incluye a una multitud innumerable: y la salvación es muy intensa: no se limita con nada menos que la perfección de los redimidos de Dios. ¡Cuán glorioso es Jesucristo, el autor de una salvación tan ámplia y profunda!


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Sunday, August 05, 2007

Notas de un Sermón acerca de la Resurrección

La Resurrección de Jesucristo
Lucas 24:1-49

Este relato de Lucas establece tres cosas muy claramente:

I. Que Jesucristo verdaderamente resucitó. Esto se ve

A. Porque su cuerpo no está en la tumba donde lo enterraron, v.3,12

B. Porque los ángeles dan testimonio que está vivo, que ha resucitado, vv.5,6

C. Porque Jesús mismo

1. Aparece

a. A los discípulos que iban a Emaús, vv.15,31

b. A Simón, v.34

c. A varios de los discípulos, v.36

2. Comprueba que es realmente él, resucitado, vv.30,38-43

D. Porque los discípulos están convencidos, vv.34,35

II. Que la muerte y resurrección de Cristo eran conforme a sus propias palabras. Esto lo declaran

A. Los ángeles, vv.6-8

B. Cristo mismo, v.44

III. Que la muerte y resurrección de Cristo eran conforme a la Escritura. Cristo manifiesta esto:

A. A los discípulos en el camino a Emaús que la Escritura enseñaba de esto, vv.25-27

B. A los discípulos en Jerusalén, vv.44-48

Queda establecido, entonces, la verdad de lo que Pablo reitera en 1a de Corintios 15:3,4: Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras, y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.


Pero ¿qué significa este hecho tan importante? No había pasado antes; aunque otras personas habían regresado de entre los muertos, ellos volvieron a morir; pero la Bíblia dice que eso no ocurre con Cristo: sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él (Romanos 6:9). Entonces esto es algo nuevo: y como un vistazo a la predicación apostólica y exposición epistolaria de esto confirmará, esto es un hecho de suprema importancia. Se menciona en la predicación a judíos (Hechos 2:32) y a Gentiles (Hechos 17:31). En las epístolas se manifiesta que esto fue un evento importante para Cristo (Romanos 1:3,4), para la justificación (Romanos 4:25), para la vida cristiana (Romanos 6:4,5) y para la muerte (Romanos 14:8,9). Pablo puede declarar que sin la resurrección de Cristo, la predicación y la fe son vanas: que los apóstoles son mentirosos; que estamos aún en nuestros pecados; que los que han muerto han perecido; y que no hay nadie más digno de conmiseración que nosotros (1a de Corintios 15:12-19). Sin la resurrección de Cristo no hay esperanza y no hay gozo. Si él no resucitó no tenemos manera de enfrentar a la muerte. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos (1a de Corintios 15:20). ¿Pero qué significa su resurrección? Es un tema muy grande para explorar detalladamente en el formato presente. Para poner un límite al estudio vamos a limitarnos al libro de Colosenses. Queremos ver cómo Pablo interpreta el gran evento de la resurrección para el cristiano. Allí encontramos tres referencias a la resurrección de Cristo, cada uno indicando una parte de su importancia, de lo que significa este hecho revolucionario. Siguen un orden lógico en como aparecen en Colosenses.

IV. La Resurrección le Da a Cristo la Preeminencia en la Nueva Creación, Colosenses 1:15-20

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él, y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

Aquí Pablo está exponiendo la magnificencia única de Jesús. El es Dios; es Dios revelado, v.15 (compare 1a de Timoteo 3:16). El es el primogénito de toda la creación. Esto no significa que es parte de la creación, sino que es supremo sobre toda la creación. Se dijo de David, Yo también le pondré por primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra (Salmo 89:27): allí primogénito se aclara con la expresión, más excelso. Cristo es la cabeza de la creación, no parte de ella: todas las cosas fueron creadas en él, y él es antes que cualquiera de ellas; de hecho, dependen de él para su existencia (vv.16,17). Pero él también es la cabeza de la iglesia. El rige la iglesia: la iglesia depende de él para existir (Efesios 5:23; 2:15). Además es el primogénito de entre los muertos. Así como es el primogénito en la primera creación, es el primogénito también en la segunda creación, que comienza con su resurrección. Un texto parecido puede aclarar su preeminencia en la nueva creación: ...la operación de del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo llena en todo (Efesios 1:19-23).


V. La Resurrección de Cristo nos Da Vida Nueva a Nosotros, Colosenses 2:9-15

Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

Aquí Pablo explica que en Cristo somos completos, pues estamos unidos a él. Participamos en su circunsición (muy posiblemente una referencia a su muerte), su sepultura, y su resurrección. Y hemos sido dados vida juntamente con él: tenemos en nosotros una vida nueva, una vida de resurrección. Todavía no es completa, por cierto: pero somos una nueva creación en Cristo (2a de Corintios 5:17). En la naturaleza nueva que Dios nos ha dado somos hechos partícipes de la vida del Cristo resucitado, y por eso recibimos los beneficios de la salvación: nueva vida, perdón, liberación.

VI. La Resurrección de Cristo Cambia Nuestra Manera de Vivir, Colosenses 3:1-11

Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestras boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.

Aquí Pablo aplica la resurrección de Cristo, y nuestra unión con él en su resurrección, a la vida práctica. Si hemos resucitado con Cristo, ¿cómo es posible que vamos a vivir como un muerto? ¿Si somos parte de la nueva creación por qué nos dejamos llevar por las cosas de la creación antigua? Cristo es nuestra vida: él es todo: él está en nosotros: nuestra vida está escondida con él. Siendo él todo esto para nosotros, ¿no es correcto y natural que nuestras mentes estén donde él está? Es decir, debemos pensar en las realidades celestiales, no es las cosas terrenales. Eso no es por decir que vamos a ignorar nuestros negocios, o que no vamos a pensar en los demás. Significa que vamos a pensar en Cristo, y en la santidad, y vamos a abandonar lo que caracteriza a este sistema mundial: por ejemplo, fornicación, avaricia y también, malicia, deshonestidad y menosprecio de los demás. Somos parte de una nueva creación: participamos en la vida resucitada de Cristo. ¿Qué tenemos que ver con ese tipo de porquería?


Hemos entrado en la nueva creación: hemos sido unidos con la muerte y resurrección de Cristo, quien, junto con el Padre y Espíritu Santo, viva y reina eternamente, Amen.

Thursday, August 02, 2007

Hebreos 2, Decimasegunda Pregunta

¿Quién es el “autor de la salvación” y por qué lo llama así?


La pregunta se refiere nuevamente a Hebreos 2:10, que dice: Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.


Por todo el contexto, es necesario concluir que el autor de la salvación es Cristo Jesús. Sigue hablando del Señor, mencionado en el v.3 como anunciando la salvación. Además, en Hebreos 12:2 se refiere explícitamente a Jesús con la misma palabra como el autor de la fe (además en Hechos 3:15 encontramos la misma palabra en la frase, nuevamente acerca de Cristo, que es “autor de la vida”. En Hebreos 5:31, encontramos esta misma palabra en griego, pero ahora traducida como "príncipe". Algunas versiones traducen nuestro texto con la frase "capitán de la salvación". Y eso nos deja en cierta incertidumbre: ¿la idea es de autor, de capitán, de príncipe, o cual es la idea de esta palabra? Tenemos que reconocer antes que nada que es perfectamente posible que una palabra tenga varios sentidos, dependiendo de contexto. Un ejemplo sencillo es la palabra "rosa". Se puede usar como sustantivo o como adjetivo. Como sustantivo significa una flor; como adjetivo significa un color. Entonces es perfectamente posible que esta palabra que estamos comentando signifique cosas distintas, dependiendo del contexto. La dificultad entonces es definirlas: y como en el nuevo testamento, solamente ocurre cuatro veces, no nos da un rango muy amplio para determinar las indicaciones contextuales de su significado. Pero hagamos el esfuerzo, comparando los textos para ver si podemos obtener más información.

Tenemos, entonces a Hechos 3:15 y 5:31 y Hebreos 2:10 y 12:2. Vamos a poner a cada uno dentro de su contexto inmediato, y poner nuestra palabra en negritas.


Primero, Hechos 3:13-15

El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.


Segundo, Hechos 5:29-32

Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.


Tercero, Hebreos 2:8-10

Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas. Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.


Y cuarto, Hebreos 12:1-3

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.


La primera cosa que debemos de notar es que esta palabra se reserva en el nuevo testamento para el Señor Jesucristo. Es algo que solamente se puede decir de él. La segunda cosa que debemos notar son los conceptos que están asociadas con esta palabra: vida; Salvador; salvación; fe. Todas estas cosas tienen que ver con nuestra salvación: es por que somos salvos que tenemos vida, y somos salvos por el instrumento de la fe. Y esto es simplemente, en combinación con lo que notamos primero, que Cristo es el unico salvador: de él depende absolutamente la salvación de cada uno de nosotros. Y quizás (y esto es solamente una sugerencia) eso nos da la clave para entender esta palabra. Si preferímos capitán o autor o príncipe en todo caso regresamos a esto: que nuestra salvación, nuestra vida, nuestra fe depende de nuestro gran salvador. Y esto se ejemplifica de una manera vigorosa en Hechos 5 donde lo vemos dando arrepentimiento (dando algo necesario para la salvación) y perdón de pecados. Cristo controla la salvación y todo lo que lo acompaña: ya sea lo que nosotros necesitamos para recibirlo, ya sea a quien se otorga, ya sea el obtenerlo para repartir. De principio a fin, la salvación es de Jehová.

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  • Ruben
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  • Soy un cristiano, dedicado a la teología reformada, como la mejor expresión de la enseñanza de la Bíblia, y por lo tanto el sistema teológico que más glorifica a Dios. No soy yo quien aparece en la foto en mi perfil. Pero me gusta como se ve de todos modos.
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